Seguro que ha oído hablar del bestseller internacional número uno del New York Times “Los cinco lenguajes del amor: Cómo expresar un compromiso sincero con tu pareja”, de Gary Chapman.
En él afirma que, para tener una relación duradera, cariñosa y sana, debemos conocer el lenguaje del amor de nuestra pareja y actuar en consecuencia.
Son muchos los que han superado momentos difíciles gracias a este libro y a las técnicas de asesoramiento que se desarrollaron a partir de él.
Muchos entrenadores de relaciones también mencionan este libro como una guía sólida para aquellas parejas que necesitan ayuda.
Como sabrás, nuestro lenguaje del amor determina cómo amamos y cómo necesitamos ser amados en las relaciones románticas. Son el tiempo de calidad, el contacto físico, las palabras de afirmación, los actos de servicio y recibir y dar regalos.
Sin embargo, si conoces estos aspectos, sólo has recorrido la mitad del camino.
Me explico. Recientemente he oído hablar de los lenguajes de la lucha, o lenguajes de la ira, como algunos los llaman. Estos también son importantes para una comunicación sana con tu pareja.
Es fácil querer a alguien en su mejor momento, pero ¿sabes quererlo en su peor momento?
Estos lenguajes le ayudan a entender el “lado oscuro” de la personalidad de su pareja y facilitan la navegación por los conflictos que surgen. Todos sabemos que son inevitables en toda relación, ¿verdad?
1. Atacar
El primer lenguaje de lucha que tenemos es el ataque. La persona que utiliza este método mientras discute tiene que tener siempre razón. Por lo tanto, la otra persona siempre está equivocada.
Su ego siempre está incluido en todo lo que hace, por lo que las discusiones no son una excepción.
Si tú o tu pareja tenéis este lenguaje de pelea, cada vez que estéis discutiendo saldrán a relucir viejos problemas. Las frases que se utilizan en este caso son algo así como “La culpa es tuya y no mía“, “Tú hiciste esto…“, “Tú siempre haces aquello…“, “Siempre tiene que ser a tu manera“.
El que expresa la ira de esta manera tiene que aprender a controlarla y gestionarla. Dios nos libre de que ambos tengáis este lenguaje de pelea, porque la próxima guerra mundial puede empezar en vuestra casa.
2. Distracción
Para algunos, esto también se conoce como lenguaje de pelea defensivo. Serás tú quien niegue todas las acusaciones y, en algunos casos, buscarás una salida. Durante las discusiones, te sientes atacado y, por lo tanto, te pones a la defensiva o intentas evitar el problema por completo.
Las personas cuyo lenguaje de pelea es éste tenderán a utilizar frases como “Siempre me estás acusando”, “¿Por qué no confías en mí?”, “Siempre estás señalando algo malo” o algo como “¿De verdad piensas así de mí?”.
Este tipo de lenguaje de lucha se utiliza a menudo como un método de manipulación conocido como gaslighting. La persona está tratando de distorsionar tu realidad y convencerte de cosas que claramente no son ciertas.
3. Retirarse/Reflexionar
El tercer lenguaje de lucha es el que suelen utilizar las personas a las que no les gusta participar en peleas. Se llama retraimiento. También podrás encontrar el término “reflexionar” porque estas personas se tomarán un tiempo para procesar lo que está sucediendo antes de reaccionar.
La mayoría de las veces se quedarán calladas hasta que la pelea haya terminado. Cuando la situación se calme, te dejarán oír su opinión. Estas personas no reaccionarán, seguramente, con ira. La razón principal es que podrían decir algo de lo que se arrepentirían más tarde.
En realidad, se trata de personas emocionales y frágiles a las que hay que cuidar. Aunque algunas personas puedan percibir este lenguaje de lucha como el arma preferida de un narcisista, en realidad están tratando de protegerse de los demás y no quieren herir a las personas que les importan.
4. Supresión y luego sobreexpresión
Cuando hablamos de este lenguaje de lucha, es muy importante mencionar que este tipo es similar al anterior. Sin embargo, hay una pequeña trampa. Estas personas se guardan sus emociones para sí mismas hasta que ya no pueden manejarlas.
Durante las discusiones, suelen ser desestimadas y se cansan de no ser escuchadas ni validadas. Al final, se produce una gran crisis en la que todo sale a la vez. En ese momento en que deciden hablar, llegan al punto de ruptura.
El rasgo tóxico de estos individuos es que dirán todo lo que les molesta y en cuanto lo hagan, fingirán que todo está bien.
5. Mediación
El último lenguaje de pelea del que tenemos que hablar es en realidad el más saludable. También se conoce como comunicación libre. Las personas cuyo estilo de discusión es la mediación mantendrán la calma durante una discusión acalorada.
Mantendrán la calma y escucharán ambos lados de la historia. Si éste es tu lenguaje de lucha, expresarás fácilmente tus sentimientos y los compromisos no te resultarán extraños. Tu pareja se siente lo bastante segura y cómoda para decirte cómo se siente en ese momento.
Este es el lenguaje de lucha definitivo, el que todos deberíamos esforzarnos por alcanzar. Estas personas se conocen a sí mismas y están constantemente en contacto con sus emociones. Inician pausas en cuanto se dan cuenta de que la situación puede agravarse e ir en la dirección equivocada.
Ahora que ya conoces los cinco, utilízalos sabiamente. Resuelve los problemas que aparezcan por el camino. Por favor, no te conviertas en el villano de la historia y los utilices para crear drama en la vida de tu pareja.
Espero que con este párrafo ya te hayas dado cuenta de cuál es tu lenguaje de lucha. Lo ideal es que tu pareja haga lo mismo para que podáis trabajar vuestros métodos de discusión. Ahora sólo queda trabajar en ti mismo y llegar al más sano de la lista.
Si ya estás ahí, ¡enhorabuena! Nos estás dando ejemplo a todos. Ah, y una última cosa: ¡que tengas felices y exitosas sesiones de pelea!