Si le gustas, no solo responderá tus mensajes de texto, sino que será el primero en enviarlos.
Si le gustas, no solo va a ser amable contigo cuando os encontréis por casualidad, aparecerá donde estás para verte y pasar tiempo contigo.
Si le gustas, en ves de mirar primero tu Snap, vendrá a verte en persona.
Si le gustas, no te lo mostrara a través de “Me gusta” en Instagram o Facebook. Va pasar de toda esa mierda y te dirá lo que siente a la cara.
Estoy tan cansado de ver a las chicas perder la cabeza por este tipo de chicos que crean esta narrativa de “alguien que se preocupa” cuando claramente no lo hacen.
No importa si dice las palabras adecuadas en todo momento. Lo único que importa es lo que está haciendo para probarlas.
Si le gustas, no tendrás que preguntarte nada y si realmente le agradas, no va a jugar contigo y tampoco tratará de volverte loca.
Si le gustas, no tendrá que inventarse excusas de por qué ha vuelto a meter la pata. En cambio, estará donde tú quieres que este simplemente porque se lo has pedido. Y si fuera necesario, cambiaría su agenda para no decepcionarte.
Si le gustas, no tendrás que recordarle que existes apareciendo en la portada de alguna revista.
Entrar en el Snap solo para ver si lo mira, publicar en Instagram para ver si le da “Me gusta” …
Si le gustas, estas en su mente todo el rato sin tener que hacer nada en absoluto.
Porque cuando realmente le gustas a un chico, querrá estar contigo y no dejará que nada se lo impida.
Si le gustas, no esperará horas para responder tu mensaje de texto y no esperará hasta el fin de semana para verte.
Si le gustas, no solo te llevará de cañas, te llevará a cenar.
Si le gustas, no tendrás que pensar en eso dos veces.
Y si no le gustas, ahí es donde empiezas a sentirte confundida. Empiezas a “leer” señales que no existen y a mendigar atención aun sabiendo que es una pérdida de tiempo.
Cuando a un chico no le gusta una chica, ella, en vez de alejarse se vuelve ingenua.
No le gustas si te hace daño y no le importa.
No le gustas si te deja plantada y no hace nada para recompensarte.
No le gustas si te presentas en el mismo lugar que él y no mira ni siquiera por encima del hombro para ver si estás ahí o no.
Si te ignora, si juega con tus emociones, si no te dice directamente que le gustas, si le pones tu corazón en bandeja y lo evita es que no le gustas.
Si no hace ningún movimiento o la relación simplemente se limita a algo físico, es porque no le gustas.
Si sus familiares y amigos no saben de ti y el siempre esta mencionando el nombre de otras chicas, definitivamente no le gustas.
Y puedes analizarlo tanto como quieras. Puedes decirme que está tratando de ponerte celosa.
Tal vez lo sea.
Pero si este es el caso y estáis de un lado a otro, jugando al perro y el gato mientras él intenta ponerte celosa, es que no le gustas.
La persona correcta no intentará ponerte celosa y te dará tanto tiempo, atención y amor que los celosos serán los de vuestro alrededor.
No te enamores de alguien solo porque está allí, dándote un “cuidado cariñoso y amoroso”.
Déjate atrapar por alguien que te abruma con todo eso y que no tengas que preguntarte por sus sentimientos hacia ti.
Cuando a un chico le gustas, lo sabrás. Y cuando no le gustas, también lo sabrás.
He estado allí. Queriendo fuertemente y pensando que algún día cambiará. Saltando a través de los aros con la esperanza de que tal vez lo note. Me perdí amando a la gente de una manera que quería que me amaran. Pero si pudiera retroceder en el tiempo y decirle algo a mi yo anterior, sería “¡Detente, para!”.
Creo que a veces no queremos creer la verdad que sí sabemos dentro de nuestro corazón, así que nos aferramos a todo lo que podemos. Pero también creo que a veces nos inclinamos hacia las personas que sabemos que no nos quieren por temor a encontrar algún día a alguien que lo haga. Porque solo cuando encuentres el amor verdadero, tienes realmente algo que perder así que nos empeñamos en querer a personas que nos mantienen a distancia por qué no puedes perder algo que nunca ha sido tuyo y, para empezar, tu corazón no puede romperse cuando ya está roto.