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Si Realmente La Amas, No Deberías Dejarla Ir

Si Realmente La Amas, No Deberías Dejarla Ir

“Si la quieres, déjala ir”. ¿Por qué es esto un dicho? ¿Por qué es algo que citamos, colgamos en nuestros muros y guardamos en Pinterest? Por qué hay algo que empodera a la mujer libre, que incita a ser una mujer sin trabas y sin ataduras.

¿Pero nosotras, como mujeres, realmente necesitamos permiso para eso?

¿Tiene un hombre que “dejarnos ir” para que realmente nos encontremos?

Voy a tener que insistir en eso y voy a tener que rechazar el pensamiento de que alguien que realmente te ama te dejará ir. ¿Puedes ver lo tonto que llega a ser este pensamiento?

Si realmente amas a alguien, si tu corazón está atrapado y envuelto alrededor de una persona, ¿por qué demonios la dejarías ir? ¿Por qué demonios te despedirías y mirarías desde la distancia como cae en los brazos de otra persona?

Puede que la idea de todo esto es que, si un amor es verdadero, vuelve. Creo en la verdad de esa afirmación, en el sentido de que las personas que deben estar juntas encontrarán la forma de hacerlo. ¿Pero significa eso que quiero que alguien que realmente me ama se aparte de mí y siga adelante? ¿Significa eso que quiero que el hombre que tiene malos sentimientos hacia mi simplemente pretenda que no los tiene, con la esperanza de que algún día volveremos a caer uno en los brazos del otro?

¡Absolutamente no! ¡Eso no tiene sentido!

Cuando amas a alguien, no la dejas ir. Se lo dices, la sigues y te importa su bienestar.

Cuando amas a alguien, no huyes cuando los tiempos se ponen difíciles. No la alejas por miedo de que se ha acercado demasiado o que te pueda romper el corazón. No dudas de ti mismo o de tu relación y no le vas a decir que encuentre lo que está buscando en otra persona.

No te vas, esperando que algún día la encuentres de nuevo. 

El amor no funciona así. 

¿Qué pasa si la persona a la que sueltas no está buscando a nadie más, pero ahora tiene que hacerlo, porque no tienen otra opción? ¿Qué pasa si le dices que se vaya y finalmente rehace la vida con otra persona, pero de repente ninguno de los dos estáis realmente felices? ¿O qué pasa si encuentra la felicidad? ¿Luego qué?

¿Qué pasa si pierdes una relación preciosa, simplemente porque estás demasiado asustado para arriesgarte?

Si amas a alguien, díselo, así de fácil, es algo que todos podemos hacer.

¿Pero qué hay de seguir a lado de alguien que amas, incluso cuando los tiempos son difíciles? ¿Incluso cuando la vida no va hacer fácil? ¿Incluso cuando os habéis peleado y herido profundamente? ¿Entonces qué?

¿Tienes el coraje de amar? ¿O te das prisa en dejarla, para caer en la mentalidad temporal de este mundo?

Si la quieres, no la dejas. Es tan simple como eso.

Se trata de resolver los problemas juntos. Es luchar a través de la mierda, el drama y el dolor para encontrar lo que primero os unió y hacer que eso cobre vida nuevamente. Es creer que tu amor es más fuerte, que tu conexión es real, que no tienes que “ver si estáis destinados” separándote hasta que volváis a enamoraros, sino que puedes trabajar en tu relación ahora mismo.

Amar no es sinónimo de irse o dejar ir.

El amor es presente, es un desafío, es aprender, es encontrar la manera de hacerlo funcionar. El amor no mira cómo la persona que amas se te escapa de las manos; se sostiene y lucha contra este mundo, juntos, de la mano.