Hace tiempo que ese hombre se alejó de ti. El hombre que creías que era tu alma gemela y tu persona para siempre.
El hombre con el que planeabas pasar el resto de tu vida y el hombre que estabas convencida de que nunca te abandonaría como lo hizo.
Ha pasado un tiempo desde que el hombre que amabas más que nada te dejó. Hace tiempo que te sientes perdida, desesperada y con el corazón roto.
Un tiempo desde que te quedaste estancada en un lugar, sin ninguna esperanza de seguir adelante.
Cuando piensas en ello, recuerdas cómo llegaste a amar a este hombre. Recuerdas cómo te enamoraste de él y cómo, con el tiempo, se convirtió en el centro de tu universo.

Pero parece que no puedes encontrar la manera correcta de superarlo.
Por mucho que lo intentes, no puedes olvidarte de él y, a pesar de todos tus esfuerzos, parece que no puedes averiguar cómo dejar de amarlo.
Bueno, déjame decirte una cosa: aunque ahora no me creas, te curarás y estarás mejor. Tarde o temprano dejarás de amarlo y lo dejarás en el pasado, exactamente donde debe estar.
Desenamorarás a este hombre, de la misma manera que empezaste a amarlo.
Pero no será de la noche a la mañana. Es un proceso que requiere tiempo y devoción. En primer lugar, estarás enfadada con él. Estarás furiosa por todo lo que te ha hecho.
¿Cómo pudo haber aplastado todos los sueños que construyeron juntos? ¿Cómo ha podido romper tu corazón, sin pestañear?
Luego, estarás enfadada contigo misma. ¿Cómo pudiste ser tan tonta de creerle?
¿Cómo es que no viste su verdadero rostro a tiempo? ¿Cómo pudiste compartir una vida con un hombre que obviamente nunca te amó lo suficiente?
Después, cuando te deshagas de la ira, vendrá la tristeza. Sólo pensarás en tus hermosos recuerdos y cuando los recuerdes, querrás que ese hombre vuelva a tu vida.

Es entonces cuando empezarás a sentirte sola porque te acostumbraste a tenerlo siempre a tu lado. Estarás convencida de que pasarás el resto de tu vida llorando por este hombre.
Y cuando finalmente toques fondo, no habrá otra forma de ir desde arriba.
Lo que no sabrás es que mientras todo esto ocurría, en realidad estabas recorriendo el camino de desamor de este hombre.
No serás consciente de que ya has comenzado tu viaje para dejarlo ir, y que todas estas fueron las fases de tu proceso de curación.
Y entonces, una mañana, de repente, él no será lo primero que te venga a la mente.
Te sorprenderás a ti misma sonriendo sin una razón en particular, y no escucharás su voz en el fondo de tu cabeza.
De repente, te pillarás a ti misma sin pensar en él cada día.
Verás que tu corazón lo ha enterrado y que se ha convertido en un recuerdo lejano.
Un día, no tendrás miedo de ir por la vida por tu cuenta porque verás que lo hiciste bien sin él. No le echarás de menos y no te sentirás incompleta por ti misma.
De repente, empezarás a disfrutar de tu vida de soltera. Empezarás a mimarte como lo hacías con él.
Empezarás a amarte a ti misma más de lo que has amado a este tipo.
Cuando eso ocurra, te sentirás más realizada que nunca. Por fin verás lo fuerte que eres como mujer.

Verás que tu valor no tiene que ver con el hecho de que este hombre te quiera o no te quiera.
Recordarás que existías antes de que él entrara en tu vida y que su marcha no te destruyó ni cambió la esencia de tu ser.
Y así, le dejarás de amar, en el momento en que empieces a amarte de verdad.
El momento en que te das cuenta de que siempre has sido más importante que este hombre es el momento en que dejas de idealizarlo y ves que nunca te mereció.
El momento en que entiendas que este hombre que te dejó fue en realidad lo mejor que pudo haber pasado; el momento en que dejes de esperar un cierre y cuando te des cuenta de que ustedes simplemente no estaban destinados a ser.
No, no olvidarás que este hombre ha existido en tu vida. En cambio, empezarás a verlo como una lección, como una cicatriz curada y como un vago recuerdo de tiempos pasados.
Pero eso no significa que te persiga su recuerdo, porque el momento en que dejes de amarlo será el momento en que ya no sentirás su ausencia.
El momento en el que no sentirás ese vacío dentro de tu corazón y el momento en el que ya no lo anhelarás.