La comunicación es una de esas cosas que pocas personas consiguen dominar a lo largo de su vida.
Sin embargo, es una parte primordial de cualquier relación, ya sea entre parejas, amigos, familiares o compañeros de trabajo.
Dominar el arte de la comunicación sana debería ser el objetivo principal de todos nosotros. Creo sinceramente que debería enseñarse en la escuela como un curso aparte. Así de importante me parece.
La forma en que usted y su pareja se hablan puede hacer o deshacer su relación. Si no estás seguro de si tú y tu pareja sois buenos comunicándoos, aquí tienes cómo averiguarlo.
1. Usted y su pareja se escuchan con la intención de comprender, no de responder
Por desgracia, hoy en día muchas personas escuchan sólo con la intención de responder. Es como si estuvieran constantemente delante de un profesor de instituto, escuchando sus preguntas y esperando a dar sus breves respuestas para acabar de una vez.
En realidad, no les importa lo que la otra persona tenga que decir: sólo les interesa expresar su versión de los hechos.
Sin embargo, una comunicación sana entre dos personas que se quieren implica el deseo de comprender, en lugar de limitarse a responder.
Cuando te das cuenta de que escuchas a tu pareja con la intención de entender su punto de vista, sin interrumpirle, insultarle o tener que defenderte, y tu pareja hace lo mismo contigo, es cuando sabes que tenéis una comunicación sana.
2. Ambos son abiertos y sinceros sobre sus sentimientos
Otra parte importante de una comunicación sana es ser completamente abierto y sincero con los sentimientos.
Esto significa que tanto tú como tu pareja sois sinceros, pero amables, a la hora de contaros lo que os ha pasado, lo que os ha molestado y cómo habéis percibido las acciones o palabras del otro.
Ninguno de los dos es grosero ni siente la necesidad de ser mezquino, pasivo-agresivo, sarcástico, cínico o similar.
Las conversaciones suelen empezar así: “Oye, tengo que decirte algo. Cuando dijiste esto y aquello me dolió mucho y me hizo sentir inútil” o “Así es como veo toda la situación desde mi punto de vista…”.
3. Cuando estéis en desacuerdo, que ninguno de los dos levante la voz
Otra forma de asegurarte de que tú y tu pareja sois maestros de la comunicación sana es cuando no sentís la necesidad de levantar la voz cuando ambos estáis en desacuerdo.
Puede que esto no parezca gran cosa, pero es una gran señal de autocontrol y respeto hacia la otra persona.
La ira es una emoción muy poderosa, y ser capaz de controlarla y no descargarla sobre la persona que amas es algo digno de admiración.
Una amiga mía y su marido son las primeras personas que me vienen a la mente cuando pienso en esto.
Su vida no es fácil y casi todos los días encuentran un motivo para discutir. A veces incluso lo hacen delante de mí.
Pero la forma en que hablan entre ellos… vaya. Están tan tranquilos y serenos, hablan con voz normal, sin insultos ni palabras malsonantes. Se pelean, pero lo hacen con gracia y respeto.
Tal vez eso me chocó porque crecí con unos padres que eran todo lo contrario. Y quizá sea precisamente por eso por lo que hoy en día aprecio más que ninguna otra cosa una conversación respetuosa.
4. Tu pareja y tú os permitís expresar vuestros sentimientos, preocupaciones y quejas
Una forma de asegurarte de que tú y tu pareja mantenéis una comunicación sana es que ambos os sintáis siempre libres de expresar vuestros sentimientos, preocupaciones o quejas.
Cuando sientes la necesidad de hablar con tu pareja, no sientes ansiedad ni estrés por plantearle cualquier cosa que necesites decir. Sabes que te escuchará atentamente y te dejará terminar.
Y también le dejas expresar su versión de los hechos. De hecho, estás deseando oírla para que te dé su opinión y entender todo el asunto desde su perspectiva.
Yo solía tener una relación con un hombre que nunca me dejaba terminar lo que quería decir.
Cada vez que me quejaba de algo, me interrumpía y me decía: “Ya basta. Siempre te estás quejando de algo. Nunca soy lo bastante bueno para ti. Quizá deberías aprender a ceder un poco”.
Pero en realidad, él era bueno y era suficiente. Sólo teníamos algunos temas normales relacionados con la relación de los que yo quería hablar, pero él nunca me dejaba terminar.
Siempre me cortaba bruscamente, y luego proseguía con su monólogo en el que me culpabilizaba hasta el punto de que me disculpaba por algo que ni siquiera había hecho.
Evidentemente, nuestra comunicación distaba mucho de ser sana, y tienes mucha suerte si no puedes identificarte con esto.
5. Validáis los sentimientos del otro
Cuando tú y tu pareja os permitís compartir vuestras emociones, heridas y preocupaciones, también podéis validarlas. Esta es una parte importante de una comunicación sana.
No estás necesariamente de acuerdo con las afirmaciones de tu pareja, ni él con las tuyas, pero las aceptas de buen grado como la verdad de tu pareja.
Esto es lo que quiero decir. Supongamos que tu pareja está dolida porque has salido con tus amigos y no has hablado con él en todo el día.
Te dice algo como: “Mira, esa falta de comunicación me ha dolido mucho. Me preocupaba que te hubiera pasado algo. Te agradecería mucho que la próxima vez me avisaras de que todo va bien”.
Como forma de reconocer y validar sus emociones, dirías algo como: “Siento haberte hecho daño. No era mi intención. Me aseguraré de que no vuelva a ocurrir”.
No es que estés menospreciando su dolor y haciendo que parezca inútil. Lo estás reconociendo (aunque no sea algo que te duela) y, por amor a tu pareja, prometes trabajar para cambiarlo.
Tanto tú como tu pareja intentáis entenderos, aunque os cueste mucho. Y esa es la clave de una comunicación sana y una relación feliz.