Te dejó sin contestar un texto, y te dijiste a ti misma que no importaba.
Sin embargo, le diste el beneficio de la duda. Pensaste en todas las cosas terribles que le podrían haber pasado con su teléfono. Podría haber sido robado, podría el mismo haber estado en el hospital, o su jefe podría haber tomado su teléfono.
¿Cuánto viene durando esto? ¿Un día, un mes o un año? Bueno, necesitas dejar de cometer el mismo error repetidamente.
Le envías un mensaje. Entonces comienza el juego de espera. Miras fijamente tu teléfono, lo llevas a todas partes contigo. Lo llevas al baño contigo, a la mesa, a tu jardín. Tu teléfono está donde tu estés.
¿Por qué haces esto? Tú lo haces porque quieres una respuesta. Quieres saber de él otra vez.
Un pedazo de ti lo quiere y estás tan desesperada por saber de él porque es lo más cerca que puedes llegar a él.
Estás ansiosa, nerviosa y asustada. Tienes miedo de que no le gustes o de que esté con otra persona. Miras hacia abajo en tu teléfono y ves que él te ha leído y no responde.
Estás como loca, confundida, y no tienes ganas de hablar con él. Te dices a ti misma que no vas a enviarle un mensaje de texto.
Sin embargo, cuando oyes ese Ding, saltas en el aire y recoges tu teléfono. Ves la notificación. Te sientes como si tu mundo estuviera completo. Desbloqueas tu teléfono y abres el texto.
Ves un simple “Hola”.
Respondes con, “¿Cómo estás?”
La conversación se parece a cualquier otra conversación. Sin embargo, te sientes tan feliz que continúas sonriendo a la pantalla de tu teléfono porque realmente quieres hablar con esta persona. Olvidas el hecho de que antes te dejó otros textos sin contestar.
Después de enviar ese texto, el juego de espera comienza de nuevo.
Ahora sólo piénsalo. Envías un mensaje a alguien que lo abre y no responde. Te ha hecho esto varias veces antes.
Quiero que tomes los próximos 30 segundos para sentarte a pensar en lo que eso significa.
Significa que no está interesado en hablar contigo.
¿Qué haces ahora? Puedes hacer alguna de las siguientes cosas:
Una cosa que puedes hacer es confrontarlo y decirle cómo te sientes acerca del hecho de que te lee y no te contesta. Cuando lo enfrentes, recuerda ser cortés. Dile cómo te sientes y cómo su actitud te está afectando.
La segunda cosa que puedes hacer es enseñarle una lección. Puedes leer su texto y dejarlo sin responder.
Esto puede terminar de dos maneras. La persona se verá afectada emocionalmente y pensará en lo que hizo mal y lo que te ha causado al no contestar tu texto. O puede que acabe no enviando más mensajes.
La tercera cosa que puedes hacer es responder a su mensaje tiempo después de haberlo leído, o simplemente no volver a hablar con él. De esa manera, inviertes el problema.
Cuando estás enviando mensajes de texto a alguien, quieres que la otra persona esté tan involucrada en la conversación como tú. Cuando eres tú la que envía muchos mensajes de texto y la otra persona te responde con pocos textos, muestra claramente que no está interesada.
¿Por qué desperdicias tu tiempo en alguien que no te quiere?