Una cosa es cierta: el matrimonio no es un paseo. Se necesita mucho esfuerzo, tiempo, paciencia, respeto y, sobre todo, amor para que el matrimonio funcione y dure “hasta que la muerte os separe”.
Por desgracia, hoy en día la mayoría de los matrimonios acaban en divorcio, algunos por problemas reales dignos de divorcio, otros por contratiempos que podrían haberse evitado con éxito si ambas partes hubieran puesto el mismo empeño y percibieran el matrimonio como un proyecto para toda la vida.
Si estás lidiando con una crisis matrimonial con tu cónyuge, y quieres saber cómo evitar divorciarte, aquí tienes 7 consejos útiles que pueden ayudarte.
1. Nunca dejes de intentarlo
Mucha gente comete el error de pensar que el matrimonio es un momento en el que uno deja de intentarlo.
Se acabaron los esfuerzos por conquistar a la pareja, enviar mensajes coquetos, salir en citas o hacer cosas por el otro.
Para esos, el matrimonio es llegar a casa del trabajo y encontrarse con una pareja que ha hecho la cena, ayudar a los niños con los deberes de matemáticas más tarde y terminar la noche viendo un partido en la televisión.
Pero el matrimonio es mucho más. Es el momento en que dos personas comparten su vida juntas y se conocen bajo una luz totalmente distinta.
Es la oportunidad de envejecer juntos y enamorarse de la misma persona una y otra vez.
El matrimonio requiere esfuerzo. Y para evitar divorciarse, tanto el marido como la mujer tienen que seguir intentándolo.
2. Encuentre un rato cada día para reflexionar con su cónyuge sobre el día que ha pasado
Cuando uno se hace mayor y empieza a ocuparse de las responsabilidades de la vida cotidiana (que son demasiadas), resulta difícil encontrar tiempo de calidad para el cónyuge.
Está el estrés del trabajo, el mantenimiento de la casa y el jardín, el pago de facturas, la cocina, la limpieza, la educación de los hijos y el cumplimiento de sus apretados horarios, y muchas cosas más.
Pero no importa lo ajetreada que sea tu vida, simplemente tienes que encontrar un poco de tiempo cada día para reflexionar con tu cónyuge sobre el día que queda atrás.
No es tan difícil. Todo lo que necesitas son un par de minutos por la noche para hablar de cómo fue tu día y escuchar lo que tu cónyuge tuvo que afrontar. Puedes hacerlo incluso en la cama, antes de que os durmáis.
Es importante porque así mantendrás la conexión con tu pareja. Si empiezas a faltar a tus citas diarias, os iréis distanciando cada vez más.
Y llegará un momento en el que estar tumbados uno al lado del otro os parecerá estar a kilómetros de distancia.
3. Nunca te vayas a la cama enfadado
Al igual que en el consejo anterior, nunca es aconsejable irse a la cama enfadado.
Por muy enfadados que estéis el uno con el otro, tenéis que intentar por todos los medios resolver el conflicto que tengáis antes de dormiros.
Por supuesto, a veces puede ser duro, y de hecho necesitarás ese sueño para calmarte.
Pero al menos intentad hablar respetuosamente el uno con el otro y expresar vuestro descontento, para que mañana podáis proceder a reconciliaros.
Si empiezas a irte a la cama enfadado con tu cónyuge, sólo conseguirás empezar a estar resentido con él.
Ese horrible sentimiento crecerá en tu interior, y la próxima vez que ambos experimentéis un pequeño inconveniente, le pedirás el divorcio.
4. Encuentra siempre algo por lo que felicitar a tu cónyuge
Esto va de la mano con el primer consejo mencionado. Para evitar el divorcio, debe seguir halagando a su pareja.
No importa lo tonto que sea, diga su cumplido y vea cómo las mejillas de su pareja se ponen rojas de vergüenza.
“Vaya, esa camiseta hace que tus brazos parezcan muy grandes. ¿Has estado yendo al gimnasio a mis espaldas?” es algo que mi madre solía decirle a mi padre, después de lo cual él casi siempre empezaba a flexionar los músculos y a reírse infantilmente.
Hacer cumplidos a tu cónyuge es especialmente importante delante de tus hijos. Podrán ver el lado enamoradizo de vuestra relación, lo que les hará buscar ese tipo de conexión en su propia vida amorosa algún día.
5. Muestra respeto y gratitud por todo lo que tu cónyuge hace por ti
No es ningún secreto que todo el mundo quiere sentirse respetado. Pero a veces, las parejas casadas no experimentan el nivel de respeto deseado y, debido a ello, acaban divorciándose.
Pero es muy importante mostrar gratitud y respeto a tu cónyuge. Es algo pequeño, casi insignificante, pero puede significar mucho para tu pareja.
Mi tía fue ama de casa toda su vida. Se ocupaba sobre todo de la casa y los niños, mientras mi tío trabajaba como obrero de la construcción.
Créeme si te digo que no pasaba un día sin que él le agradeciera todo lo que hacía en casa. Siempre lo hacía como si sus acciones fueran cosas milagrosas que sólo ella es capaz de hacer.
A veces se sentía triste porque no tenía un trabajo de verdad, pero los cumplidos de mi tío siempre, sin falta, le alegraban el día.
6. Hacer cosas juntos
La clave para evitar el divorcio no es sólo no dejar nunca de intentarlo, sino seguir haciendo cosas juntos.
La cena que prepara uno de los cónyuges nunca puede considerarse una cita, sobre todo si es una práctica habitual y una forma de comer.
Tú y tu cónyuge tenéis que tener noches de cita. Tenéis que hacer reservas para cenar (a las que realmente iréis), ir al teatro o al cine, ir a la bolera, a jugar al golf, o cualquier cosa que os guste hacer a los dos.
La cuestión es que tenéis que hacer cosas fuera de casa.
7. ¡Permanecer fieles!
Y por último, algo que no hace falta decir es lo siguiente: para evitar divorciarte, tienes que ser fiel a tu cónyuge.
Personalmente, creo que no hay excusa cuando se trata de engañar en el matrimonio. Porque has elegido voluntariamente estar con esa persona para siempre, amarla y apreciarla durante el resto de tu vida, en los buenos y en los malos momentos, pase lo que pase.
La infidelidad no tiene cabida en el matrimonio. Y punto.