Se acabó. Se acabó. Ustedes han luchado y sangrado una y otra vez para resolver los problemas y permanecer juntos, pero ahora, por fin, ambos saben en sus corazones que está hecho. Finalmente ha llegado el momento de dar por terminado el día y seguir adelante con sus vidas.
Nunca hubo ningún comportamiento abusivo o manipulador, ningún acto severo de deslealtad, o desacuerdos especialmente dramáticos, pero por cualquier razón ambos han llegado a la decisión de que románticamente ya no trabajan.
Bueno, ¿entonces qué? Con frecuencia, se nos aconseja caminar, cortar todos los lazos y seguir adelante con nuestras vidas como si nuestra pareja, esta persona a la que hemos amado, a la que nos hemos abierto y con la que hemos pasado una extraordinaria cantidad de tiempo, nunca hubiera existido en absoluto.
Esto sería un gran error. Las amistades genuinas son pocas y distantes, y la verdadera conexión es difícil de conseguir. Nadie te conoce más íntimamente que tus seres queridos y la comprensión es algo demasiado precioso para perderlo. No le das la espalda a algo bueno sólo porque sea difícil.
Sigan siendo amigos. Trabaja a través del dolor y la mezquindad. Aprendan a controlar la marea de amargura en sus corazones y siéntanse genuinamente complacidos por la felicidad de los demás. Va a ser un camino largo y difícil, y ver a los demás seguir adelante con otras personas va a doler, pero con el tiempo, se hace más fácil. Con el tiempo, los amantes pueden aprender a ser “sólo amigos”.
Reconozca que la recompensa supera al riesgo. Encuentra el valor de mantener a las personas que has amado como parte de tu vida y serás recompensado con una amistad extraordinaria. Uno que perdura. Uno que ilumina. Alguien a quien puedes acudir cuando nadie más tiene las respuestas. Alguien en quien puedes confiar, de quien puedes estar seguro, con quien puedes compartir y, lo más importante, confiar.
Una amistad no tiene que significar estar en contacto todos los días o involucrarse en los negocios de los demás. Sólo tienes que estar ahí. Comprométanse a apoyarse y guiarse unos a otros a pesar de la división en sus viajes.
Tal vez no eran el uno para el otro, y todos esos sueños que compartieron y planes que hicieron tal vez nunca se hagan realidad, pero eso no significa que su participación en la historia del otro haya terminado. Eso no significa que no puedan traer algo positivo a la vida del otro. Lo que compartieron fue raro y extraordinario, y el consejo que podrán ofrecerse en el futuro es invaluable. Eso es algo a lo que vale la pena aferrarse.