Sé que le echas de menos, pero no lo hagas.
Es duro, triste y confuso, y no sabes cómo lidiar con todos estos sentimientos. Rompisteis hace tiempo. En ese momento estabas enfadada, decepcionada y rota.
Eras consciente de todas las cosas que llevaron a vuestra ruptura. Sabías que todo lo que habíais construido juntos tenía que romperse porque ya no podíais trabajar juntos.
Había muchos problemas en vuestra relación que no se podían arreglar. Lo intentasteis muchas veces, pero nunca lo conseguisteis.
De algún modo, todos los buenos momentos desaparecieron y los malos subieron a la superficie. Y cubrieron todo el océano, dejando ocultos en algún lugar del fondo todos aquellos días tan bonitos que pasasteis juntos.
Sé que admitir que tu relación se ha desmoronado es difícil. Pero cuando ves el océano cubierto de problemas, sabes lo que hay que hacer. No importa lo difícil que sea.
Y eso es lo que hiciste. Fue el momento más difícil de tu vida, pero aun así decidiste hacerlo porque sabías que salvaría el futuro de ambos.
Así es como terminó. Tantos meses juntos. Buenos y malos momentos. Pero los malos ganaron esta vez. “No pasa nada. Me centraré en mí y en curarme de todo lo que ha pasado”, pensaste y forzaste una sonrisa.
Entonces empezó tu viaje de curación. Al principio, fue increíble. Te sentías libre. Disfrutabas de tener tanto tiempo para ti. Todas esas aficiones y metas que tenías antes de tu relación con él volvieron a la vida. Cada día lo pasabas como querías.
Y ya no tenías que forzar una sonrisa. Tus sonrisas eran sinceras. Tus ojos también mostraban felicidad. Tus amigos también se alegraban por ti. Te decían que por fin te estabas recuperando y que por fin volvías a ser la de antes.
El “viejo tú” que echaban de menos, les gustaba señalar. La “vieja tú” a la que le gustaba vivir. La mujer siempre optimista y con una risa contagiosa. La gente no podía estar en su presencia sin empezar a reírse también.
Decían que habías perdido la chispa durante tu relación con él, pero que por fin la habías recuperado. Estas pequeñas cosas te hacían esforzarte más y más para finalmente curarte del todo. Y dejar todas las cosas que te molestaban en el pasado.
También podías sentir que tu chispa volvía a la vida, solo que no tanto como todos enfatizaban. Pero pensaste que tal vez seguías confundida por todo lo sucedido, así que creíste a tus amigos. Al fin y al cabo, ellos son los que mejor te conocen, ¿no?
Ahí es donde te equivocas. La persona que mejor te conoce eres tú. Y cuando sospechas que tu chispa no ha vuelto del todo, estás en lo cierto. Cuando sientes que aún no te has curado de todo, vuelves a tener razón.
Parecía el fin del mundo. Te esforzaste tanto por curarte y volver a ser feliz, y pensabas que lo estabas haciendo bien. Pero desde el momento en que te diste cuenta de que no habías avanzado tanto como querías, todo empezó a desmoronarse.
Ahora vuelves a estar triste. Estás confuso y no sabes qué hacer. Parece como si volvieras al principio y esta vez parece imposible ganar. Es como si algo te retuviera en un lugar, a pesar de tu intenso deseo de moverte.
Sé lo difícil que es sentir que estás pedaleando hacia atrás. Entonces te invade la nostalgia y no puedes evitar revivir todos los buenos recuerdos que los dos pasasteis juntos. Todos los hermosos días y noches que pasasteis cogidos de la mano.
Y a medida que pasan los días, empiezas a recordar más y más recuerdos increíbles que tenéis. Te hace feliz recordar que realmente pasasteis buenos momentos juntos. Incluso te hace sonreír. Y al final del día, te duermes con una lágrima corriendo por tu mejilla.
Entonces empiezas a vivir en esos buenos tiempos y dejas de centrarte en la curación. Ni siquiera te das cuenta de que el pasado te tiene secuestrado. Así que ni siquiera intentas escapar de él. En lugar de eso, poco a poco empiezas a sacar los buenos tiempos a la superficie y a ahogar los malos en algún lugar de las profundidades.
Ahora parece que esos problemas que tenías no eran tan grandes como pensabas. Te culpas por haber exagerado y haber roto. Vuelves a tener esperanzas. Pero esta vez no es esperanza de sanar y seguir adelante. Esta vez, tienes la esperanza de volver a estar juntos.
Y yo estoy aquí para salvarte de ello. Estoy aquí para decirte que tu mente está jugando contigo. Te vio vulnerable, se sintió aburrida, así que decidió crear algunos problemas.
Sí, ustedes dos tuvieron algunos momentos increíbles juntos. Pero vuelve al día en que rompisteis y recuerda el océano cubierto de problemas.
No os inventasteis todos los problemas, estaban ahí. Y no importa los grandes o pequeños que fueran individualmente, seguían siendo lo suficientemente grandes como para cubrir todo el océano cuando se combinaban.
Y aunque quizás tengas suficientes buenos recuerdos para cubrirlo también, no deberían ser lo que te motive a volver con la persona de la que estás intentando sanar. Si tienes la misma cantidad de problemas y de buenos recuerdos, es señal de que la relación que tuviste no era la adecuada para ti.
Es cierto que siempre habrá problemas en una relación. Pero te mereces encontrar a una persona que se asegure de que paséis al menos el doble de buenos que de malos momentos. Eres increíble y no deberías conformarte con menos que eso.
Sé que esos bonitos recuerdos te hacen echarle de menos. Pero intenta recordar siempre que, por un buen recuerdo, había dos problemas unidos a él. Y no creo que te gustaría volver a todo eso de nuevo.
Date la oportunidad de volver a disfrutar de la vida y de conocer a alguien que te haga la persona más feliz del mundo. Y cuando tengas ganas de llamar a tu ex o de hacer planes para volver con él, recuerda esta carta que escribí para ti. Volver con él no te devolverá la chispa.
Sé que le echas de menos, pero no lo hagas.