Querida tú,
Sé lo duro que debe ser pasar cada noche sola en tu cama, pensando en todo lo que has pasado y contemplando algunas de tus decisiones vitales.
“¿Era necesario que le conociera? ¿No podría haber vivido una vida mejor sin él? ¿Por qué le dejé entrar en mi vida? ¿No debería haber tenido más cuidado?”.
Sé que estas preguntas rondan por tu cabeza, jugando contigo y con tu precioso corazón. Sé que estás triste, sola, rota y desesperada por que alguien venga y te comprenda, alguien que arregle todos tus pedazos rotos.
Pero también sé que, por mucho que anheles el amor y la atención de alguien, también sientes que no eres digna de ello.
Fue él quien te hizo sentir así, ¿no? Te obligó a creer que no eres nadie, que sólo eres una chica incapaz de lograr nada.
Te llamó de todo, ¿verdad? Todavía te taladra la cabeza y te dificulta la respiración. Te impide alcanzar todo tu potencial y apenas crees en ti misma.
Mi corazón se rompe por ti. De verdad. Porque sé lo que se siente cuando la única persona a la que quieres de verdad te dice que no eres digno de amor.
Es triste porque aún confías en él. Confías en sus palabras y estás condicionado a creer que no puede mentir.
Pero déjame decirte algo, hermoso ser. Eres más que digna de amor y de vida. Te mereces todo lo que él te dijo que no debías tener. Y te mereces incluso más que eso.
Tal vez no fuiste creado para su amor, y eso está perfectamente bien. Ya vendrá otra persona capaz de amarte por lo que eres. Y estarás bien sin este chico porque seguirás adelante. Y vivirás una vida feliz con alguien nuevo. Alguien mejor.
Recuerda: al decir que no eres digna de amor, sólo está proyectando sus propias inseguridades.
Ahora mismo, lo más importante que puedes (y debes) hacer por ti es recordarte una simple verdad: ese chico estaba herido. Estaba muy herido. Alguien le había hecho algo terrible que le volvió frío y despiadado.
Por lo tanto, al decirte todas esas cosas horribles, como que no eres digna de amor, sólo estaba proyectando sus propias inseguridades.
Tiene una oscuridad en su interior y tu luz no fue capaz de luchar con ella. Y cariño, eso no es culpa tuya.
Tu luz fue realmente más que suficiente. Tu bondad brilla tan fuerte, y es capaz de hacer día de la noche. Pero, él nunca quiso salir de su oscuridad.
Su decisión fue darle continuamente al interruptor y apagar tu luz. Su decisión fue apagar tu vela.
Y eso es porque, ahora mismo, prefiere la oscuridad. Y probablemente también quería mantenerte en la oscuridad.
Así que, en realidad, deberías dejarlo ahí. No te molestes. No trates de salvarlo. Cada uno tiene su propio viaje, sus propias decisiones que tomar, y su propio camino que seguir.
Vuestros caminos se cruzaron, pero no estaban destinados a llevaros al mismo destino. Todo este tiempo, se suponía que eventualmente se separarían.
Así que, déjale en paz. Mantenlo en tus oraciones y continúa deseándole el bien. Y cada noche, da gracias a Dios, al Universo o al Destino por haberle traído a tu vida.
Puede que ahora no lo veas, pero él era una lección que debías aprender. Sí, fue dura, claro que podrías haber vivido sin ella perfectamente. Pero lo que importa es que has superado la prueba. Ahora es el momento de seguir adelante.
El amor que buscas tan desesperadamente se esconde dentro de ti.
Escucha, sé que siempre has anhelado un amor sencillo. Ese en el que el amor de tu vida te lleva el desayuno a la cama, nunca deja de prepararte el tipo de café que te encanta y siempre se asegura de que tengas un bocadillo de chocolate a mano.
El amor en el que los dos podéis hablar durante horas y horas sobre diversos temas, pero también estar perfectamente en silencio, disfrutando de la música o de la quietud de la noche estrellada.
El amor en el que te sientes seguro, escuchado, apreciado, cuidado, comprendido y querido. El amor en el que no tienes que preocuparte por abrir conversaciones sobre temas difíciles porque sabes que una persona es lo bastante madura como para cogerte de la mano, incluso cuando no está de acuerdo contigo.
El amor en el que conseguirás ver un anillo en tu dedo y sentir una patada bajo los latidos de tu corazón. El amor en el que envejecerás con tu persona.
Bueno, se suponía que ese chico nunca te daría eso. Cuanto antes hagas las paces con esto, antes empezarás tu viaje de curación.
Ese amor llegará a ti, confía en mí. Pero primero, tienes que empezar a quererte a ti misma.
Sé que te causó un daño que ahora parece incurable. Pero tú puedes hacerlo. Puedes remendar tus pedazos rotos por ti misma, porque eres la única persona que puede curarte.
La cura está en tus manos, y en las de nadie más. Y en el proceso de darte cuenta, inevitablemente te enamorarás de ti mismo. Aprenderás a apreciar tanto tus virtudes como tus defectos, y te darás cuenta de lo digno que eres de verdad.
Sé que lo harás. Este viaje de autodescubrimiento llevará tiempo, es cierto, pero ambos sabemos que la paciencia es tu punto fuerte.
Ambos sabemos que llegará un día en que recordarás este pequeño percance y te parecerá divertido. Recordarás las lágrimas que derramaste y sonreirás, sabiendo que ha sido todo un viaje. Y qué lección has aprendido.
¡Nunca intentes demostrar que eres digno de algo! Los que son importantes en tu vida no necesitarán ninguna prueba.
Una vez que empieces a quererte a ti mismo de la forma correcta, nunca te permitas buscar validación en otra persona. Por mucho que quieras a alguien, esa persona nunca debe ser tu única fuente de apoyo.
Es increíble que alguien te quiera, pero es aún mejor cuando primero sabes quererte a ti mismo.
Si alguna vez vuelves a sentir que tienes que demostrar tu valía a alguien, por favor, vete. Recuerda que no te corresponde participar en esa batalla.
Los que te quieren de verdad nunca te pondrán a prueba. Te querrán incondicionalmente y nunca (ni por un solo minuto) cuestionarán tu valía.
Sé amable contigo mismo y con los demás. Y nunca pierdas tu luz.
Con amor,
Tu futuro yo