A la mayoría de la gente le encanta el cine. Y si eres como yo, es probable que hayas visto al menos unas cuantas películas románticas. Ya sabes, un chico triste conoce a una chica triste y la vida mejora al instante. Su relación es perfecta y son felices para siempre.
¿Te suena? Seguro que sí. Entonces también es probable que hayas pasado algún tiempo preguntándote si encontrarás a la pareja perfecta. Quizá lo intentaste un par de veces, pero la relación no parecía ajustarse a la que veías en la tele y deseabas.
Estaba llena de altibajos, así que pensaste que no estaba destinada a ser. Pero en realidad, todas las relaciones son así. Sólo tienes que tener cuidado de que los “altibajos” no sean tóxicos, entonces tú y tu pareja estaréis totalmente bien juntos.
Pero aquí está la cuestión. A veces deseamos tanto la relación perfecta que consideramos cada pequeño inconveniente un gran problema, cuando en realidad esos “problemas” no necesitan arreglo. Son solo algunas cosas que intentan engañarnos para que pensemos que tenemos que estresarnos por ellas.
¿Quieres saber cuáles son? Seguro que sí. Entonces, desplázate hacia abajo para ver las situaciones más comunes en las relaciones que confundimos con problemas.
1. Los dos tenéis objetivos vitales diferentes
Mucha gente tiene miedo de estar con una persona que tiene objetivos vitales, deseos y necesidades diferentes a los suyos. Les asusta la idea de que sus diferencias les lleven a elegir caminos totalmente distintos, con el consiguiente fracaso de su relación.
Así que intentan solucionar este problema de relación cambiando sus propios deseos o manipulando a su pareja para que lo haga. Sin embargo, en realidad, esto no es un problema en absoluto. ¿Por qué?
Sencillamente, porque cada persona es diferente. Cada uno de nosotros tiene sus propios planes, deseos, necesidades y objetivos que existen incluso desde hace más tiempo del que conocemos a nuestra pareja.
Y esas diferencias no van a suponer el fin de la relación. Incluso puede ser lo que la haga más fuerte.
Imaginemos dos parejas con objetivos e intereses totalmente distintos. Esto no es un problema.
En primer lugar, pueden enseñarse algo nuevo el uno al otro. En segundo lugar, tienen diferentes fuentes de ingresos. En tercer lugar, es divertido ver a la pareja triunfar. Y, por último, será bueno para sus futuros hijos tener padres con distintos antecedentes, intereses y conocimientos.
2. Tu familia desaprueba a tu pareja
Esta es una situación habitual en las relaciones de pareja y algo que consideramos un problema. A lo largo de la vida, aprendemos a valorar tanto la opinión de nuestros padres que, cuando nos hacemos mayores, a veces no encontramos fuerzas suficientes para no seguir sus consejos.
La mayoría de las veces, realmente tienen razón. Pero hay algunas situaciones que definitivamente no exigen que les hagamos caso. Y una de esas situaciones es elegir a nuestra pareja.
Está bien escuchar a tus padres hablar de lo que les gusta y lo que no les gusta de ellos. Incluso puede revelarte algunas cosas de las que no te habías dado cuenta.
Pero si solamente tienen comentarios negativos sobre tu pareja y siempre te están instando a romper (aunque estéis enamorados de verdad), no pasa nada por ignorar sus consejos.
Es tu vida. De tu futuro. Tu pareja. No es algo que deban elegir por ti. Si realmente amas a la persona con la que estás, eres consciente de sus perfecciones, pero también de sus imperfecciones, y sigues queriendo pasar tu vida con ella. Entonces no tienes por qué dejarla sólo porque tus padres quieran.
3. A veces te da asco
A lo mejor estás en una relación y hay algo que te echa para atrás, así que lo consideras un gran problema. Aunque todo lo demás sea prácticamente perfecto, tu atención se centra constantemente en banalidades que te resultan muy irritantes.
Por ejemplo, tu pareja mastica ruidosamente y es realmente molesto. A veces incluso te da vergüenza cuando comes fuera, pensando que los demás comensales también pueden oírlo. Y aunque no lo oigan, te parece horrible.
O puede que tu ser querido ronque. Hace tanto ruido que te cuesta dormir. Entonces empiezas a pensar si serás capaz de soportarlo el resto de tu vida. A veces, parece una pesadilla de la que quieres escapar.
Sé que puede parecer un problema, pero tómate un minuto para pensar con claridad.
¿Es algo que hace que tu relación sea tóxica? No. ¿Son situaciones que demuestran que tu pareja no te respeta o no te es leal? No. ¿Es algo que se puede cambiar fácilmente? No. Entonces tampoco debería considerarse un problema que necesite solución.
4. No siempre estáis de acuerdo en las cosas pequeñas
Tu color favorito es el azul y quieres que el baño también sea de ese color. Pero a tu pareja le gusta el amarillo y cree que las paredes amarillas quedarían mucho mejor. Cuando os peleáis por los colores y la decoración, acabáis pensando que no sois el uno para el otro.
O tú quieres poner la mesa del comedor de una manera, pero tu pareja no la quiere así. Los dos tenéis argumentos sólidos que os respaldan y ninguno de los dos quiere darse por vencido. Puede llegar un punto en el que empieces a sentir que tienes serios problemas de pareja.
Piensa en situaciones similares y, si te suenan, debes saber esto: No tenéis que estar siempre de acuerdo en las cosas pequeñas para tener una buena relación.
Los dos sois personas diferentes y no pasa nada porque no estéis de acuerdo en todo. No hay por qué estresarse. Encontrad un compromiso y todo irá bien.
5. No tenéis libre acceso al teléfono del otro
Puede que al principio de vuestra relación hayáis acordado que no revisaréis los teléfonos del otro. Sin embargo, al cabo de un tiempo, te enteras de que muchos de tus amigos leen los mensajes de sus parejas y, de repente, te entran ganas de hacer lo mismo.
Pero cuando tu pareja no parece muy contenta con tu petición, enseguida sacas conclusiones pensando que hay un gran problema en la relación. Cuando en realidad es solo algo que habéis acordado previamente.
Si no confías en tu pareja lo suficiente como para no revisar su teléfono, creo que no deberíais tener una relación.
Espero que ahora te des cuenta de que no todo lo que parece un problema en una relación lo es en realidad. A veces estamos tan centrados en vivir una vida perfecta que todo lo que no encaja en esta visión se considera un gran problema.
Ten en cuenta estas cinco cosas y seguro que empezarás a sentirte mejor en tu relación actual, o en la próxima que inicies. No te estreses demasiado por las cosas que no exigen estresarse.
Vive tu vida al máximo y trabaja para conseguir esa relación casi perfecta (las perfectas no existen, ¿recuerdas?).
¡Suerte!