Skip to Content

Tu rompiste el corazón de ella a pesar de que nunca fue tuya

Tu rompiste el corazón de ella a pesar de que nunca fue tuya

Nunca estuvieron juntos, pero aún así, le rompiste el corazón de ella.

Le rompías el corazón cada vez que le dabas esa mirada que sólo tú sabes dar.

Le rompías el corazón cada vez que la llamabas por teléfono.

Le rompías el corazón cada vez que la tocabas.

La hiciste sentir especial a tu alrededor. Hiciste que te amara aunque se suponía que no debía hacerlo. Hiciste que te amara, pero sabías que no podías devolverle el amor. Hiciste que se sintiera querida.
Ella tomó cada uno de tus gestos y cada una de tus palabras y pensó que eran para ella.

Y si eran para ella, cambiaste de opinión. Decidiste que era mejor no amarla. Pero, ya era demasiado tarde. Ya le habías roto el corazón.

Le diste mucho de tu tiempo. Le diste una razón para amarte. También disfrutaste de su compañía, pero algo te alejó de la idea de amarla.

Ahí fue cuando le rompiste el corazón.

Le rompiste el corazón cuando la viste en su punto más bajo. La traicionaste cuando diste la impresión de que podía contarte todos sus secretos.

Le rompiste el corazón cuando pensó que podía confiar en ti.

La primera vez que se besaron y la primera vez que durmieron juntos no fueron lo mismo para ella que para ti. La usaste. Necesitabas a alguien con quien estar, pero sólo por ese breve momento en el que te sentías solo.

Te necesitó por el resto de su vida. Ella había puesto todo lo que tenía en juego. Ella quería arriesgarse.

Le diste la idea de que estarían juntos en el futuro. Pero ese futuro nunca llegó. Tienes que aceptar que eres responsable del dolor de su corazón roto. No importa cuáles fueron tus motivos, no importa si lo hiciste a propósito o no, tienes que aceptar que fuiste tú quien le rompió el corazón.

Si no querías estar en esta situación, no deberías haberla dejado tan cerca de ti. No deberías haberle mandado un mensaje. No deberías haber salido con ella. No deberías haber dejado que se enamorara de ti.

Por eso tienes que ser un hombre y admitir tus errores. Tienes que darle una explicación. No importa lo difícil que sea para ti encontrar algunas frases cohesivas que expliquen por qué hiciste lo que hiciste, tienes que explicarte a ti mismo.

De lo contrario, dudará de cada segundo que pasaron juntos. Ella repetirá sus conversaciones en su cabeza, una y otra vez. Ella sobre-analizará cada pequeña cosa que hayas hecho o dicho.

Incluso dudará de que alguna vez te haya gustado.

Ella no es una idiota. Te verá con otra chica. Ella merece saber por qué no fue ella la que te tomó de la mano.

Lo hizo una vez. ¿Qué ha pasado?

Ella tiene derecho a saber.