El amor no es una elección. No puedes levantarte un día y decidir amar (o dejar de amar) a alguien, ¿verdad? Entonces, ¿por qué crees que alguien está obligado a amarte? Eso no existe.
No puedes obligar a la gente a enamorarse de ti, por mucho que lo intentes.
Tienes que dejar de convencerte de que alguien acabará dándose cuenta de lo gran persona que eres. Si no conectasteis en el momento en que vuestras miradas se cruzaron o tras una conversación de una hora, no tienes nada que hacer ahí.
Si no hay chispa de la que todo el mundo habla, no puedes encender el fuego. No hay absolutamente ninguna manera de que le gustes a alguien, y menos aún, de que le ames.
Puedes hacer un montón de cosas buenas por los demás, a algunas personas no les importará en absoluto.
Seguramente, te alabarán por esas obras, pero volverán la cabeza tras otra persona. No eres el tipo de todo el mundo y esa es la verdadera magia.
¿No sería una pena si a todos nos gustaran las mismas cosas? ¿Si todos quisiéramos a la misma gente? La diversidad es divertida e interesante, ¿no crees?
Cuando se trata de relaciones amorosas, tampoco puedes forzarlas. El amor tiene que surgir de forma natural y se desarrollará con el tiempo. Las cosas no funcionarán si las dos personas no están de acuerdo.
Puedes seguir esforzándote, pero todo intento de iniciar una relación será en vano si la otra persona no siente la atracción. Estas palabras pueden doler, pero tienes que escucharlas.
Resérvate para alguien a quien le importes de verdad, para alguien con quien todo te resulte fácil.
Que estés enamorado de esa persona no significa que esté obligada a corresponder a esos sentimientos.
Es posible que conozcas todos los pilares de una relación sana y que a estas alturas lo hayas intentado todo para mantenerle a tu lado. Aun así, está claro que algo no funciona y tienes que aceptarlo.
No tiene sentido intentar mantener algo que está destinado al fracaso desde el principio.
Al estar enamorados, vemos el mundo a través de unas gafas de color de rosa que nos ayudan a ignorar las banderas rojas, tanto las nuestras como las de la otra persona.
En esa fase, seguimos empujando y luchando por algo que creemos que puede suceder. Pero a veces fracasamos y entonces duele…
A veces, la vida se pone difícil y aprendemos a sobrevivir y a reaccionar ante esas bolas curvas que nos lanzan. Descubrirás cómo lidiar con el desamor y aprenderás a confiar de nuevo. Te lo aseguro.
Pero mientras tanto, mientras sigues esperando a esa persona especial, hay una cosa que puedes hacer. Hay una persona a la que debes amar. Y esa persona eres tú.
El amor propio es una elección y, honestamente hablando, tienes que elegirlo cada día. Tienes que quererte incluso en los peores momentos, sin hacer preguntas.
Abrázate por completo, con todos tus defectos.
Tienes que apreciar tu singularidad y practicar el autocuidado todo lo que puedas. Sal con alguien, empieza a hacer algo que siempre has querido hacer. Intenta aprender cosas nuevas y explorar nuevos lugares.
Medita, haz yoga, sal a correr por las mañanas. Llama a tus amigos y conquista la cima de esa montaña que siempre has querido, pero nunca has encontrado el valor para hacerlo.
Empieza a escribir, a dibujar y a leer más libros. Alimenta tu alma y tu mente con cosas y recuerdos que importen.
Crece como persona y vive una vida plena. Vive una vida digna de ser contada y haz que cada segundo cuente.
Descubre cosas nuevas e interesantes sobre ti mismo y aprende a amar tus dientes torcidos o tu risa rara.
Reconoce cada cambio que se produzca y acepta todos los obstáculos que aparezcan en tu camino. Y, no te preocupes, los superarás. Pero tienes que tener en cuenta una cosa…
Nadie está obligado a quererte, salvo tú mismo.
Incluso cuando sientas que nada funciona como debería, tienes que seguir queriéndote. Tienes que amarte cuando estés pasando por todos los altibajos de tu vida, y disfrutar de ese viaje en montaña rusa.
Presta atención a cada parte de tu alma, especialmente a los lugares más oscuros; necesitan tu atención. Apóyate cuando más lo necesites y lucha por tu bienestar.
Cuídate para que otra persona pueda cuidarte a ti también.
Créeme, sólo cuando domines el amor propio podrás disfrutar del amor que te dará tu pareja. Porque sólo entonces sabrás qué tipo de amor mereces y qué aportas.
Encuéntrate a ti mismo, para que el verdadero amor pueda encontrarte a ti.