¿Conoces a esa chica? La que siempre está ahí para todos, la que va más allá para ver a alguien y descubrir que ha cambiado de opinión, la que siempre lleva un gran corazón y una sonrisa más grande incluso cuando está herida, la que trata de consolarte en la melancolía incluso cuando ya tiene muchas cosas en su plato. La que espera pacientemente a que te des cuenta de que nunca se queja de nada, con la que hablas todos los días y le dices que te gusta, pero nunca lo suficiente.
Yo soy esa chica, la que nunca es suficiente. La chica a la que golpeaste con un mensaje de las 3 de la madrugada de “deberíamos ponernos al día” pero nunca hacer un esfuerzo para ver porque no encajo en tu agenda. Nunca es suficiente para que envíes una rosa de tallo porque eso me haría sonreír. O para el caso, nunca lo suficiente como para hacer cosas bonitas que yo digo que odio pero que secretamente deseo que hagas de todos modos. Soy la chica con la que no quieres nada más, pero folla un par de veces, la que es bonita pero nunca suficiente para que salgas con ella.
Soy esa chica que siempre está en competición, la que se ve arrastrada a conversaciones como “ella es mucho mejor que tú” o “Si tú hubieras sido más como ella”; de la que nunca quise formar parte. Yo soy la única de la que nadie está enamorado. Esa chica que nunca puede hacer caer a nadie por su sonrisa, sus ojos o puede serlo por la forma en que tira de sus cabos sueltos detrás de la oreja o por cómo sus ojos revolotean y sus labios forman una perfecta O. Nadie se da cuenta de las pequeñas cosas que hay en ella, nadie busca por el pasillo para verla.
Soy la chica con la que haces planes y luego los cancelas porque tienes otros amigos que te piden algo mejor que puedes hacer. Y siempre lo entiendo. Yo soy a la que nunca le dedicas canciones porque honestamente no me cruzo con tu mente ni una sola vez. El que usted habla, silenciándola cuando usted prometió escuchar, pero ella nunca se queja, escucha con paciencia.
Soy la chica a la que has defraudado una y otra vez, pero aún así se adhiere a ti. Puede ser que no me ame a mí mismo o que me haya acostumbrado a ello. Yo soy el que se desilusiona pero nunca se sorprende. Yo soy el que llena tu vacío, hasta que llega la chica perfecta, con la que realmente tienes una chispa, con la que quieres salir, incluso cuando dijiste que nunca quisiste una relación por los problemas que tuviste.
Soy la chica que constantemente espera que tal vez sea justa esta vez las cosas serían diferentes, que tal vez después de todo este tiempo, debo ser deseable para alguien. Puede ser que las cosas vayan a alguna parte esta vez sólo para encontrar otra cosa. Soy la chica que se queda angustiada por los interminables recuerdos que le dejaste, sólo para darse cuenta de lo que yo habría hecho de otra manera para que tú te hubieras quedado.
Soy la chica que nunca se queda sin esperanza, para experimentar una abreviatura de amor si no la forma más completa. Atrapado en “si y pero” y “puede ser”, soy yo el que siempre es la segunda opción, nunca una prioridad, la que nunca querrías etiquetar. Soy la chica con muchos “casi”, esa chica que lo intentó pero que nunca será suficiente.