El problema es que sabías desde el principio lo que sentía por ti. Sabías que no podrías corresponder. Pero aun así la dejaste enamorarse.
Tal vez pensaste que estabas siendo amable. Tal vez te resultaba cómodo tenerla allí, pero mientras ella trataba con todas sus fuerzas de ser lo que necesitabas, se enamoraba cada vez más .
Y tal vez no pensaste mucho en las pequeñas cosas, pero eran justamente esas cosas las que significaban todo para ella.
En los momentos que pasabais juntos es donde tal vez pensabas dos veces en ella y en una posible relación.
Ella también lo sintió y sabe que la sensación era mutua. Algo así era demasiado fuerte.
● Fue un contacto visual el que duró más de lo que debería.
● Fue un abrazo o un simple gesto, cuando la rozaste con tu brazo y ella sintió como la recorría desde la cabeza hasta los pies y la sensación eléctrica de algo que estaba allí.
● Estabas mirándola desde el otro lado de la habitación y ella lo sabía.
● Fue en ese momento que reunió el coraje para decir “Te quiero” y los segundos se sintieron como horas mientras su rostro se puso rojo esperando a que tu se lo dijeras también.
● Fue cada mensaje que le enviaste cuando veías algo que te hacía pensar en ella.
● En cada estado que enviabas solo para hacerla saber qué es lo que haces y que piensas en ella.
● Fue cada vez que ella no estaba y le decías que la echas de menos.
● Fue cada vez que acertaste con tus palabras. Sabías exactamente lo que estabas haciendo.
La hiciste pensar que tendría alguna posibilidad.
● Fueron todas las canciones y libros que compartiste, que volvió a escuchar o a releer porque le gustaba pensar en ti.
● Fueron los “Me gusta”, las etiquetas y los comentarios, que la hacían sonreír solo al ver tu nombre en la pantalla.
● Cada vez que publicabas algo, sabía que tu querías que ella lo viera, pero lo que no sabía era por qué.
Porque ahí estabas, intentando llamar su atención cuando en realidad ya la tenias.
Pero la cuestión es que no estabas haciendo ningún movimiento o intento.
En cambio, simplemente la dejaste vivir en este limbo de “puede” y “que pasaría si…”.
Y mientras buscabas en la confusión, ella estaba cada vez más segura de cómo se sentía.
Quizás no estabas preparado para alguien como ella. Pero el mundo no pregunta si estás listo para conocer a la persona adecuada, simplemente te lleva hacia ella y espera que te des cuenta de la suerte que tienes y actúes en consecuencia.
Pero no lo hiciste.
Entonces, en lugar de alejarse, ella se quedó. Una corriente de preguntas recorrió su mente preguntándose por qué no era lo suficientemente buena para ti. Preguntándose qué más podría haber hecho. Fijándose en los defectos porque, obviamente, no era lo suficientemente buena.
Luego tuviste el coraje de darte la vuelta y hacerla sentir culpable por sentir esas cosas por ti.
Como si enamorarse de ti fuera su culpa, pero en realidad, tu la hiciste sentir todas estas cosas.
Guiaste a alguien que nunca te lastimaría o te haría lo mismo.
Lo peor que puedes hacer es dejar que alguien se enamore de ti y no estés allí para corresponder.
No puedes simplemente tocar el corazón de alguien, acercarte y luego preguntarte por qué sienten de cierta manera hacia ti.
No es justo.
Esa chica te amaba. Te amaba lo suficiente como para seguir adelante con lo que estabais teniendo, aunque tu dijeras que no era nada. Ella te amaba lo suficiente como para no decir nada acerca de cómo se sentía, pero en silencio trataba de ser lo que necesitabas. Te amó lo suficiente como para decírtelo cuando pensó que era el momento adecuado para solo encontró rechazo y te confundiste.
Si estás confundido acerca de por qué siente de esa manera, imaginate lo confundida que esta ella preguntándose por qué tu no lo haces, mientras repite en su mente cómo malinterpretó todas esas señales.
Y ahora ella te amará lo suficiente como para no perseguirte después salir pitando asustado por sus sentimientos.
Ella te ama lo suficiente como para dejarte ir porque todavía está tratando de ser desinteresada, mientras recoge los pedazos de su corazón roto sonriéndote y sin decir palabras desagradables mientras te marchas.
Porque ella todavía te ama. Y sigues sin verlo, pero el corazón que ama después de haberlo roto será el que más echaras en falta.