Pueden sentir la distancia antes que tú. Se preparan para cada llamada telefónica, cada mensaje de texto, cada conversación. Prestan atención a todos los mensajes de voz sin respuesta, a las pausas, al vacío que rodea al silencio.
Se dicen a sí mismos que están siendo paranoicos. Saben que no han hecho nada malo. Es la ansiedad, se dicen a sí mismos en silencio por la noche. Pero una noche, llamas y dices que se acabó.
Se dicen a sí mismos que lo sabían desde el principio. Ellos lo vieron venir. Lo sabían en el fondo. Sólo querían que fueras diferente al resto de ellos.
Pero no lo estabas.
Y ahora se quedan con el corazón en el suelo. Y ahora se quedan con el teléfono en la mano y lágrimas de rímel cayendo sobre las sábanas de su cama. Y ahora sólo les queda una cosa: preguntas. Tantas malditas preguntas.
Le dijiste que no era su culpa. Le dijiste que era todo tuyo. ¿Pero cómo puede creer eso ahora?
Repetirá el encuentro contigo por primera vez a medianoche, cuando está lloviendo y no le queda más remedio que pensar. Ella recuerda cada detalle. Ella recuerda la forma en que usted la abrazó y cómo tuvo que pararse de puntillas para llegar a usted. Ella recuerda el primer beso, el beso que envió ondas a través de todo su cuerpo. Ella recuerda las charlas. La forma en que le tomaste la mano con cuidado.
Ella recordará todo lo que dijiste. Las llamadas telefónicas cuando dijiste que nunca la engañarías. Las conversaciones cuando prometiste que no le harías daño. Todas las veces que la tranquilizaste, una y otra y otra vez.
Y ni siquiera se enfadará contigo. Sólo se enfadará consigo misma. En su corazón. Por creer que eras diferente.
Se despreciará a sí misma por confiar en ti. Ella maldecirá los pedazos de su corazón que se enamoraron de ti. Sollozará en voz alta, preguntándose por qué volvió a intentar el amor.
Se mirará en el espejo, cuestionando cada una de las marcas y líneas. Se culpará a sí misma por tu cobardía. Se culpará a sí misma por tus faltas. Ella le echará la culpa de todo. En su cuerpo, en su personalidad y en sus imperfecciones.
Se quedará despierta hasta muy tarde, tratando de ahogar su pecho vacío con demasiada comida y demasiado vino. Siempre se preguntará por qué. Qué. Cómo.
Se romperá, dejando que toda su esperanza se vaya por el desagüe. Se dirá a sí misma, nunca más. Nunca más confiará en alguien sin poner un guardia. Se dirá a sí misma que no vale la pena creer en el amor. Porque todo lo que ella ha sido herida. Rota. Pisé el acelerador.
Llorará hasta que se duerma durante meses. Releer todos tus mensajes. Presionando su pulgar ligeramente sobre tu foto. Estará rodeada de sombras negras, dentro de su mente llena de demonios y monstruos por un tiempo.
Todo porque la decepcionaste. Todo porque dijiste que no lo harías. Pero lo hiciste.