Sé que hay días en los que quieres desmoronarte por completo. Días en los que te preguntas de dónde puede salir un poco de fuerza porque estás agotado. Días en los que quieres llorar pero sabes que no deberías o crees que ni siquiera tienes una razón para hacerlo.
Así que mantén la calma. Sonríes y sigues como si todo dentro de ti no se estuviera rompiendo. Ayudas a otros sin siquiera pensar en pedir ayuda a ti mismo. No quieres parecer débil. No quieres parecer una carga o negativa. Así que sigues sonriendo y dando pequeños pasos hacia adelante, pero todo lo que quieres es caer de rodillas y gritar.
Parece que cada día es algo nuevo o que cada día es difícil. Te despiertas y quieres quedarte ahí tirado. Hay cosas que tienes que hacer pero simplemente te das la vuelta.
Quieres mirar hacia adelante, pero estás perdiendo la fe en lo que te espera porque no estás seguro.
No sé por lo que estás pasando exactamente. Tal vez sea una ruptura.
Tal vez es el trabajo o la escuela o un millón de cosas en las que pareces estar ahogándote. Tal vez cada vez que parece que algo está a punto de suceder o que vas a tomar un respiro, otra cosa te deja sin aliento.
Sé que estás cansado. Y no sólo físicamente sino emocionalmente agotado por todo lo que la gente te exige.
La gente te exige mucho y nunca decepcionas a nadie. Nunca los decepcionas. Te rompes el culo para apaciguar a la gente que ni siquiera te da las gracias. Eso requiere fuerza.
Quiero dar las gracias en nombre de los que no lo hacen. Quiero mostrar mi aprecio por aquellos que no ven por lo que están pasando. Haces que parezca fácil y por eso la gente no se da cuenta de por lo que estás pasando.
Pero yo lo veo. Tus ojos cansados se preguntan si hay más de lo que estás recibiendo ahora mismo.
Voy a empezar con que estoy orgulloso de ti por lo fuerte que eres. La fuerza como la tuya viene en batallas silenciosas, la gente no sabe que luchas. Viene en lágrimas que reprimes o nadie sabe que lloras. Es en las noches en las que te quedas despierto preguntándote si hay más.
La curiosidad es buena.
Esa sensación de insatisfacción es buena. Está ahí para mostrarte que ya no estás en el lugar correcto. Estar incómodo es bueno. Eso significa que estás creciendo.
Tal vez donde estás ahora mismo, has sobresalido tanto como puedes y no hay lugar más alto al que puedas ir. Deberías estar orgulloso de ti mismo por eso.
Pero necesito que sigas adelante. Sigue intentándolo. Sigue trabajando. No pierdas la fe. Porque es en esos momentos cuando quieres levantarte, alejarte y renunciar, cuando llega algo gratificante. Hay algo al otro lado de esta confusión y tristeza.
Sólo tienes que llegar allí primero.
Sólo debes saber que no estás solo. Estoy contigo.
Recuerda que toda tu vida va a estar bien.