Escrito: Diana D.
Me siento perdida. Debajo de toda esta fachada de mujer fuerte me siento perdida y no me reconozco. Busco a la mujer que se despertaba sonriendo cada mañana, que bailaba mientras desayunaba y disfrutaba cada momento. Busco a la mujer que, cuando salía por la puerta tenia ganas de comerse el mundo y avanzar hacia sus sueños. Sueños… Ya no recuerdo los sueños que tenía… ¿Como pude dejar de lado TODO lo mío para algo poco nuestro? ¡Por amor! Pero mi concepto de amor y el tuyo eran diferentes. Yo pensaba que cuando quieres a alguien mucho, mucho y lo sientes como parte de ti, puedes alcanzar cualquier meta: las mías, las tuyas y las nuestras. Alcanzamos muchas nuestras, algunas tuyas y ninguna mía. ¿Soy tonta? ¿Fui tonta? Puede que sí, o, mejor dicho, seguro que sí, pero esa fue mi manera de amarte. Te puse a ti antes que a mí y pensaba que tu harías lo mismo. Que decepción
¿Cómo me recompongo? ¿Cómo vuelvo a ser la de antes? Y lo más importante, ¿Cómo recupero el tiempo perdido? Esto último es imposible, pero EXIJO una respuesta para las otras dos.
¿Qué hago? ¿Me corto el pelo, me apunto al gimnasio, a que punto anterior vuelvo para recuperarme?
Rebobino y rebobino y llego al momento en el que te conocí. Maldigo el momento y saco fuera toda mi ira mientras lloro y grito las cosas más feas que alguien podría pensar.
Me digo a mi misma que no me merezco lo que me esta pasando y que ya es hora de salir de ese circulo vicioso de aislamiento- lagrimas- depresión. Tengo que volver a ser la de antes, eso sí, con más experiencia de vida y mucho más egoísta.
¿Qué me has hecho? Un favor por dejarme. ¡Gracias! Todavía estoy a tiempo de cumplir mis sueños, los de antes. Ya se que he dicho que no recuerdo cuales eran, pero, para eso esta mi madre, para recordármelo.
En este momento, cuanto más pienso en ti, más quiero vengarme. Venganza diferente a la que piensas. Me vengo arriba, me pongo guapa, hago todo lo que me da la gana empezando con las cosas que a mí me gustan, pero a ti no y que deje de hacerlas “por amor”. Llegó la hora de retomar todo eso. Mi manera de vengarme es que me veas feliz cada día. ¡FELIZ! Que ya llevo tiempo sin saber que es eso. Sonreír por que sí, salir de fiesta un miércoles e ir al cine a ver pelis ñoñas por que me da la gana. ¡Aaaa! ¡Y que sepas que, la fruta por la noche NO engorda!
Y por si mañana me levanto otra vez deprimida, dejare todo esto escrito en una carta a mi misma a lado de la cama. Y mientras tu vives tu vida yo viviré la mía, sí, la MIA, por que hasta ahorra viví la tuya y es un asco.
¡Bendito momento en el que me dejaste, cabrón!