Te echo de menos. Quiero que lo sepas.
Tal vez no te echo de menos como te habría gustado que lo hiciera. Puede que, por decirlo, estoy empeorando las cosas. Pero no puedo fingir lo contrario, fuiste una parte importante de mi vida que no podre reemplazar tan fácilmente. La conexión que tuvimos es el principal rival para mi mente y sería imposible actuar como si no sintiera ese vacío de vez en cuando.
Sin embargo, hay algunas razones por las que ya no formamos parte de la vida del otro. Lo sé. Se que teníamos el potencial para llevar las cosas al siguiente nivel y no lo hicimos. Sé que podríamos haber sido algo increíble y quizás lo mejor que nos haya pasado a cualquiera de nosotros. Pero no lo hicimos. En cambio, una combinación de excusas y dudas entraron sigilosamente en nuestras vidas y nos empujaron lo suficientemente lejos como para dejar hueco libre a más cosas destructibles. Otras prioridades. Otras personas.
No se derrumbó todo en un día, pero a veces siento como si fuera así.
Hubo un momento en el que eras la única persona en quien podía pensar, la que me mantenía despierta por la noche con tus palabras y conversaciones, la que ocupaba tanto espacio dentro de mí. Al siguiente, todavía eras lo único en que podía pensar, pero esta vez me preguntaba si habría sido mejor intentar aferrarme aún más fuerte a ti. Todavía me mantenías despierta por la noche, me obsesioné con todas las palabras que nunca dije y casi me hacen derramarlas todas de golpe encima de ti, pero ya es demasiado tarde para hacerlo, ya no importan. Sigues ocupando todo ese espacio dentro de mí y después de dejar de hablarnos me quede con un agujero enorme.
Sin embargo, la vida continuó. Tiene una manera muy divertida para hacerlo, elige seguir avanzando incluso cuando parece que parte de tu mundo se había parado. Así que, avanzamos juntos. Empecé un camino diferente y honestamente estaba más feliz de lo que esperaba. Estos días las cosas están yendo muy bien y no me arrepiento por abrirme a esta nueva oportunidad.
Cuando pasan cosas realmente buenas, aun tengo el impulso de compartirlo contigo. Cuando pasan ciertas cosas en mi vida y sé que solo tú podrías realmente entenderme tengo que ponerlo todo por mí parte para no enviarte un mensaje. Todavía me pregunto sobre como te va la vida y que tal estas. Pienso en volver a acercarme a ti mas veces de lo que me gusta admitirlo, pero no lo hago.
Por alguna razón, ninguno luchamos por mantener al otro en nuestra vida. No intentamos salvar lo bueno que tuvimos del daño que inevitablemente apareció, elegimos dejar que el barco se hunda. Ninguno podemos señalar con el dedo al otro y asignar la culpa. Actualmente vivimos vidas separadas, sin tenernos el uno al otro y tal vez sea lo mejor. Puede que no necesitamos ver cómo está el otro ahora que sabemos que no formamos parte del cuadro. Tal vez, habría sido muy difícil aguantar y tratar de mantenernos mutuamente al frente de nuestras nuevas vidas, así que nos soltamos esa parte para no tener que averiguarlo. Habría sido muy difícil vernos seguir adelante con otras personas incluso si nos hicieran mas felices que cuando estábamos juntos. Tal vez habríamos acabado de muy malas maneras así que nos hemos ahorrado algunos disgustos.
Sé que al final, realmente no importa lo que podría haber pasado. Lo único que importa es que todavía deseemos las mejores cosas el uno para el otro. Encontrar a alguien que nos ame, tener éxito en nuestras pasiones, vivir las vidas que siempre esperábamos, incluso si eso significa no estar ahí para verlo.
Así que créeme cuando digo que entiendo perfectamente por qué no hablamos más.
Pero eso no hace que te extrañe menos.