Creo que la mayoría de nosotros puede estar de acuerdo en que no hay mejor sensación que experimentar la chispa con otra persona.
El mero hecho de pensar en esa persona hace que tu corazón lata un poco más rápido, por no hablar de estar en su presencia.
Este intenso sentimiento se describe a menudo como química, o una conexión instantánea que dos personas experimentan en su primer encuentro.
Esa química que sienten dos personas suele incluir esas famosas mariposas en el estómago, nerviosismo al verse acompañado de sudoración, tartamudeo y risitas constantes, y expectación por el próximo encuentro.
Más adelante, esa sensación inicial de deseo insaciable puede convertirse en verdadera química: una fuerte conexión emocional entre dos personas que se quieren de verdad.
En esta fase sigue habiendo una buena dosis de tensión positiva, nerviosismo e impotencia general para controlar las emociones. Pero ahora, toda la situación es mucho más firme, profunda y segura.
Si te preguntas cómo se manifiestan la química real y la tensión positiva en una relación, sigue leyendo.
1. Ambas partes tienen muchas cosas en común
La química sólo puede ser auténtica con aquellas personas que tienen muchas cosas en común y comparten el mismo conjunto de valores. Ese es un terreno verdaderamente fértil para que florezca el amor verdadero.
Esto no significa que la pareja tenga que ser un reflejo el uno del otro. Pero tienen que ser lo más parecidos posible para que su relación funcione.
He aquí el ejemplo más sencillo posible. A ti y a tu pareja os puede gustar el fútbol. A los dos os gusta ir a los partidos o verlo por la tele. Es una buena forma de pasar tiempo juntos y compartir vuestros intereses.
Pero eso no significa que tengáis que animar al mismo equipo. Ni mucho menos. Mientras seáis respetuosos, esta pequeña diferencia puede ser positiva. Una tensión positiva para mantener las cosas picantes.
Es importante que tú y tu pareja estéis en sintonía para que florezca la química entre vosotros.
2. Son capaces de hablar abiertamente de cualquier tema y se escuchan con gusto
Cuando la conexión entre los amantes es fuerte, no hay tema del que no puedan hablar. Se sienten lo suficientemente seguros como para expresar abiertamente su opinión, y no temen que la otra persona les critique.
Incluso pueden hablar libremente de temas para los que saben que comparten opiniones diferentes.
Esto es especialmente importante, porque cada persona tiene que sentirse libre para decir lo que quiere y defiende, sin miedo a ser juzgada.
Porque ser juzgado por la persona que amas puede ser uno de los sentimientos más desgarradores del mundo.
Tener una conversación fácil, una sensación de confianza y de ser comprendido es crucial para cualquier relación, especialmente para una romántica.
Por eso, los amantes que tienen la suerte de compartir una verdadera química pueden presumir de ello con orgullo.
No tienen ningún problema en discutir abiertamente y nunca se olvidan de escucharse atentamente.
Y, lo que es más importante, nunca tienen miedo de admitir que se equivocaron en algo.
3. Ambos se preocupan mucho el uno por el otro
Para algunos, esto puede parecer innecesario y que no merece la pena mencionarlo. Cuando en realidad es extremadamente importante.
La verdadera química sólo puede crecer si los amantes son genuinamente amables, cariñosos y afectuosos el uno con el otro.
El uno para el otro, tienen que crear un espacio seguro en el que puedan sentirse a la vez vulnerables y fuertes, felices y tristes, enérgicos y agotados.
Cuidar de alguien significa dejar que esa persona sea realmente su yo auténtico.
Esto significa que tenemos que dejar que nos muestre sus días buenos y malos, y tenemos que estar preparados para sus días soleados y lluviosos.
Querer a alguien significa que te preocupas por él incluso cuando te hace enfadar inexplicablemente. Los verdaderos amantes tienen que tener exactamente esto el uno con el otro.
4. Se atraen físicamente
Es normal que la atracción física domine en las etapas iniciales de una relación. Durante ese tiempo, las parejas se obsesionan con los rasgos faciales del otro y no pueden dejar de pensar en ellos.
Se sienten extremadamente atraídos físicamente y suelen basar las primeras semanas de su relación únicamente en esa atracción.
Con el tiempo, cuando se conocen y se enamoran de los rasgos de la personalidad del otro, esa atracción física se desvanece. Su importancia disminuye y es sustituida por otras cosas más importantes.
Sin embargo, es de vital importancia que los amantes sigan sintiéndose atraídos físicamente. Necesitan sentirse deseados el uno por el otro, incluso después de que pasen muchos años.
Una vez tuve la oportunidad de hablar con una pareja de ancianos, Sofía y Mario. En aquel momento, llevaban 42 años casados, y estaban muy contentos de compartir conmigo el secreto de su duradero matrimonio.
Entre las muchas cosas que me contaron, Mario dijo algo que puso el listón muy alto para mí, y todavía estoy esperando que un hombre lo alcance. Dijo:
“Ella es mi alma gemela. Llevo más de 40 años acostándome y despertándome a su lado y todavía cada noche y cada mañana me siento como la primera vez. Es la mujer más guapa que he visto en mi vida y ninguna mujer puede compararse a su belleza. Me ha dado seis hijos preciosos a lo largo de los años, y cada año que pasa es más y más guapa. La amo de todo corazón”.
La química entre ellos era casi tangible, y realmente me impactó. Me han demostrado que es posible seguir sintiéndote atraído por tu pareja incluso después de que hayan pasado los años.
La gente que dice que es imposible sentirse atraído físicamente para siempre por una persona está muy equivocada. Hay cosas que son eternas y nadie puede ponerles fecha de caducidad.