Sé que estás acostumbrado a las prisas.
Cada segundo parpadeando ante tus ojos como burbujas que estallan. Todos esos momentos terminan antes de que tengas tiempo de saborear cada minuto. Y tal vez, estás harto de que este mundo trate de apresurar cada maldita cosa. Cansado de todo el amor que dejaste suelto en este mundo.
Espero que sepas que te mereces algo mejor que eso. Te mereces a alguien que no apure el amor.
Te mereces a alguien que se tome su tiempo para amarte. Alguien que no deja que los momentos contigo resbalen como la arena entre los dedos de los pies. Alguien que te ame en todos tus pequeños momentos de sinceridad.
Te mereces a alguien a quien no le importe si pasas otros diez minutos sentado frente al océano, dejando que el crujir de las olas haga cosquillas en la punta de los dedos de los pies mientras son enviados de vuelta al agua una vez más. Alguien a quien le gusta unirse a ti momentáneamente se pierde en la belleza del océano. Alguien que no piense que es raro si tu idea de una cita es simplemente caer en el sofá con ellos, tanto tus propios libros en una mano como una copa de vino en la otra, revelándose en el profundo silencio de la habitación y desapareciendo en tus propias esferas.
Alguien que te besa el tiempo suficiente para quemarte y sentir el sabor de sus labios dejar en ellos durante horas. Alguien que sigue arrastrando el tiempo sólo para memorizar las curvas y los bordes afilados de tu cuerpo, las cicatrices tatuadas en tu piel que te recuerdan dónde has estado en esta vida.
Te mereces a alguien a quien le guste tanto tocarte de una manera que no sea sexual o juguetona, a quien sólo le guste sentir la forma de tus huesos bajo cada caricia de sus dedos. Alguien que se asolea en el calor de acostarse en la cama contigo, sintiendo que el mundo se ralentiza -aparecido sólo por el sutil ascenso y caída de tu pecho a medida que te adoras en toda tu vulnerabilidad cuando más lo ignoras.
Te mereces a alguien que no intente apresurarte a amar. Alguien que invierte su tiempo dándote todo el afecto y el consuelo que te mereces. Alguien que nunca tiene prisa cuando se trata de ti, que incluso lo disfruta, lo saca un poco más porque no hay lugar donde preferirían estar que aquí. Contigo.
Porque mientras el mundo avanza a pasos agigantados en todo su ajetreo, todavía te mereces a alguien que arrastre el tiempo un poco más sólo para mirarte en ese momento. Dejar de lado todas las inhibiciones y caer ahí dentro, contigo.
Y saben que su mundo está girando un poco más lento, pero su corazón late un poco más rápido. Y para ser honesto, esa es la única prisa que necesitarán.