Él no era tu alma gemela y tú sabías que no era tu alma gemela. La indecisión es lo que sucede cuando no puedes aceptar que lo que ya sabes que es verdad.
Él no era tu alma gemela, era un ancla que te mantenía firme, y luego te dejó atascado. Él era el sol en tu universo cuando no estabas seguro de en qué más girar. Derramaste tu energía en la idea de él. Su relación era buena porque usted la hizo buena. Era un lienzo en blanco sobre el que pintabas tu amor hasta que era hermoso. Fue una hazaña fácil. Era algo seguro.
Parecía perfecto en la superficie y luego menos perfecto a medida que pasaba el tiempo. Las almas gemelas reales son lo opuesto – la profundidad de su conexión se revela cuanto más estén juntos. Él era la pareja perfecta para la persona que eras, no la persona que necesitabas ser. Era un viejo mapa de amor que pensaste que finalmente habías conquistado.
No te encontraste con él, te convertiste en lo que él quería que fueras y creíste que eso te hacía bueno. No eran felices si no estaban juntos – y no sabían cómo sería su vida si no pudieran tenerlo. Eso no es amor, es una adicción. Es un lugar seguro. Esa es una zona de confort que se convirtió en una muleta.
Él no era tu alma gemela, él era una distracción. Era una fijación temporal que te aliviaba de las grandes preguntas que no podías responder.
Lo sabes porque se desvaneció cuando te encontraste.
La cosa es que no estás hecho para las cosas que pierdes, y sin embargo tienes que perderlas.
No era tu alma gemela, era una lección – y lo que proyectaste en él te dice todo lo que necesitas saber.
La cosa es que él no era lo que esperabas que fuera, y aún así tenías que tener esperanza. No era lo que imaginabas, pero tenías que dejarte llevar por tus sueños. Él no era tu futuro, y aún así tenías que preguntarte si podría serlo. La cosa es que no estás hecho para las cosas que pierdes, y sin embargo tienes que perderlas.
Tu verdadera alma gemela no será la costura que te mantiene unido. Serán alguien con quien caminar por el sendero – tus maestros parecerán el sendero ellos mismos. Están aquí para mostrarte algo tan fundamental acerca de ti mismo, de tu vida y de tu futuro, aunque esa lección no sea lo que se necesita para mantener a alguien para siempre. Su impacto es permanente e irrevocable, incluso si olvidas sus nombres y rostros y lo que solían significar el uno para el otro. Ese era su propósito.
Él no era tu alma gemela, era la supervivencia. No puedes enfadarte contigo mismo por eso.
A veces tenemos que romper nuestras propias ilusiones para poder entender lo que es real cuando lo encontramos. Eventualmente, sales por el otro lado y te das cuenta de que volverías a pasar por todo eso para llegar a donde estás ahora.