Por fin, me estoy cansando de perseguirte.
Esta soy yo diciendo adiós a todas esas noches de insomnio preguntándome si te importo o no. Esta soy yo diciendo adiós a las preguntas sin respuesta sobre tu comportamiento y palabras que nunca entiendo. Terminé de adivinar tus verdaderos sentimientos hacia mí y estoy cansada de ser la que siempre se queda esperando. He parado de pensar que nunca seré lo suficientemente buena para ti porque siempre has encontrado a alguien que me reemplace.
Todo este tiempo, te he valorado más de lo que me he valorado a mí misma y estaba demasiado ciega para darme cuenta de que nunca me has valorado en absoluto. Ya paré de culparme por ser como soy cada vez que decidías dejarme atrás. Hice todo lo posible para que te quedes y, si todavía no vez lo fuerte que me agarro a ti, todos mis esfuerzos serán tu pérdida, no la mía.
Esta vez, ya no perderé mi tiempo con personas que no ven mi valor.
De ahora en adelante, dejaré de perseguirte a ti o a cualquier otra persona, porque ahora creo que las personas que tienen la intención pura de quedarse, no deben ser perseguidas.
No tengo tiempo para convencerte ni a ti ni a otras personas de que soy digna de ser amada y tampoco quiero perder el tiempo intentando hacerte ver que yo soy la persona a la que deberías perseguir. Estoy cansada de ser siempre la que pelea cuando no hay garantías para ganar esa batalla. Terminé de torturarme cada vez que tengo que esperar a que vengas y decidas quedarte conmigo.
Poco a poco estoy aceptando el hecho de que cada vez que tengo que perseguir a alguien, estoy en el momento justo en el que ya los perdí y debería dejarlos ir.
Este juego de persecución es muy doloroso, pero nunca te culparé por mi desamor. Me hiciste dar cuenta de mi propia valía y me hice más fuerte que antes. Me hiciste ver y valorar a las personas que nunca se fueron, y a las que sin darme cuenta las di por sentadas. Gracias por hacerme perseguirte y gracias por hacerme amarme más que antes.
A partir de ahora, nunca en mi vida volveré a perseguir a nadie.
No tienes que preocuparte en absoluto porque lograré perdonarme por haberte perseguido. Nunca lo veré como un error, sino como una lección aprendida. Nunca te odiaré porque al decidir irte, realmente me has dado la oportunidad de conocer a las personas adecuadas para mí y te lo agradezco. A partir de ahora, podrás correr lo más rápido que puedas ya que evitaré que mis pies den un paso más hacia ti.
Esta soy yo, liberándote.
Quizás dentro de unos años las cosas cambien y este juego de persecución te hará reconocer mi valía. Espero que algún día, cuando mires hacia atrás, te des cuenta de que estuve aquí todo el tiempo.
Prométeme que nunca más darás por sentado a nadie, porque hay personas que harán cualquier cosa por ti y deberías valorarlas de la misma manera en que te valoras a ti mismo. Mantenlos cerca de tu corazón, porque nunca sabrás lo difícil que es luchar sus batallas y sobrevivir solo para ti.
Esta vez, dejaré de perseguirte. Por fin, estoy dejando ir a alguien que nunca fue mío.