Skip to Content

Hoy, Te Dejo Ir

Hoy, Te Dejo Ir

Y con los ojos llenos de lágrimas, esta vez es diferente. Por primera vez, me voy sin darme la vuelta. La verdad es que no quiero saber si me estás mirando cuando subo a mi auto. No quiero saber si estás sentado ahí, esperando a que me dé la vuelta. Pero sobre todo, lo que no quiero saber es su nombre. No quiero saber si lo amas como me amaste a mí. No quiero saber si terminaste encontrando a alguien a quien amar de la misma manera que yo te amé a ti.

Así que hoy, me voy a mudar.

Renuncio a la posibilidad de que las cosas se hubieran podido hacer bien. Renuncio a la idea de coger mi teléfono por la mañana esperando que fueras tú quien me escribiera. Dejo de quererte más de lo que tú me quisiste a mí.

Y, con una mano temblorosa, borro tu número.

Te estoy bloqueando en las redes sociales.

Hoy te dejo ir, como si nunca hubiéramos existido.

Pero incluso después de todo eso, conozco tu número mejor que el mío.

Incluso después de todo esto, sé con seguridad que nunca te olvidaré.

Pero hoy me alejo de ese pasado que me persigue y oigo tu voz que, en un susurro, me pide que me quede.

Hoy, me voy porque creo que siempre supe lo que no éramos. Dejo de pensar en la posibilidad de un cambio.

Hoy me alejo de cada uno de nuestros argumentos. De cada lágrima derramada. Por cada palabra que pudimos haber lamentado. Siempre que te dije que te odiaba. Me estoy alejando de todas estas cosas.

Hoy, me estoy alejando del dolor que me causaste cuando nuestra relación terminó.

Porque ambos sabemos que no terminó anoche. Ha pasado mucho tiempo y no estaba preparado para aceptarlo.

Así que hoy, me estoy alejando de todo el dolor que me has infligido. De la confusión en la que me dejaste. De todas esas noches que no recuerdo, ahogándome en un pasado que hubiera preferido olvidar, hasta que la botella estaba vacía y mis lágrimas se secaron.

Hoy, me estoy alejando de los celos. Hoy, me estoy alejando de la lujuria. Hoy dejo de reprocharme a mí mismo y de pensar que es culpa mía que esto acabe así. Hoy, me voy a mudar.

Hoy, perdono. Hoy, admito que todavía te amo y tal vez siempre te amaré. Pero hoy me voy a mudar porque me merezco algo mucho mejor que eso.

Hoy, me deshago de la certeza de que habrá momentos en los que me gustaría volver.

Hoy, sé que duele. Pero es mañana lo que espero. Es el día que vendrá después. Y quienquiera que venga después.

Este es el día en que nos encontraremos y en que no sufriré por verla en tu brazo.

Porque hoy duele, pero mañana aún no ha llegado. Hoy comienza una nueva vida porque tú me enseñaste a amar y sobre todo porque tú me enseñaste lo que es amar sin ser correspondido.

Así que hoy, me estoy alejando de lo que no merezco y me muevo serenamente hacia lo que merezco.