No saliste con ella, pero le dijiste cuánto te gustaba. Cada vez que la veías, le decías lo guapa que estaba y cada vez que pasabas demasiado tiempo sin ella, le decías cuánto la extrañabas.
No saliste con ella, pero le enviaste un mensaje desde el momento en que abriste los ojos hasta el momento en que se cerraron. La hiciste sentir deseada con tus palabras, la hiciste sentir especial dándole grandes trozos de tu tiempo.
No saliste con ella, pero compartiste tus secretos con ella. Le dijiste cosas que nadie más sabía de ti. La trataste como si significara algo. Como si te preocuparas por ella, como si quisieras mantenerla en tu vida.
No saliste con ella, pero te acurrucaste con ella. La besaste. Te acostaste con ella. La viste en su punto más vulnerable y la hiciste sentir segura.
No saliste con ella, pero le diste todas las razones para pensar que un día saldrías con ella. Le hiciste creer que era sólo cuestión de tiempo hasta que se convirtieran en pareja.
No saliste con ella, pero aún así la lastimaste. Y aún así deberías asumir la responsabilidad de lo que has hecho.
No importa si eras su novio oficial o si te negaste a darle un título a tu relación. Aún así la engañaste. Aún así le rompiste el corazón.
Así que cuando empieces a salir con una chica nueva, no actúes como si estuviera loca, pegajosa u obsesiva. Cuando te pregunte por qué has estado actuando tan distante, no los dejes de lado y digas algo como: “No es asunto tuyo, no eres mi novia, puedo hacer lo que quiera”.
Técnicamente, es verdad. Pero al mismo tiempo, no lo es. Porque la dejaste acercarse a ti. Dejaste que se enamorara de ti.
No, no saliste con ella, pero se apegaron emocionalmente el uno al otro. Creaste una conexión seria.
Por eso se merece una explicación. Se merece un cierre. Merece saber por qué decidiste irte, pasarte a otra chica, en lugar de que abandones su vida como si nunca hubiera significado nada en absoluto.
Porque si haces eso, ella va a cuestionar cada momento que comparta contigo. Ella va a mirar hacia atrás y reinterpretar todas sus conversaciones, su apariencia, su lenguaje corporal.
Va a pensar que es una completa idiota por creer que te preocupabas por ella. Va a asumir que se lo ha inventado todo.
Usted podría pensar que no es su responsabilidad responder a sus preguntas, porque ella no es su novia y nunca lo fue.
Pero, la cosa es que la trataste como a tu novia.
No está loca por sentir que la traicionaste. Ella no está loca por querer saber qué fue mal, por preguntarse por qué perdiste el interés en ella y encontraste a alguien nuevo.
Ella merece saberlo.