Las relaciones pasan por muchos altibajos, lo cual es inevitable. Tenemos que aprender a manejar cada curva del camino y disfrutar plenamente del viaje con la persona que elegimos.
Todo parece ir bien, pero hay algo que te molesta.
¿Hay algo que puedas o no estar haciendo y que poco a poco aleja a tu pareja de ti? Por desgracia, lo hay.
Pequeños hábitos que probablemente no consideres peligrosos son los que podrían arruinar la conexión que ambos compartís.
Sé que todos luchamos con pequeñas manías que se convirtieron en algo así como nuestra firma única, pero pueden costarnos el amor de nuestras vidas.
¿Crees que estás siendo un mal compañero? No estoy diciendo que lo estés maltratando o negándole amor y afecto, pero ¿puedes identificarte con algunas cosas de la siguiente lista?
1. No hay un “Cariño, ya estoy en casa”
¿Le das un beso de despedida cuando te vas a trabajar? ¿Le saludas cuando vuelves a casa? Estas cosas aparentemente pequeñas pueden ayudarte a mantener una relación fuerte.
Si no haces de él una parte importante de tu día, no esperes que te diga la famosa frase “Cariño, ya estoy en casa”.
Es muy probable que, cuando no vivíais juntos, os enviarais mensajes de buenas noches y buenos días.
Quizá a veces optabais por una llamada al final del día, ¿qué ha cambiado? Que ahora viváis juntos no significa que no debas prestarle atención.
Darle estos besos afectará mucho a vuestro matrimonio o relación y mantendrá fuerte vuestro vínculo.
Estos pequeños gestos de cariño le demostrarán que, aunque estés cansada, no hay lugar en el que prefieras estar que en su presencia.
2. Llevas trabajo a casa
Uno de los peores hábitos que puedes tener es llevarte trabajo a casa. Por supuesto, no estoy diciendo que no haya días en los que simplemente no puedas con todo lo que ha pasado en la oficina.
Pero no lo hagas constantemente y no cotillees con él sobre tus compañeros.
Probablemente no le importe si uno de tus compañeros ha empezado a ir al gimnasio, o si el otro es un vago y te impide cumplir con tu parte del trabajo.
No conviertas esto en un hábito porque puedes perder a quien amas porque tu trabajo era más importante que él.
3. Realmente no te importa su día
Supongo que habrás pensado algo así como “pero siempre compartimos cómo nos ha ido el día”. Sí, lo hacéis, pero esa no es la cuestión.
Si le contestas con sonidos raros, tarareando o asintiendo con la cabeza sólo para hacerle creer que le estás escuchando, ¿realmente te importa lo que está diciendo?
Hay una gran diferencia entre escuchar activamente a tu interlocutor y escucharle únicamente para responder.
No hagas esto último, porque tu pareja no se sentirá apreciada y en cuanto se dé cuenta de lo que está pasando, te garantizo que se alejará.
Ninguno de nosotros quiere permanecer en una relación en la que la otra persona no está, al menos, escuchando nuestras luchas.
No tienes por qué darle soluciones a todos los problemas a los que se enfrenta, pero sí puedes estar a su lado y demostrárselo.
4. Te ocupas sólo de tus necesidades
No me malinterpretes, no hay nada malo en ser independiente y cuidar de uno mismo. Pero en el momento en que decidiste ser su novia, también elegiste cuidar de él.
Esto no significa que tengas que llevarle el desayuno a la cama, aunque sería bonito, al menos el día de su cumpleaños.
A lo que me refiero es a pequeñas cosas, como traerle algo para picar cuando veáis una película juntos o llevarle una manta.
Claro, él puede vocalizar sus necesidades y decirte si necesita algo, pero ¿no sería adorable que le leyeras la mente al menos una vez?
Tiene que saber que puede apoyarse en ti, que le entiendes incluso cuando no dice ni una palabra.
También debería ser viceversa, y si tú no te conformarías con menos, ¿por qué esperas que se quede a tu lado?
5. Te sientes incómoda hablando de finanzas
Tanto si tenéis una cuenta compartida como si cada uno tiene la suya propia, es muy importante que habléis de finanzas abiertamente.
Nadie está siendo controlador de esta manera y, por supuesto, ninguno de los dos debe utilizar esa información para hacer daño o para fastidiar sobre cómo uno está gastando demasiado.
Si quieres tener un matrimonio feliz, tienes que aprender a hablar de dinero. Para que sea más fácil, míralo como si fuera un asunto de negocios, no algo personal que tengas que mencionar.
De ese modo, podréis hacer algunos planes financieros y organizar mejor el dinero.
6. No estás cambiando los comportamientos que él señaló
¿Cuántas veces ha mencionado que masticar con la boca abierta le molesta un poco, o que tu constante temblor de piernas también le pone nervioso?
¿Te aclaras la garganta a menudo cuando te encuentras en situaciones incómodas y se ha convertido en uno de tus hábitos?
Tal vez lo hagas inconscientemente, pero sería estupendo que lo cambiaras conscientemente. Sé que no es una tarea fácil y que requiere cierto esfuerzo, pero puedes hacerlo.
Si cambiar estas pequeñas cosas ayudará a tu relación y la mantendrá sana, ¿por qué no ibas a hacerlo?
No estoy hablando de cambiarte a ti misma hasta la médula o de modificar quién eres para encajar mejor en su vida. No. Estas cositas son algo de lo que te puedes desprender, y las has adoptado al azar de tu entorno.
Si pudieras identificarte con una o todas las cosas mencionadas, no significa que no estés haciendo un gran trabajo en otros aspectos.
Sin embargo, estas cosas pueden arruinar fácilmente una relación, y tú no serás consciente de ello. Así que deshazte de estos malos hábitos y conviértete en el mejor compañero para tu elegido.