Tenías una chica que realmente quería ser tuya. Una chica que estaba lista para hacer lo que fuera necesario para hacerte feliz. Tenías una chica que siempre te ponía primero. Una chica que creyó en ti cuando nadie más lo hizo. Tuviste una chica que te amaba como ninguna otra.
Pero en lugar de apreciar todos sus esfuerzos y sacrificios, usted eligió darla por sentada. Tú elegiste aprovecharte de todo lo que ella te estaba dando y elegiste usarla.
En vez de amarla como se merecía, elegiste darle sólo la mitad de tu corazón. En lugar de estar a su lado, elegiste alejarte de ella, como si nunca hubiera importado y como si no pudieras preocuparte menos por ella.
Cuando la dejaste, estabas convencido de que ella movería montañas sólo para mantenerte a tu alrededor. Que se culparía a sí misma por hacer que la dejaras. Que te rogaría que volvieras y que aceptaría cualquier cosa sólo para tenerte a su lado.
Pensaste que ella haría cualquier cosa sólo para recuperarte. Tenías todos los escenarios posibles escritos en tu cabeza, excepto aquel en el que ella te dejaba ir sin pelear.
Y eso es exactamente lo que hizo. Era lo suficientemente fuerte como para dejarte ir y no mirar atrás. Y esa fue la mejor decisión que pudo haber tomado.
Contra todo pronóstico y contra todas tus expectativas, esta chica te dejó en el pasado, donde perteneces. Fue lo suficientemente valiente como para cerrar la puerta y cortar todos los lazos con usted. No te dio la oportunidad de seguir jugando con ella y siguió adelante con su vida, como si nunca hubieras sido parte de ella.
Finalmente se dio cuenta de que no tenía que luchar por el amor de nadie. Se dio cuenta de que no debía perseguir a alguien que claramente no quería estar con ella. Que era demasiado orgullosa para rogarle a alguien que volviera con ella. Que lo último que quería era humillarse corriendo detrás de ti.
Se dio cuenta de que no la merecías, nunca lo hiciste y nunca lo harás. Finalmente vio su verdadero valor y decidió que era hora de que dejara de esforzarse con alguien que nunca se preocupó por ella. Que era hora de que dejara de ser la única que lo intentaba y la única que más amaba. Que era hora de que ella se eligiera a sí misma antes que a ti.
Y entonces fue cuando viste lo que habías perdido. Al principio, te gustaba vivir la vida de un soltero. Disfrutaste ser libre y no tener a nadie que te pidiera atención y no tener que esconder todas tus aventuras y aventuras.
Pero pronto, viste que la extrañabas. Viste que no tenías a nadie con quien ir a casa ni a nadie que cuidara de ti. Viste que ninguna otra mujer podía ser ella y que era única.
Viste que ninguna otra mujer podría amarte como ella lo hizo. Que no existía una chica que soportara tu mierda o que te amara a pesar de ello.
Estar lejos de esta chica te hizo darte cuenta de que ella era la única que siempre estaba poniendo tu felicidad por delante de la suya. El único que aceptó al verdadero tú y el único que amó tus defectos.
Te hizo ver que eras un imbécil inmaduro que nunca le dio el respeto o el amor que necesitaba. Que nunca apreciaste todo lo que ella te dio y que nunca atesoraste su corazón de la manera que debías. Por fin te diste cuenta de lo que habías hecho.
Y ese fue el momento en que entendiste que alejarte de esta chica era el mayor error que podías haber cometido. Cuando te diste cuenta de que probablemente pasarías el resto de tu vida arrepintiéndote de esta elección.
Al mismo tiempo, la chica que te dejó ir se está reconstruyendo. No te mentiré, ella no se olvidó de ti de la noche a la mañana. Pero está ocurriendo paso a paso.
Mientras usted pasa noches sin dormir pensando en ella, ella se está desamorando de usted con éxito. Mientras usted se aferra al pasado, ella espera con ansias su brillante futuro.
Mientras la buscas en cada mujer que se cruza en tu camino, ella prepara su corazón para alguien mejor. Mientras te dabas cuenta de lo estúpido que eras al alejarte de ella, ella entendía lo inteligente que era al dejarte ir.