Ella te dio todo lo que tenía. ¿Y qué hiciste tú? No le diste absolutamente nada a cambio.
Usaste su confianza tantas veces que ya no pudo confiar en ti. Era imposible. Fracasaste. Fracasaste duramente.
Perdiste de vista el hecho de que ella hacía un esfuerzo extra por ti. Cada vez.
Ella movería montañas por ti. Te elegiría a ti por encima de sí misma, siempre. Y aún así, no le diste nada.
No es una sorpresa que tuviera que rendirse contigo. Sabes que ella hacía todo el trabajo en la relación. Ella era quien la mantenía viva.
Es como si solo fueras un espectador accidental en lugar de un actor principal en todo esto. ¿Por qué alguien aceptaría eso?
Ella te dio toda la atención y el cariño que tenía. Se aseguró de que tuvieras todo.
Te dio un beso de despedida cuando salías de la casa y aún así, tú la pusiste en último lugar. Ella nunca recibió un beso de despedida.
Te aprovechaste de su amabilidad. Escupiste sus palabras amables y gestos cariñosos porque no la respetabas.
Debiste haberla tomado en tus brazos y nunca dejarla ir. Así es como ella te trataba. Y no lo merecías.
Nunca conoció a alguien más egoísta que tú. ¿Cómo pudiste permitirte perder lo único que te hacía mejor hombre – ella?
Poco a poco, te estabas convirtiendo en su carga. Ya no podía llevarte sobre su espalda. Sus huesos comenzaron a crujir. No pudo más.
Aunque te dio segundas oportunidades, tú las echaste a perder. Las destruiste una por una y no dejabas de hacerlo porque estabas seguro de que tendrías otra oportunidad.
Sabías que ella era de buen corazón y que no te dejaría así de fácil y, lamentablemente, te aprovechaste de eso.
Ella se rendiría contigo, porque le diste más tristeza que felicidad. Ese era el tipo de vida que ella no quería vivir.
Lo que es aún más triste es que ella realmente pensó por un momento que todo esto era su culpa. Pensó que no había tenido suficiente paciencia ni comprensión contigo.
Eres tú quien la hizo pensar que no era lo suficientemente buena.
Eras tan valiente y confiado. Realmente pensaste que ella no tenía el valor de dejarte.
Realmente pensaste que seguiría dándote oportunidades. ¿Realmente eras tan confiado? Pues deberías haberlo pensado dos veces.
Porque, esta vez, fue “Adiós, ¡nunca más!” Ella había estado aguantándote hasta este punto.
Ahora no te dará más oportunidades porque sabe que no quieres cambiar. No quieres crecer ni madurar. Ella no necesita eso a su lado.
Ella se rindió contigo porque eras un idiota que la dio por sentada y pensaste que podrías salirte con la tuya.
Todo lo que le diste fueron palabras vacías y falsas promesas que no significaban nada.
Ya no más. Ella confiaba completamente en ti y tú la fallaste. Todo lo que hiciste fue decepcionarla, una y otra vez.
Ella se rindió contigo porque no tenía otra opción. La llevaste a una calle sin salida.
La pusiste en una esquina y realmente no tenía otra opción que irse. Te dio tiempo para que te pusieras en orden.
Te advirtió varias veces que las cosas no funcionarían de esa manera.
Pero tomaste sus palabras y acciones como garantizadas y seguiste haciendo las cosas a tu manera sin consultarle, ni a ella ni a nadie.
No pusiste ningún esfuerzo en hacer que los dos funcionaran, pero disfrutabas estar con ella. ¿Cómo podías esperar algo más que ella se fuera?
En el mundo de los adultos, las cosas no funcionan como tú crees que deberían.
En el mundo de los adultos, se necesita mucho sacrificio y entrega para hacer que una relación mejore y para hacer más feliz a tu pareja. En otras palabras, se necesitan dos para bailar el tango.
Ella se rindió porque se dio cuenta de que ella también importa. No va a gastar su vida con perdedores e idiotas como tú.
No va a gastar su vida con alguien que no es digno de ella. Aunque todavía te ame, no se hará más daño a sí misma.
Finalmente se pondrá a sí misma en primer lugar porque puede.
Finalmente se dio cuenta de que puede encontrar a alguien más que la amará como se merece.
Puede encontrar a alguien que la trate de la misma manera en que ella lo trata.
Puede encontrar a alguien que sea su igual.
No quiere rendirse contigo, pero no le dejaste otra opción.
Lo siente, pero adiós.