Te has creado una imagen de ti misma con la que sueñan la mayoría de las mujeres. La gente te ve como una mujer fuerte e independiente, que tiene claras sus prioridades y sus objetivos.
No te asusta arriesgarte y caminas por la vida con la cabeza bien alta. Parece que nadie puede interponerse en tu camino salvo, tal vez, tú misma.
Desde fuera, pareces valiente y sin miedo. No tienes problemas en decirle a la gente cómo son las cosas porque no temes perderlos.
Te quieres lo suficiente como para disfrutar de tu propia compañía. Estar solo nunca ha sido un problema para ti, o eso creen los demás.
En el fondo, sin embargo, sabes que es una historia completamente diferente.
Por muchas metas que consigas y muchos hitos que alcances, siempre te falta algo. Sueñas con tener una familia con la que poder volver a casa y compartir esos maravillosos logros.
Aunque a otras personas no se lo parezca, tienes un miedo atroz a quedarte solo para siempre.
Eso no significa que no te importe estar solo por ahora. Te parece perfecto llegar a casa del trabajo, ponerte tu cómodo chándal, prepararte una buena cena y disfrutarla con una copa de vino y una vela de lujo que te has regalado.
Sin embargo, ésa no es la vida que deseas tener para siempre.
Llevas toda la vida rodeado de la idea del amor. Tus padres están locos el uno por el otro, incluso después de tantos años juntos, y tú te has pasado la adolescencia leyendo novelas románticas y perdiéndote en poesías hasta altas horas de la noche.
Por encima de todas tus ambiciones y sueños profesionales, que pueden haber cambiado a lo largo de los años, ha habido uno que siempre ha permanecido igual: levantarte cada mañana junto a alguien que te completa.
Tomar café, ir a trabajar, volver a casa y preparar la cena juntos. Tienes esta imagen perfectamente clara en tu cabeza.
Pero, de alguna manera, tu cabeza sigue siendo el único lugar donde la ves. No has renunciado al amor y siempre le das una nueva oportunidad.
Tienes una cita tras otra, pero no consigues encontrar a la persona perfecta. No importa si se debe a tus elevadas exigencias, a tu personalidad de mujer fuerte o simplemente a que aún no has tenido suerte.
Lo que importa es que tu miedo es cada vez mayor. No quieres renunciar a la idea de que algún día vivirás la vida de tus sueños, pero a medida que pasa el tiempo, te resulta más difícil ver cómo eso podría ser tu realidad.
“¡No te preocupes, aún eres joven! Encontrarás a alguien cuando menos te lo esperes”. ¿Cuántas veces has oído exactamente estas palabras?
La mayoría de las veces, vienen de tus amigos que ya han tenido sus finales felices. Desde tu última relación duradera, has visto a tus amigos comprometerse, casarse y tener hijos preciosos.
Y sin embargo, ahí estás, avanzando en tu carrera, pero aún sintiéndote estancado en tu vida amorosa.
No importa lo que te digan los demás, eres consciente de que algunas personas simplemente no llegan a vivir las realidades que desean, por mucho que se esfuercen por conseguirlas.
En un momento dado, sin embargo, tienes que hacer las paces con el hecho de que tal vez simplemente no estás destinado a vivir ese tipo de vida, y eso está completamente bien.
Hay muchas mujeres felices, satisfechas y realizadas que nunca se han casado, y no cambiarían su vida por nada del mundo.
Deshacerse de ese miedo a estar sola para siempre es el primer paso para vivir una vida sana y plena. Te sientas y te preguntas: ¿qué ha aportado este miedo a mi vida?
Nada más que más problemas, estrés y ansiedades. Muchas mujeres acaban en relaciones poco saludables simplemente por su miedo a estar solas.
Se satisfacen con hombres que no las merecen y con relaciones que no las hacen felices ni completas. Pero, ¿es eso lo que realmente quieres?
Es mejor despertarse sola cada mañana que al lado de alguien que te hace sentir miserable, perdida y estancada.
De hecho, hay algo de verdad en lo que te han estado diciendo tus amigos, por mucho que odies admitirlo.
Realmente encontrarás a alguien cuando menos te lo esperes, o incluso cuando hagas las paces con estar solo. No se trata sólo de pura suerte y coincidencia, sino de la energía de la que te rodeas.
Cuando vives tu vida con miedo, actúas en consecuencia. Te rodeas de energía negativa y atraes a personas que encuentran paz en ella.
Cuando buscas el amor desde este punto de vista, la mayoría de tus relaciones acabarán siendo un completo desastre.
Tienes miedo de estar sola, así que sales con cualquier hombre que pueda interesarte lo más mínimo.
Ellos reconocen el miedo que te ha llevado hasta ahí, y la mayoría lo utiliza en su beneficio. Incluso por muy exitosa y fuerte que seas, acabas en situaciones que no aportan ningún valor a tu vida.
Incluso si terminas en una relación, sigues llevando tu miedo contigo, poniendo estrés en tu pareja también.
¿Y si no funciona? ¿Y si estoy perdiendo el tiempo y esta relación acaba como la anterior? Ya no soy tan joven, ¿y si él no se lo toma tan en serio como yo?
Respira hondo. Eres fuerte, capaz y tienes éxito. Tienes toda una vida por delante, y algunas cosas pueden cambiar de la noche a la mañana.
Disfruta de donde estás ahora y deja que la vida te lleve a donde estás destinado a ir.
No hay absolutamente nada malo en pasar las noches solo, y tu felicidad no debería depender de otras personas.
Olvídate del miedo, sé parte de tu vida y observa cómo te suceden las cosas más mágicas cuando menos te lo esperas.