Tener una aventura ocasional en un momento de tu vida puede ser algo bueno.
Puede ser una forma estupenda de deshacerte del estrés innecesario que acumulas en tu cuerpo debido al trabajo y a algunas obligaciones personales, y puede ser otra forma de divertirte un poco, sin comprometerte demasiado con algo.
Pero, ¿qué ocurre cuando tu aventura casual empieza a dar señales de convertirse en algo más?
¿Qué pasa cuando te contagias los sentimientos? ¿Y cómo puedes estar seguro de que esa relación tiene futuro? Averigüémoslo juntos.
1. Tus hábitos de mensajería han cambiado
Antes, tú y tu ligue ocasional sólo os enviabais mensajes cuando habíais quedado, pero ahora sientes que no puede pasar un día sin que le envíes un mensaje.
Empezáis el día con un “Buenos días. ¿Has dormido bien?” y los termináis con mensajes del tipo “Buenas noches. Dulces sueños”.
Cuando pasa algo bueno o malo en el trabajo o en vuestra vida privada, sois la primera persona a la que manda un mensaje el uno al otro para compartir todos los detalles.
Básicamente, sentís la necesidad de hablaros todos los días. Cuándo ha pasado eso, ¿verdad?
2. Pasáis mucho tiempo juntos
Puede que antes sólo hicierais planes una vez a la semana, cuando tu compañero de piso está fuera de la ciudad o cuando él tiene un viernes por la noche libre.
A veces, esas “citas” eran planes de última hora o encuentros casuales a las 3 de la mañana, después de una fiesta desenfrenada en un club.
Pero algo pasó mientras tanto, y ahora te estás sorprendiendo a ti misma haciendo planes serios con este hombre y utilizando cada minuto de tu descanso laboral para ir a tomar un café con él.
Perdona, ¿qué? ¿Cuándo se ha convertido esto en algo tan serio?
Pero así es como suelen ir las cosas. Una vez que empezáis a veros a menudo, tú también empiezas a desear su compañía.
Es básicamente un ciclo interminable de hacer tiempo para ver a esta persona y querer hacer aún más tiempo para ello.
3. Busca constantemente tu opinión
Antes vuestra relación era bastante básica y puramente física. Pero ahora, se te acerca con preguntas como: “¿Qué crees que debería ponerme para mi reunión de negocios?” o “¿Crees que le dije lo correcto a este tipo que me hizo enojar?”.
Le interesa de verdad tu opinión y le encanta que le des consejos, que la mayoría de las veces acepta. Y lo termina con un bonito agradecimiento, algo así como: “Gracias, cariño. ¿Qué haría yo sin ti?”.
Y esto no es una forma de jugar a fingir para conseguir lo que quiere (porque vuestra relación ya es consensuada). Lo hace porque de verdad le importan las cosas que vas a decir.
Y tú también sientes que necesitas su opinión. Qué mono, ¿verdad?
4. Vuestras citas ya no son sólo físicas
Sí. Vuestros mensajes de texto ya no son: “Oye, en mi casa a las 8”, sino más bien: “Oye, estaba pensando… deberíamos ir a la bolera este viernes”.
Habéis empezado a hacer cosas juntos, ir al cine, de compras o al teatro, comer o tomar un café juntos y realizar actividades como senderismo, ciclismo y footing… básicamente os estáis convirtiendo poco a poco en amigos (o me atrevería a decir – en pareja).
5. Recibes diferentes tipos de cumplidos de tu ligue ocasional
Tu ligue solía felicitarte por estar buena o por tener buen aspecto. Pero ahora sientes que ha mejorado.
Ya no te dice lo guapa que eres, sino lo hipnotizadores y azules que son tus ojos, o lo sedoso y suave que es tu pelo, o lo realmente guapa que eres para él.
Te dice que le encanta cómo sonríes, o cómo frunces el ceño cuando tienes hambre, o las caras tontas que pones cuando algo te entusiasma demasiado.
Ha empezado a fijarse en todos los pequeños detalles de tu aspecto y personalidad, y está admitiendo abiertamente cómo le gustan e incluso le encantan.
6. Está sugiriendo planes a largo plazo para los dos
“Oye, este verano hay un festival de música increíble en una ciudad cercana. Deberíamos ir. Yo me encargo de las entradas.
Podemos reservar un hotel; durante el día podemos ir a la playa o hacer turismo, y por la noche ir al festival. ¿Qué te parece?”
¿Qué te parece? Bueno, empecemos por el hecho de que el verano es en menos de tres meses, y ni siquiera estás segura de si vas a ver a este tío.
Habéis acordado mantener una relación informal, pero esto está lejos de serlo.
Aunque no te importa, ¿verdad? Te gusta, de todos modos. No hay nada malo en convertir tu aventura casual en algo más serio, seguro.
Cuando tu pareja empieza a imaginarse el futuro contigo, por pequeños e inofensivos que parezcan sus planes, no deja de ser el futuro en el que planea tenerte.
Una cosa lleva a la otra, y mira tú por dónde… Ya estoy oyendo campanas de boda.
7. Te ha presentado a sus amigos
Ya no estás a oscuras en lo que se refiere a sus amigos. Ya conoces a Jose, Benjamín, a los dos Miguel y a Sergio. Y les caes realmente bien y son amables contigo.
Tu “ligue” (¿es realmente un ligue a estas alturas?) no tiene ningún problema en llevarte a las reuniones del grupo en casa, a las barbacoas de los domingos, a las fiestas de cumpleaños de sus amigos, etcétera.
Incluso te propuso una cita doble con Sergio y su novia. Vaya, eso es un gran paso en la dirección de la relación, en mi opinión.
Y si no te ha presentado a sus amigos sí, pero te lo ha sugerido – ¡eso sigue siendo un tanto!
8. Ha empezado a darte prioridad
Y por último, has notado que te has convertido en su prioridad. No importa lo cansado que esté del trabajo, el tráfico o lo ocupado que esté, siempre encuentra tiempo para venir a verte, al menos durante diez minutos.
Ya no eres su cita “Netflix and chill”. Eres su prioridad. Y si todavía no habéis tenido esa conversación de “¿Qué somos?”, creo sinceramente que ya es hora de hacerlo. Hagámoslo oficial.