Perseguir a alguien no merece la pena. No quieres enviar el primer mensaje cada vez, ni planear todas las salidas, ni inventar temas de conversación cada vez que la última conversación se marchita y muere. No quieres ser tú quien lleve la relación a cuestas. No quieres que tu amor sea unilateral. No quieres sentir que esa persona ni siquiera se molestaría en seguir en contacto contigo si no te esforzaras tanto por mantener su atención.
Perseguir a alguien no merece la pena. No quieres preguntarte si eres lo bastante guapa, si eres lo bastante divertida, si tienes el éxito suficiente, si eres lo bastante joven. No quieres que la reticencia de esta persona a salir contigo afecte a tu autoestima. No quieres que tu confianza caiga en picado, simplemente porque una persona ha sido incapaz de ver tu valía.
Perseguir a alguien no merece la pena. No quieres esperar eternamente a que tu teléfono emita una notificación. No quieres esperar eternamente a que estén disponibles y te inviten a tomar algo. No quieres esperar eternamente a que tu flirteo se convierta en una relación oficial. No quieres perder un tiempo valioso que podrías dedicar a tus pasiones, a tu autocuidado o a otra relación más equilibrada, más sana y más gratificante.
Perseguir a alguien no merece la incertidumbre. No quieres interpretar señales contradictorias cada mañana, tarde y noche. No quieres estar constantemente preguntándote si has dicho lo correcto, si le has contestado demasiado pronto, si estás progresando o si estás perdiendo el tiempo intentando entablar una relación seria.
Perseguir a alguien no merece la decepción. No quieres sentir que tu corazón se rompe un poco más cada vez que a esta persona le gustan las fotos de otra persona o menciona un enamoramiento o cambia su estado sentimental. No quieres darte cuenta de que has gastado tanta energía en esta persona especial, sólo para que acabe saliendo con otra. No quieres ponerte en una situación en la que puedas salir herido.
Perseguir a alguien no merece la pena. No quieres tener que lidiar con mensajes de texto sin respuesta, planes cancelados y expectativas incumplidas. No quieres darle a alguien una oportunidad tras otra cuando no se lo merece. Usted no quiere ponerse a través de angustia innecesaria. No quieres conformarte con alguien que estaría perfectamente bien sin ti.
Perseguir a alguien no merece la recompensa potencial. Aunque acabes consiguiendo lo que quieres de esa persona, ya sea un beso, una cita para ir al cine o una relación, ¿estás seguro de que esa persona es lo suficientemente buena para ti? Probablemente no deberías estar con alguien a quien necesitas suplicar atención, alguien que no fue capaz de ver nuestra valía hasta que seguiste martilleando sus muros.
Probablemente deberías estar con alguien que vea tu belleza, tu talento y tu fuerza desde el principio. Probablemente deberías estar con alguien a quien no tengas que perseguir.