La mayoría de nosotros nos enfrentamos a la procrastinación o al perfeccionismo de vez en cuando.
Pero, ¿sabías que si luchas demasiado con alguno de ellos, puede que sea un síntoma del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)?
Cada vez más personas son diagnosticadas de TDAH y, según diversas investigaciones, se calcula que alrededor del 4-5% de los adultos que viven en EE. UU. lo padecen.
Si estás interesado en ver cómo la procrastinación y el perfeccionismo pueden estar relacionados con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, entonces definitivamente debes continuar leyendo.
TDAH y perfeccionismo
En primer lugar, quería hablarte del TDAH y el perfeccionismo. He aquí algunos de los signos más comunes.
1. Pensamiento de todo o nada
El pensamiento “todo o nada” suele estar estrechamente relacionado con el TDAH.
¿Alguna vez has sentido que necesitabas hacerlo todo tal y como te lo imaginabas y que si no puedes hacerlo es mucho mejor no hacer nada que quedarte a mitad de camino?
Si has respondido “Sí” a esta pregunta, significa que has experimentado el pensamiento de todo o nada.
En caso de que sólo te haya ocurrido una o dos veces en toda tu vida, probablemente no tenga ninguna relación con el TDAH.
Sin embargo, si es tu patrón de pensamiento habitual y sientes constantemente la necesidad de hacerlo todo o no hacer nada, entonces probablemente tenga su relación con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
2. Toda tu vida está dictada por los “debería”
Muchas personas utilizan “debería” para hablar de las cosas de las que se arrepienten.
Es algo así como “Debería haberla llamado antes, quizá ahora no estaría enfadada”, “Debería haber estudiado más” o “Debería haberme dicho la verdad, sería mucho mejor para nuestra relación“.
Sin embargo, si sientes que toda tu vida está dictada por los “debería”, entonces es probable que estés luchando contra el TDAH.
¿Alguna vez te has sorprendido a ti mismo pensando “debería dar un paseo aunque realmente no me apetezca“, “debería hacer toda esta tarea hoy o no veré la tele esta noche“, o quizás “realmente debería irme a dormir porque tengo que trabajar, pero todavía no tengo sueño“. ?
Si te has reconocido, debes saber que este comportamiento también está estrechamente relacionado con el TDAH.
Puedes reconocerlo al sentir que necesitas hacer algo aunque en realidad no quieras hacerlo.
Por último, el TDAH y el perfeccionismo tienen mucho que ver con el establecimiento de normas poco realistas.
La mayoría de las veces, quieres hacerlo todo a la perfección y te olvidas de que la perfección no existe.
Así que te obligas a hacer muchas cosas y te pones unos estándares tan altos que en realidad es imposible alcanzar los objetivos que tienes en mente.
A las personas que luchan con esto les resulta muy difícil entender y aprender a establecer unos niveles de exigencia realistas.
Desgraciadamente, no poder alcanzar los objetivos que se han marcado puede hacerles sentir ansiosos o muy disgustados.
Por eso es importante trabajar para establecer normas y objetivos más realistas en sus vidas.
TDAH y procrastinación
Ahora que hemos aprendido sobre el perfeccionismo, es hora de ver cómo puede relacionarse el TDAH con la procrastinación. Veámoslo.
1. Tienes problemas para empezar
Son las 7:30 de la mañana y la alarma te acaba de despertar. Te has levantado tan temprano porque hoy tienes muchas obligaciones y querías empezar lo antes posible para poder cumplirlas todas.
Son las 9:15 de la mañana y estás mirando el móvil. Después te has levantado y has decidido que necesitas una hora más de sueño para estar bien descansado para un día tan duro.
Después te has levantado y has decidido que un rato en el móvil te ayudará a despertar tu cerebro.
Son las 12 de la mañana. Hasta ahora, has desayunado y te has duchado. Todo forma parte de tus preparativos para las 7 tareas que tienes para hoy. Es hora de hacerlas.
Son las 15.45. Tu amiga te ha llamado y has salido con ella. Ahora estás de vuelta en casa y listo para conquistar las tareas.
Son las 7 de la tarde. Te has quedado dormido, pero lo bueno es que ahora estás bien descansado. Puede que no tengas tiempo suficiente para terminar todas las tareas, pero seguro que haces la mitad.
Son las 10 de la noche. Tenías muchas ganas de hacerlo, pero tenías hambre, así que has hecho la cena. Entonces sonó el teléfono y te pasaste una hora al teléfono.
Y antes de que te dieras cuenta ya eran las 10 de la noche…
“No pasa nada, lo haré mañana”.
Si a menudo tienes problemas para ponerte en marcha, y parece que la procrastinación es tu mayor problema en la vida, entonces podrías estar mostrando síntomas de TDAH.
2. Te distraes con facilidad
Si realmente no te cuesta ponerte en marcha, pero tu principal problema es que te distraes con facilidad, podría seguir siendo uno de los síntomas del trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Distraerse fácilmente con cualquier cosa que te rodee es, de hecho, uno de los síntomas más comunes del TDAH. Suele ocurrir cuando estás intentando hacer el trabajo y entonces te fijas en algo.
Podría ser una mosca que salió de la nada, y ahora estás concentrado en cómo deshacerte de ella. O estabas limpiando tus estanterías y encontraste algo que te recordó algunos recuerdos, así que ahora estás sentado recordando esos bellos momentos.
Si crees que esto te ocurre muy a menudo, entonces es probable que estés mostrando uno de los síntomas del TDAH.
3. Y te cuesta mantenerte organizado
Y por último, tenemos que hablar de las dificultades para mantenerte organizado.
¿Alguna vez has pasado un día entero planeando una estrategia para hacer el trabajo y luego, cuando has tenido que hacerlo de verdad, te ha resultado tan difícil seguir con ese plan?
Las personas con TDAH suelen tener dificultades para mantenerse organizadas, a pesar de tener un plan estratégico perfecto.
Esto se debe a que se distraen con facilidad o a que, a veces, su energía está tan baja que recordar sus planes parece una misión imposible.
Si te reconoces en alguno de estos breves ejemplos, te sugiero que te pongas en contacto con un especialista y le comentes todos los síntomas que has notado.
Te harán una evaluación y te darán un diagnóstico si es necesario.