Ya llegará tu hora, tú también tendrás tu turno. Se siente como si ya no hubiera más oportunidades para ti y el mundo empezara a ponerse patas arriba. Pero por ahora, espera. Sólo sigue creyendo que un día, el universo finalmente te recompensará.
Continúa creyendo. Eres valiente. Continúa aferrándote a ese sueño de que se avecinan días mejores, que siempre habrá arco iris después de la lluvia. El sol brillará después de la tormenta oscura. Las flores florecerán en la estación y tú también.
Sigan luchando. No importa cuán dura sea la batalla de la vida, manténgase en curso. No te salgas de la pista. No te distraigas. Concéntrate y arregla tus pasos. Después de todo, las partes heridas de ti mismo resultaron ser las mejores cicatrices que definen qué tan bien estás enfrentando todas las incertidumbres de la vida.
Continúe respirando. Incluso si su pecho se siente un poco más apretado, sepa que aún así sobrevivirá. Vas a lograrlo. No pierda la esperanza y crea que, con el tiempo, se agradecerá a sí mismo que no se haya dado por vencido.
Continúa persiguiendo tus sueños. Corre hacia ellos. Sujétalos con fuerza. No importa lo inimaginables que parezcan, nunca dudes de tu potencial, tu talento y de ti mismo. Haz que suceda; haz que sea real.
Continúa sobreviviendo. La vida sabe cuánto has sacrificado, sabe cuánto has dejado ir. La vida sabe lo profundas que son tus heridas y lo mucho que has soportado.
Pero por ahora, la vida quiere que esperes un poco más. El universo volverá a ti con los brazos abiertos y cálidos y te devolverá todo lo que mereces, lo que has esperado, por lo que has rezado mucho.
Quédate ahí, sólo un poco más.