A las chicas que salen cita tras cita, buscando al “hombre”. A las mujeres que desesperanzadamente esperan que el hombre de sus sueños golpee su puerta de un momento a otro y a las que se sienten miserables porque no tienen un hombre en su vida les digo: la vida es mucho más que un juego de esperas.
La vida es mucho más que esperar encontrar a alguien especial. La vida es mucho más que solo un chico.
La primera vez que me enamoré, cometí el error de hacer que él fuese mi vida. Todo lo que hacía, todo en lo que pensaba, tenía que ver con él. Porque en mi cabeza, pensaba que esa era la forma en que se suponía que las relaciones funcionaban. Estaba enamorada de él, pero no era saludable. Si miro hacia atrás, hacia esa época de mi vida, me doy cuenta de que era hermoso pero que también daba miedo. No me daba cuenta de que me había perdido en él. Y que al final me ocupaba más de él de lo que me ocupaba de mí misma.
Cuando esa relación terminó y me quedé sola conmigo misma no tenía idea de cómo lidiar con la situación. Por muchos años de mi vida había dependido de él y él había dependido de mí. No sabía cómo ser feliz a solas conmigo misma. No sabía cómo vivir mi vida al máximo si ya no estaba más con él.
Me tomó un largo tiempo amarme a mí misma sin tener a mi lado a un hombre para amarme también. Me llevó un montón de meses, y años, transformarme en una persona completa sin otro ser humano a mi lado. Y una vez que finalmente sané y maduré, me prometí a mí misma nunca volver a caer en la misma situación. Ya nunca quise volver a perderme a mí misma en alguien más. Nunca más quise apegarme tanto a alguien que sin esa persona, me fuera a sentir sola.
Yo soy una persona entera que no necesita de alguien más para sonreír. Y tú también eres una persona entera.
Tienes permitido ser feliz por ti misma. Tienes permitido vivir una vida plena sin alguien tomando tu mano en cada paso del camino. Después de todo, se supone que debes amarte mucho a ti misma, y no a la fantasía que vive en tu cabeza acerca del hombre que te hará elevarte en el aire.
Es hora de que te pongas tus zapatos de niña grande. Es hora de que te veas a ti misma al espejo y te digas a ti misma que eres suficiente. Que brilles sin necesidad de un anillo de diamantes en tu dedo. Que brilles sin necesitar el sol de otra persona. Tú eres tu propio sol. Y esta es la forma en que siempre debió haber sido.
Necesitas ponerte a ti misma en primer lugar. Porque al final del día, vas a dejar este mundo por ti misma, de la misma forma en que llegaste por ti misma.
Necesitas transformarte en tu propia mejor amiga, tu propia mentora, tu propia terapeuta, y tu propia heroína.
Dulce chica, un chico no te va a salvar. Un chico no te va a hacer feliz mágicamente. Todo depende de ti. De nadie más que que de ti.
Así que, por favor, espero que sepas que realmente puedes respirar hondo por ti misma sin quebrarte. Espero que sepas que puedes saltar sin temor a caer. Este es tu momento de saltar y volar, de vivir sin temores, de subir tu propia montaña y de salir y vivir tu vida en vez de esperar detrás de una ventana cerrada.
Abre tus puertas para ti misma, rompe las ventanas cerradas, y salta de la torre que has construido para ti misma para esconderte del mundo a tu alrededor. Sal y experimenta de verdad lo que es salir por ahi acompañada tan solo de tus pensamientos. Bebe café en una cafetería sin pedirle a un amigo que vaya contigo. Disfruta por ti misma, y te sorprenderás con cosas nuevas y con nuevas personas que pueden llegar a tu vida.
Así que deja de esperar y desear. Y comienza a construir tu vida, para volver a empezar.