Las mujeres con los muros más altos tienen el amor más profundo”. – R.H. Sin
Algunas mujeres aman demasiado. Lamentablemente, a menudo terminan heridas por la misma razón.
Es entonces cuando construyen un muro alrededor de su corazón.
Una vez que experimentas un dolor tan profundo que te paraliza, no es fácil volver a amar. Empiezas a equiparar el amor con el dolor.
El amor es complicado. Es desordenado. Es imprevisible. No es tan seguro como queremos que sea. No es como lo imaginas en tu cabeza.
Los sentimientos que sientes cuando te enamoras se desvanecen rápidamente y te quedas con una persona imperfecta a la que decides amar de todos modos.
Ese es el secreto de amar profundamente: amas de todos modos. Amas a pesar de y no porque. Amas siempre.

Eso es lo que este tipo de mujeres saben intuitivamente.
No entiendo por qué tanta gente sigue ciega cuando se trata de los aspectos realistas y cotidianos del amor. Todos sabemos que es una parte inevitable de la vida.
Las cosas feas, las aburridas, las irritantes. Es precisamente cuando más necesitamos amar, no alejarnos.
Todo el mundo se obsesiona con lo que quiere específicamente de su amante, pero no comprende que una relación requiere dos personas felices.
El amor requiere valor. Requiere paciencia y lealtad. Requiere no preocuparse por las pequeñas cosas molestas o por lo que uno quiere todo el tiempo.
Sin estas cosas, ningún amor puede sobrevivir porque el amor no es una fantasía inventada en tu cabeza.
El problema es cuando sabes todas estas cosas y no puedes encontrar a alguien cuya energía coincida con la tuya, cuyo amor coincida con el tuyo, cuyo compromiso coincida con el tuyo.

Peor aún es cuando pensabas que habías encontrado a alguien que sí lo haría y resulta que sólo te utiliza y da por sentado todo lo que le das.
Después de un tiempo, estás emocionalmente agotado. Ellos siguen adelante y tú te quedas con el corazón vacío y el alma destrozada.
La única forma que tiene el corazón de protegerse para no volver a quemarse es poner barricadas.
Para sobrevivir, el corazón se cierra.
Por desgracia, eso significa que dejas de ser la persona que eras antes. Al fin y al cabo, nuestro corazón y nuestras emociones son una gran parte de nosotros.
Empiezas a ver a la gente de forma diferente.
Te das cuenta de que no todo el mundo tiene tus mejores intereses en el corazón . No todo el mundo sabe realmente cómo amar. No todo el mundo está dispuesto a hacer lo que tú estás dispuesto a hacer.

Te entristece, pero sabes que no puedes cambiar el mundo. Sabes que no puedes cambiar ni siquiera a una persona que supuestamente te quiere.
Lo más irónico de todo es que a los demás les pareces frío. Ahí es donde la vida muestra lo humorísticamente cínica que puede ser.
Esta es la razón exacta por la que los hombres deberían dar una oportunidad a las chicas reservadas, que son tranquilas y no se preocupan por la atención. Sus muros no son más que la protección de algo precioso.
Un corazón puro debe ser protegido. Las mujeres con muros alrededor de su corazón puro son las que aman más profundamente por ello.
Nunca olvides eso de ti misma.
Debes protegerte, pero no caigas en la trampa del autodesprecio. NO es tu culpa que otra persona no esté preparada para amar.

No es tu culpa que te hayan herido.
No dejes de creer que existen personas como tú. No dejes de creer que hay un hombre que puede igualar tu amor y dedicación, porque lo hay.
No te cierres en el sentido de no dejar traslucir tu personalidad. Sé cuidadosa pero no temerosa.
Sigue amando como lo haces, sólo encuentra a las personas adecuadas a las que entregar tu amor. Los que aman ferozmente no tienen miedo.
Un día, cuando estés preparado, esos muros no serán necesarios. Te darás cuenta de que tu corazón no puede romperse porque tu amor es demasiado profundo.
Es como coger una flor pero saber que sus raíces aún permanecen debajo.
Esa flor eres tú.
No tengas miedo, pero crece con fuerza y suavidad como una flor con buenas raíces, una y otra vez.