Estoy segura de que todas las mujeres de este mundo se han encontrado, al menos una vez, con un tipo con el que constantemente tenían que preguntarse: “¿Qué somos?”. Ese tipo la manipulaba diciéndole que no estaba preparado para una relación, mientras que al mismo tiempo la mantenía a su lado, por si acaso.
¿Por si acaso qué, Manuel?
Este es un ejemplo clásico de “situationship”, una zona gris de toda relación informal casual no definida entre hombres y mujeres. Algo que, por desgracia, es muy común hoy en día.
Por lo general, los hombres son los que quieren mantener las cosas casuales. No me malinterpretes, también hay mujeres que prefieren este tipo de arreglo, pero son una minoría, la verdad.
Entonces, ¿qué hace que los hombres tengan miedo al compromiso? ¿Por qué dicen que no están preparados para una relación y, al mismo tiempo, hacen todo tipo de cosas? Averigüémoslo.
¿Por qué algunos hombres tienen miedo al compromiso?
Bueno, para los hombres, las relaciones parecen una calle de sentido único. Creen que, una vez que se comprometen con una chica, se acabó el juego. Pero es verdad. Una vez que un chico entra en una relación monógama con una chica, no se le permite salir con otras mujeres (ya que ese es el más básico de sus acuerdos).
Sin embargo, los chicos quieren asegurarse de que pueden jugar en el campo el mayor tiempo posible. No quieren perder la oportunidad de conocer a varias mujeres por establecerse con una sola.
Ya sabes lo que dicen, la hierba siempre es más verde…
Este comportamiento se debe a que los hombres crecen mucho más tarde que las mujeres. Y como el compromiso equivale a madurar, una relación seria no es lo suyo.
Lo que sí está en sus cartas es divertirse, conocer chicas casualmente y, en general, vivir su mejor vida de mujeriegos.
Pero es importante recordar que esto no significa que los hombres no puedan gustar de alguien. Ellos son muy capaces de formar una conexión con una determinada persona, pero esa conexión termina siendo endeble en comparación con su deseo de seguir siendo un hombre-niño.
Así que, para que ese tipo de hombre pueda mantener cerca a esa chica especial y seguir saliendo con otras mujeres, la única solución es establecer con ella una relación casual en la que no le dará nada pero le prometerá todo.
Le dirá algo como: “Mira, no estoy preparado para una relación… todavía. Pero me gustas de verdad”, tras lo cual procederá a enumerar todas las cosas que le gustan de ella.
Esta pequeña miga de pan será suficiente para que la chica crea que puede haber una esperanza de que él cambie y se comprometa con ella, y se quedará en esa situación, aferrándose desesperadamente a ese salvavidas que él le lanzó.
Querida lectora, si estas líneas te han resultado terriblemente familiares, sólo quiero que recuerdes una cosa: en realidad no hay necesidad de que aguantes las cosas que él dice.
Si hay un hombre en tu vida que te ha dicho que no quiere una relación, confía en él y sigue adelante. No te quedes intentando hacerle cambiar de opinión. No necesitas ese tipo de estrés en tu vida.
Si quieres una relación seria y tu hombre no, esa es tu señal para dejarlo. La mejor manera de conseguir lo que quieres en la vida es no conformarte con lo que no quieres. Recuérdalo.
Ahora que tenemos eso cubierto, veamos cuáles son algunas otras cosas tontas que los hombres inmaduros tienden a decir, para que puedas estar segura de que te has encontrado cara a cara con alguien que no está a la altura de tu energía.
“No busco nada serio. Vamos a divertirnos”.
Esta va de la mano con “No estoy listo para una relación” y suele decirse justo antes o después.
También es una especie de juego mental porque yuxtapone el adjetivo “serio” al adjetivo “divertido” y hace que el primero parezca peor que el segundo.
Así, si eres tú la que busca algo serio, ese hombre está intentando hacerte creer que eres demasiado aburrida y estirada, pero también está intentando hacerte creer que tiene la solución adecuada y más divertida para ti. Sí, claro.
Una de mis situaciones pasadas me dijo que tengo que “vivir un poco”. Bueno Manuel, si vivir un poco significa que tengo que aguantar tus malos modales e inmadurez, entonces respetuosamente declino.
“Simplemente no me gustan las etiquetas.”
No es que no le gusten las etiquetas, en realidad. Simplemente no le gustan tus etiquetas. Él está perfectamente bien con la etiqueta de su relación como casual, ¿verdad? Pero hacerlo serio y oficial es un gran no-no para él.
“Vamos a ver a dónde nos lleva esto.”
Manuel, esto no es un autobús. ¿Adónde crees que te llevará esta relación casual? ¿Al país de Nunca Jamás donde pertenece tu inmadurez?”
Este es un ejemplo clásico del intento de un chico de mantenerte cerca dándote alguna esperanza. Esta incertidumbre es lo que hace que las cosas sean emocionantes para ti, así que estás de acuerdo en seguir en una relación que tu corazón no aprueba.
“Ahora mismo tengo que trabajar en mi título/carrera/negocio…”
Oh, claro, claro. Pero, dime, ¿qué le impide trabajar en ello mientras está en una relación contigo?
Si fuera lo suficientemente hombre, sabría que los milagros se consiguen cuando un hombre tiene a su lado a una mujer fuerte que le apoya en cada paso del camino.
“No eres tú, soy yo. Simplemente estoy en un momento de mi vida en el que necesito estar solo para averiguar lo que realmente quiero.”
Me encanta cuando los chicos actúan como si las relaciones fueran un asunto de vida o muerte. Como si necesitara estar soltero para descubrir lo que necesita. Oh, dame un respiro. Él sabe exactamente lo que quiere, cariño. Y exactamente lo que no quiere.
Esto es algo que un tipo le dijo a mi amiga hace unos años. Tuvieron algo durante un par de meses, pero ella, obviamente, quería hacerlo más serio.
Resumiendo, después de que tuvieran la conversación sobre ir en serio o no (tras la cual ella terminó todo con él), ella lo vio esa noche, en el club, haciendo un movimiento con otra chica.
Pronto encontró a su nueva víctima. ¿Es eso lo que él necesitaba averiguar o me estoy perdiendo el punto?
“Oh, vamos. Eres una de las divertidas”.
Y por último, una joya de mi propia experiencia.
Llevaba saliendo casualmente con este chico más de 8 años (no juzguéis). Siempre me aseguré de que supiera que quería una relación seria con él. Y él siempre se aseguró de nunca dármela.
En vez de eso, me daba pedacitos de atención para mantenerme satisfecha.
Cuando finalmente maduré lo suficiente como para darme cuenta de que merezco más, decidí terminar todo con él. Tuvimos nuestra conversación, y le deseé buena suerte con la esperanza de que con el tiempo decidiera madurar, y él me dijo lo siguiente:
“Eres una de las divertidas”.
¿En serio? Después de casi una década de conocer a este tipo, todo lo que obtuve fue que soy una de las divertidas.
Me di cuenta de lo triste que estaba porque solía prosperar con estos pésimos cumplidos que me hacía. Y lo estúpida que era por creer que soy la única cuando en realidad estaba entre muchas.
Diciéndome que era una de las divertidas, intentaba mantenerme cerca, para que decidiera quedarme en una situación en la que nunca recibía nada bueno y beneficioso.
Por suerte para mí, se me abrieron los ojos y por fin supe lo que realmente merezco. Te deseo que tengas la misma epifanía que yo, para que puedas dejar de escuchar (¡y creer!) todas las mentiras que te dicen los hombres pésimos de tu vida.