Cada persona en este mundo tiene un lenguaje amoroso que prefiere, ya sean palabras de afirmación, actos de servicio, dar y recibir regalos, tiempo de calidad o contacto físico.
Aprender los 5 lenguajes del amor puede ser muy beneficioso y una forma estupenda de conocer a tu pareja a un nivel más profundo y comprender mejor su forma de expresar el amor.
Sin embargo, surge la pregunta: ¿son estos 5 lenguajes del amor los mismos para los narcisistas?
Sabemos que les encanta saltarse las normas para beneficiarse a sí mismos, así que es natural suponer que hablan estos lenguajes con un acento muy diferente. Averigüémoslo.
1. Palabras de afirmación
En cualquier relación sana, cuando el lenguaje del amor de alguien son las palabras de afirmación, las utiliza para elogiar a su pareja y mostrarle afecto.
Para ellos, las palabras de afirmación son una forma de demostrar cuánto quieren, honran, aprecian y cuidan a su pareja.
Un gran ejemplo de palabras de afirmación son frases como: “Te agradezco que hayas hecho esto y lo otro”, “Estoy muy orgullosa de ti”, “Gracias por…”, “Hoy estás estupenda”, “Me inspiras cada día”, etcétera.
Para un narcisista, las palabras de afirmación no son tan genuinas, y vienen con un motivo egoísta.
Un narcisista utiliza este lenguaje amoroso para enganchar a su “víctima” y hacer que invierta más tiempo y esfuerzo en su relación.
La técnica favorita de un narcisista es el “bombardeo de amor”, que suele tener lugar al principio de una relación, cuando intenta seducir a su pareja, o después de una discusión, cuando quiere que su pareja vuelva con él.
Tiene facilidad de palabra y sabe exactamente qué decir para “comprar” la confianza y el amor de alguien. Pero una vez que consigue lo que quiere, es cuando las palabras de degradación toman el mando.
Entonces, el narcisista intenta hacer que su pareja se sienta menos que él; se pone quisquilloso, generaliza, critica y acusa a su pareja de varias cosas con la intención de controlarle y hacerle creer que no se merece nada mejor.
2. Actos de servicio
Cuando se trata de actos de servicio, este lenguaje del amor tiene que ver con todas las formas en las que puedes facilitar la vida de alguien siendo útil para alguien. Al hacer algo por alguien, demuestras que le quieres y te preocupas por él.
Los actos de servicio en una relación sana pueden incluir pasar la aspiradora por la casa antes de que tu pareja llegue a casa, llenar el depósito de gasolina, preparar el desayuno y el café antes de que se vaya a trabajar, etcétera.
Un narcisista hará algo por ti sólo en esa etapa de bombardeo amoroso. Pero una vez hecho eso, te toca a ti servirle a él.
Con una pareja narcisista, tienes que hacerlo todo -cocinar, limpiar, fregar los platos, pagar las facturas- y aun así, siempre sientes que no eres suficiente.
Un narcisista nunca puede estar satisfecho; simplemente tienes que darlo todo hasta que estés completamente agotada y te sientas indigna. Es entonces cuando él prospera.
E incluso si hace algo por ti, su acto de servicio tiene un precio. Utiliza su generosidad como argumento favorito.
“Después de todo lo que he hecho por ti” es su respuesta favorita, lo que demuestra que, después de todo, no es tan generoso.
3. Regalar y recibir regalos
Cuando hablas este lenguaje del amor, un regalo bien pensado es la llave de tu corazón.
Te encanta tanto dar como recibir regalos, y no eres nada materialista en ello. Prefieres los regalos hechos a mano y sentimentales a los lujosos y más caros.
Como un narcisista cree que todo gira a su alrededor, naturalmente le encanta recibir regalos. Pero ten en cuenta que no le gusta cualquier tipo de regalo. Un poema escrito a mano, por desgracia, no sería suficiente para él.
Al narcisista le encantan las cosas caras. Necesita cosas externas y materialistas para aumentar su autoestima. Y es extremadamente difícil de complacer.
Por supuesto, también regala a su pareja, pero normalmente al principio de la relación, para conquistarla. Pero al igual que ocurre con los actos de servicio, para un narcisista hacer regalos tiene un precio.
Suele comprar a su pareja un regalo caro y utilizarlo como forma de controlarle. Es como si su pareja tuviera que corresponderle de alguna manera, pero nunca lo consigue.
4. Tiempo de calidad
Cuando se trata de tiempo de calidad, este lenguaje del amor consiste en pasar tiempo con la persona amada y estar realmente presente.
Este lenguaje del amor requiere toda nuestra atención, lo que le hace sentirse especial, apreciado y querido.
El tiempo de calidad con su pareja puede consistir en quedarse en casa viendo la televisión, probar un restaurante nuevo, dar un paseo, planear un picnic, ir al cine, etc.
El tiempo de calidad con un narcisista es mejor durante la etapa de bombardeo amoroso, por supuesto. Lleva a su pareja a cenas elegantes en restaurantes caros para que se sienta especial y enganchada a él.
Pero una vez superada la fase de luna de miel, el narcisista empieza a sabotear el tiempo de calidad con su pareja.
Le acusa de cosas que nunca ocurrieron, intenta provocar una discusión constantemente y, en general, provoca el caos de la nada, privando a su pareja de su sueño y cordura.
También tiende a sabotear el éxito de su pareja por envidia, disminuyendo sus logros y poniendo de relieve su dolor, irritación e insatisfacción.
5. Contacto físico
Este lenguaje del amor tiene que ver con la conexión tangible. Cogerse de la mano, abrazarse, besarse, tocar el cuello de su pareja y jugar con su pelo son formas estupendas de hablar el lenguaje del contacto físico.
Ya hemos visto que el narcisista funciona en los extremos. Por lo tanto, el contacto físico no es una excepción.
Durante la etapa inicial de una relación, un narcisista será muy afectuoso y gentil con su pareja. Pero una vez que su relación se desarrolla, se vuelve extremadamente egoísta y malévolo.
Sus necesidades físicas tienen que ser satisfechas en todo momento, pase lo que pase. Su pareja tiene que cumplir todas sus fantasías, y si no lo hace – siente la rabia narcisista en su piel.
Un narcisista también puede negar el contacto físico a su pareja como forma de controlarla y “darle una lección”.
Para él, el contacto físico es un monopolio de poder y derecho, y su forma de afirmar su dominio.