Él te sorprendió; dejándote cuestionar todo mientras intentas fervientemente recoger los pedazos destrozados de tu corazón.
¿Era otra mujer?
¿Por qué no fui lo suficientemente bueno?
¿Por qué aquí?
¿Por qué ahora?
¿Por qué, por qué, por qué?
Te preguntas por qué no te vio avanzar con él; celebrando cada hito en sus brazos, labrando un futuro, una vida juntos. Las respuestas te persiguen; aplastando tu corazón en un abrazo estrangulador, golpeándote contra el suelo hasta que todo lo que queda de tu alma es una pulpa espumosa, una sombra de la luz que brilla a través de tu corazón.
Usted tuerce cada pensamiento que corre a través de su mente para adaptarse a sus locuras y debilidades; acurrucándose amontonando mentiras hasta que se convierte en un caparazón de la mujer que usted era.
No soy lo suficientemente buena para él, inteligente para él, con talento para él. Nunca lo merecí. ¿Por qué perdió el tiempo conmigo?
La verdad es que si él nunca te vio viajando por la vida con él – viajando a tierras exóticas, de pie en el altar con una bata blanca y prístina, abrazando a niños pequeños, sosteniéndolo mientras tu cabello se desvanece junto al suyo – tú siempre fuiste demasiado bueno para él. Si se negó a reconocer tu brillante potencial, nunca valió la pena tu tiempo.
En vez de regodearte en tu pérdida percibida, espera a un hombre que te vea en su futuro.
Espera a un hombre que esculpe su vida a tu alrededor; un hombre que laboriosamente pavimenta su camino ladrillo por ladrillo. Convertirá sus planes en metas y sueños insatisfechos, negándose a conformarse con algo menos que sus más profundos anhelos. Entrará en su futuro con una facilidad indesmayor, pero cada camino que recorra para alcanzar sus más preciadas ambiciones siempre le llevará de vuelta a usted.
Espera a un hombre que no puede imaginar su vida sin ti; un hombre que anhela que viajes con él hasta que ambos dejen de existir. Luchará por imaginar un día sin tu amor; una vida sin tu presencia porque ninguna otra mujer podrá encender la poderosa llama de su corazón. Él reservará su amor para ti y sólo para ti; revelando gradualmente las cámaras secuestradas de su corazón; sosteniendo tu corazón asediado en el suyo para siempre.
Espera a un hombre que te anhela por toda la eternidad; un hombre que se niega a vivir sin tu suave toque. Él soñará contigo en la vigilia y el descanso; anhelando sentir el calor de tu piel contra la suya, saboreando los momentos en que oye los latidos de tu corazón. Tu alma lo consumirá; lavando su mente mientras espera una eternidad contigo.
Estás agotado, quebrado, cuestionando cada pista que él te dejó para que reflexiones mientras reparas tu corazón fracturado. Pero si se niega a reconocerte como un faro de valor; si no puede imaginar un futuro contigo, no está destinado a capturar tu corazón.
Espera a un hombre que te vea en su futuro; cuyo corazón palpitará por ti solo, desde el momento en que levante el velo hasta el momento en que tomes tu último aliento en sus brazos.