Pensamos demasiado. Dejamos que estos pensamientos pesen sobre nuestro pecho. Nos retorcemos mientras la noche se cierne sobre nosotros. Y todo lo que podemos hacer es pensar. Y seguir pensando.
Algunos dirán que estamos locos. Puede que nos digan que nos calmemos o que nos relajemos. Pero la verdad es que pensar demasiado no tiene por qué asolar nuestras vidas. Y no tiene por qué ser una idea negativa cuando se trata de amor.
Lo que pasa con los que pensamos demasiado es que somos muy fuertes. Y nos preocupamos. Nos importa de verdad. Por eso pensamos tanto. Por eso no podemos dormir por la noche. Por eso nos preocupamos. Por eso no podemos controlar nuestros pensamientos. Es porque nos importa.
Lo daremos todo. Te daremos nuestra sangre, lágrimas y sudor sin vergüenza. Esto es lo que somos. Y no nos avergonzamos de ello.
Pensamos detenidamente en la forma en que nuestra pareja se comunicará con nosotros y nos hablará. Pensamos largo y tendido en la forma en que nuestra pareja se reirá de nuestros chistes y nos sonreirá desde el otro lado de la habitación. No nos lanzamos a cualquier cosa con cualquiera. No nos enamoramos a ciegas.
Pensamos mucho cuando nos enamoramos porque nos importa mucho la otra persona. Nos dejamos llevar por nuestros pensamientos porque no queremos perderle. Los estudiamos y observamos hasta quedar exhaustos.
Pero esto no tiene por qué ser malo. Porque, verás, pensamos mucho en cómo alegrarle el día a nuestra pareja después de un largo viaje de negocios. Observamos cuál es su comida favorita y cuál es su postura sexual favorita y cuál es su cosa favorita. Y prestamos mucha atención.
Nos fijamos en la forma en que nuestra pareja dice nuestro nombre. Nos fijamos en las pequeñas cosas que hace para hacernos felices. Nos fijamos en todo lo relacionado con nuestra pareja, porque queremos saberlo todo sobre ella. No queremos contenernos y tampoco queremos que ellos sientan la necesidad de hacerlo.
Quizá analizamos demasiado. Quizá volvamos locos a los demás con nuestras preguntas, preocupaciones y observaciones. Pero, ¿no preferirías que alguien se preocupara más de lo que se preocupa menos?
Haríamos cualquier cosa por ti. Lucharíamos hasta el fin del mundo sólo por verte sonreír. Y te querremos hasta que el corazón nos abandone. Te adoraremos y apreciaremos cada parte de ti. Y no nos disculparemos por ello.
Claro que pensar demasiado puede ser un coñazo. Puede ser agotador y causarnos mucho estrés. Pero somos contundentes, audaces y hermosas. No nos guardamos nada. No vamos a aguantar mierda de nadie. No nos conformamos.
Y cuando encontramos el amor que buscamos, no lo dejamos escapar. Porque, aunque a veces los overthinkers parezcamos pegajosos o celosos, creo que somos mucho más que eso. Somos leales y amamos mucho, sin disculparnos. Puede que pensemos demasiado en lo que dices o haces, pero sólo porque nos importa. Sólo porque queremos que tu vida y la nuestra sean aún mejores y más bonitas. Es sólo porque nos importa.
¿Y no quieres amar a alguien a quien realmente le importa?
