La mayoría de nosotras sentimos debilidad por los chicos malos. Es un estereotipo, lo sé, pero ¿cómo resistirse a ellos?
Probablemente te hayas preguntado qué es lo que vuelve locas a algunas mujeres por los chicos malos hasta que has tenido uno en tu vida, y todo ha cobrado sentido.
Aunque estas relaciones siempre acaban mal, la mayoría pensamos que merece la pena correr el riesgo.
Nos encanta el subidón de adrenalina, estar al borde del asiento, no saber lo que nos depara cada día, y son bastante buenos haciéndote sentir la única chica del mundo.
Así es como te atrapan, pero ¿es eso realmente bueno para ti? En un momento dado, tienes que sentarte y preguntarte: ¿todo lo que me hace sentir cómoda es bueno para mí?
¿Estás tan acostumbrada al caos que ahora lo buscas en cada hombre con el que sales? Si la respuesta es sí, entonces es hora de romper el círculo, querida.
Hay una razón por la que sólo quieres salir con hombres que parece que podrían arruinarte la vida. No pueden mantener relaciones buenas, sanas y duraderas.
La mayoría de las veces, no te atraen ellos, sus creencias o cómo viven sus vidas. Te atrae la dopamina y el subidón de adrenalina.
De hecho, te vuelves adicta a ellos. Los chicos malos te hacen volver a sentir ilusión por la vida, pero eso no dura demasiado.
Antes de que te des cuenta, pasarán a la siguiente chica, porque no saben conformarse. Si crees que los chicos malos son los indicados para ti, aquí tienes algunas razones por las que podrías estar equivocada.
1. Eres adicta a cómo te hacen sentir
Pregúntate: ¿por qué te gusta ese chico que no te aporta nada bueno? ¿Es porque hace que tu vida cotidiana parezca un poco más excitante?
Les va el peligro, la adrenalina y vivir la vida como si no hubiera un mañana, y quizá ese sea el tipo de caos que necesitabas en tu vida.
Cuando estás con él, recibes tu dosis de dopamina y oxitocina. No importa lo que haga, siempre volverás a él porque necesitarás más.
Es como una auténtica adicción, y ponerle fin puede ser complicado. Por eso muchas chicas vuelven con sus novios infieles: necesitan la “dosis”.
Además, tú también puedes volverte adicta a su comportamiento caliente y frío. Te da amor y atención y luego pasa a ignorarte durante unos días.
Cuando por fin decides que ya has tenido suficiente, vuelve y te colma de afecto de nuevo, lo que te sienta mejor que nada
Te acostumbras a esto y esperas constantemente a que vuelva contigo.
De hecho, puede que también seas adicta a la anticipación, y puede que te haga sentir que esos momentos suaves que tiene son genuinos porque no ocurren a menudo. Es adictivo, y parece que no puedes salir de ella.
2. Crees que puedes cambiarlos
La mayoría de nosotras somos culpables de esto. Idealizamos la idea de ser quienes pueden cambiar a un chico para siempre.
La idea de que nos quieren tanto que cambiarán su vida es lo que nos mantiene interesadas en una relación que no trae nada bueno.
¿Y si eres tú la especial que puede cambiarlo? ¿Y si puedes mostrarle la belleza de la vida fuera del peligro?
Lo siento, cariño, pero lo más probable es que no lo seas. Él ama la vida que construyó para sí mismo, no importa lo que te diga.
Puede que te dé pistas de que le estás cambiando, simplemente porque sabe que eso es lo que hará que te quedes.
No eres su madre ni su salvadora. No es tu trabajo criarlo, y no es tu trabajo convertirlo en una mejor persona. Los dos sois adultos, y él también debería actuar como tal.
Sé que puede ser difícil aceptarlo pero, hagas lo que hagas, no podrás cambiar el hecho de que él siempre estará más enamorado del caos que de ti.
3. Hay una parte de ti que quiere el peligro
Si has sido una “niña buena” toda tu vida y has vivido como tus padres querían, puede que haya una parte de ti que quiera liberarse.
Estás harta de vivir bajo las reglas de los demás, y este chico te está facilitando ir en contra de todo lo que te han enseñado a hacer.
Estás harta de sentirte limitada por las expectativas de otras personas que nunca te permitieron vivir tu vida plenamente.
Esta vez, sin embargo, estás tomando una decisión por ti misma. Estás saliendo de tu caparazón, pero no eres capaz de ver que podrías estar yendo en la dirección equivocada.
Aun así, a la parte de ti que desea el peligro no le importa. Por fin eres capaz de hacer lo que quieras, ¿y qué mejor manera de hacerlo que con un tipo que no se trae nada bueno entre manos?
Te ha enseñado lo que es que no te importe nada, y te encanta.
4. Las relaciones estables te parecen aburridas
Ya has tenido bastantes relaciones duraderas. Por muy bonitas que parezcan al principio, todas acaban igual.
Rara vez os peleáis, os pasáis las noches dentro viendo un programa de televisión y nada parece excitarte ya.
Con los chicos malos, sin embargo, la historia es completamente distinta. Ellos saben cómo pasarlo bien. Te enamoran con el subidón que no has sentido en años, sin ser consciente de las consecuencias.
Por desgracia, aunque te hagan sentir bien, estas relaciones no suelen durar demasiado. Al igual que a ti, a él tampoco le gustan las relaciones estables.
5. Puede que no estés disponible emocionalmente
Aunque el chico con el que sales es bastante distante emocionalmente, a ti no parece importarte. De hecho, te sientes más cómoda que nunca.
Probablemente nunca te lo hayas cuestionado, pero puede que haya llegado el momento de abordar este tema. ¿Por qué te atraen los hombres emocionalmente inaccesibles?
Pues porque puede que a ti también te pase lo mismo. No estás preparada para comprometerte plenamente con tu relación, o no te sientes cómoda expresando tus emociones, así que encuentras al chico que es igual que tú.
Antes de lanzarte a otra relación así, probablemente deberías trabajar primero en tus emociones.