Sé que piensas que no la extrañarás porque ahora disfrutas de tu vida de soltera, pero llegará un día en que desearás que ella estuviera allí. Te golpeará cuando menos lo esperes y no podrás hacer nada al respecto porque ella estará contenta con alguien que la eligió para siempre.
Un día, te arrepentirás de haber perdido a una chica que quería ser tuya.
Desearás que ella te escuche y te diga que aunque las cosas no estén brillantes en este momento, cambiarán para mejor. Extrañarás su tímida sonrisa cuando la beses y ella se ponga de puntillas, para que pueda abrazarte y darte el beso más cálido de todos los tiempos. Después de pasar tiempo con tantas chicas en tu vida, te darás cuenta de que ella era la correcta, la que pondría su mundo patas arriba por tu culpa. Y cuando llegue ese día, no podrás hacer nada al respecto. Sólo podrás observarla a distancia, disfrutando de su vida con el hombre que supo apreciarla.
Y tendrás tantas ganas de estar en su lugar.
Pero no tendrás oportunidad de hacerlo porque ella puso fin a su vida contigo. Después de que te dio su corazón y lo pisaste como si no fuera nada, ella juró que te superaría. No pienses que fue fácil para ella abandonar al único hombre que había amado, pero quedarse contigo y recoger las migajas de tu mesa le dolió más que alejarse de ti.
Se fue porque no tenía nada a lo que aferrarse.
Se fue porque tenía buenas razones para eso. No podía soportar rogarte por amor. Ella se esforzó tanto por abrir los ojos, pero usted se negó a abrirlos, pensando que ella siempre estará allí. La diste por sentada y mira lo que hiciste ahora. Perdiste a una chica que en realidad quería ser tuya. Perdiste a una chica que puso todas sus esperanzas en tu amor, pensando que el tiempo te cambiará y que finalmente le darás el amor que tanto anhelaba.
Ella sólo quería que pelearas por ella, pero ni siquiera pudiste hacerlo.
El día que dijo que se iba era el día más feliz para ti mientras fingía que era fuerte, pero en el momento en que te dio la espalda, empezó a llorar, rogando a Dios que la llamaras por su nombre, que le dijeras que se quedara. Quería saber que la necesitas y que no puedes imaginarte la vida sin ella. Pero lo único que podía oír era silencio. Un silencio tan agudo que apuñaló su corazón muchas veces una y otra vez.
El día que dijiste que no la necesitabas fue el día que murió.
Murió por dentro y todas sus emociones se entumecieron. Ya no podía sentir más y sólo tenía la mirada roma, con la esperanza de que cambiaras de opinión. Esperaba que la llamaras, así que se quedó mirando la pantalla vacía durante días. Pero eso fue sólo lo que obtuvo: una pantalla vacía y mucho dolor en el corazón. No podía creer que te dieras por vencido tan fácilmente con el amor, ni siquiera quería intentarlo. No te pidió que le dieras la luna y las estrellas, sólo quería un cálido abrazo y una palabra de consuelo cuando estaba triste.
Ella quería tu amor, pero sólo tenía agonía y un corazón roto.
Pasó tantos días pensando en lo que hizo mal. Hizo muchas preguntas pero no pudo encontrar respuestas. Así que finalmente se rindió. Ella te abandonó porque tú la abandonaste hace mucho tiempo. Ahora, ya no es la misma mujer porque aprendió la lección de vida de la manera más dura que existe.
Así que ella siguió adelante.
Ella siguió adelante porque se dio cuenta de que no puede quedarse en el mismo lugar y piensa que las cosas cambiarán. Ella sabía que tenía que hacer algo con su vida para poder sanar de nuevo.
Y si la ves ahora mismo, apuesto a que no la reconocerás. Ahora es una mujer fuerte, que no se abre a la gente tan fácilmente. No se apega fácilmente y ahora pide una prueba de amor antes de dársela a alguien.
¿Y tú?
Mientras ella está feliz ahora, tú eres el mismo pedazo de mierda. No sabías apreciar a la chica que te amaba más que a ella misma. Te las arreglaste para perder la cosa más preciosa de tu vida, y ahora lo lamentas. Después de tanto tiempo te diste cuenta de que ella era realmente el diamante en bruto, una mujer a la que amar y ser tu mejor amiga. Intentó salvarte de ti misma, pero no pudo. Así que no la odies por rendirse contigo porque eso no la hace débil. Eso significa que fue demasiado fuerte durante demasiado tiempo. Ella no se fue, tú la dejaste ir. Y te mereces que el recuerdo de ella te persiga hasta el final de tu vida.
Y ahora, cuando sea feliz, déjala vivir. No intentes nada más porque sabes que nunca podrás darle lo que realmente necesita. Deja que sea feliz en los brazos de otro hombre, incluso tú sabes que ella merece un hombre mejor que tú.