No podemos elegir de quién nos enamoramos, pero nuestros sentimientos influyen enormemente en nuestras vidas.
Estoy segura de que lo has oído un millón de veces, así que no voy a nombrarte todas las razones por las que no deberías amar a un maltratador en primer lugar.
De hecho, la gente cree que puede juzgar tan fácilmente y no tienen ni idea de por lo que has pasado. ¿Cómo puedes saber que acabará siendo él quien te haga daño?
No es como si llevara una etiqueta que dijera “tóxico”. Seguramente, había algunas señales, pero te enamoraste antes de notarlas.
Sé que has perdido muchas cosas en este periodo, sobre todo algunas partes de ti misma que quizá nunca recuperes.
Hablaremos de ellas hoy, pero tienes que prometerme que harás todo lo posible por sanar. Tú eres tu mayor obra maestra y tienes que trabajar en ello el resto de tu vida.
Esto puede desencadenarte emocionalmente, así que antes de empezar a leer, respira hondo. Si sientes que no puedes continuar, no pasa nada.
Volverás cuando estés listo y terminarás lo que has empezado. Bien, allá vamos.
1. Tu confianza en ti misma
Una de las cosas más importantes que perderás mientras intentas amar a un maltratador es tu confianza en ti misma.
Si estabas en una relación en la que él te hacía dudar constantemente de ti misma y de tus pensamientos, y la luz de gas era su arma preferida, seguramente tu confianza en ti misma estaba rota.
Durante este periodo te hizo creer que estabas loca, te hizo cuestionar tu cordura en múltiples ocasiones y te “moldeó” para convertirte en una mujer perfecta para él. Pero ahora no te reconoces.
¿Quién es esa chica que ves en el espejo? ¿Serás capaz algún día de recuperar esa confianza y brillar?
¿Qué ha pasado con la chica cuya sonrisa iluminaba la habitación cuando entraba? Tu autoestima parece no existir ahora mismo, pero sigues rezando por ver a tu antiguo yo en ese espejo. Sólo por un segundo…
2. La capacidad de confiar en los demás
¿Cómo puedes confiar en alguien después de lo que te ha hecho? Por mucho que los demás intenten convencerte de que no te harán daño, no les crees. No es fácil ser vulnerable una vez más y arriesgarse al dolor.
Te tomas todo lo que te dicen con humor y, por mucho que intenten demostrarte que no todo el mundo es igual, no te lo crees. Incluso si sus acciones coinciden con sus palabras, les negarás tu confianza.
Y todo por su culpa. Él te enseñó que ese fue uno de tus mayores errores: confiaste demasiado en él. Mira a dónde te llevó…
3. Una mente tranquila
Ya no hay paz en tu vida sólo porque intentaste amar a un maltratador. Él intoxicó tu mente con tanta ansiedad que ya no puedes escuchar tus propios pensamientos.
Su voz está constantemente presente en tu cabeza y no para de decirte lo que debes o no debes hacer.
Cuando quieres tomarte una chocolatina, su voz grita en tu cabeza que engordarás y que, en vez de eso, deberías trabajar en ti misma para que él siga sintiéndose atraído por ti.
Ese momento en el que coges un pincel en la mano para volver a pintar, todo lo que puedes oír es a él repitiendo cómo no tienes suficiente talento.
La ansiedad es sólo una palabra en su vocabulario, pero se convirtió en tu realidad. Tú no la elegiste porque fue él quien tomó esa decisión.
4. Tu voz
En esta batalla, también has perdido tu voz. Tienes miedo de decir lo que piensas cuando algo no está bien porque él siempre te calla. Te insulta y menosprecia. Sigues evitando los conflictos aunque antes creías que son importantes en las relaciones sanas.
No hace falta que te diga que no tienes el valor de hablar por los que necesitan tu ayuda.
Siempre te decía que estás demasiado involucrado en cosas que no te incumben, así que ahora sólo giras la cabeza y rezas para que nadie haga contacto visual contigo con la esperanza de que les eches una mano.
Has dejado de aprender sobre los demás, simplemente porque tienes que hablar de ti mismo en el proceso. Tu voz te traiciona cada vez, así que es más fácil de esta manera.
5. Tu amabilidad
Trató tu amabilidad como una debilidad, así que se aprovechó de ella. Eso es lo que tú piensas ahora también. Te convirtió en alguien que nunca pensaste que serías: un monstruo sin corazón.
Gracias a él, ahora conoces el lado oscuro del amor y nunca más podrás llevar esas gafas de color de rosa.
Nunca volverás a ser esa chica que tontamente creía en el amor y esperaba que su príncipe azul viniera a salvarla. Simplemente porque, el que creías que era tu héroe, te destruyó.
Ahora te vuelves malévola, y te parece justo.
6. Tu cuerpo
En una relación como ésta, tú también has perdido tu cuerpo. No sólo que secretamente odias cada centímetro de él, sino que cuando te miras, ni siquiera puedes reconocer tu propia piel.
Está llena de cicatrices que tardaron una eternidad en curarse y parece que algunas heridas sangran constantemente.
Tu cuerpo era suyo para tomarlo cuando quisiera, y ahora sus huellas están por todas partes. ¿Podrás volver a dejar que alguien te toque cuando cada caricia duele como si alguien te estuviera destrozando?
En una relación con un maltratador, perderás todo lo que te hace ser tú. No te va a pedir perdón; puedes estar segura de ello. Después de este trauma, tendrás que reiniciar tu vida y empezar de cero.
Por favor, sé amable contigo misma. Te lo mereces. Y mantente fuerte.