- Ya no te invade la ansiedad cada vez que piensas en tu futuro. De repente te das cuenta de que pase lo que pase… todo irá bien. Tienes una visión compartida del futuro y de lo que será.
- En realidad, hay muchas cosas que ya no te preocupan. Como tus inseguridades o si eres “lo suficientemente bueno”, las redes sociales o la opinión de los demás en general. La relación en sí es mucho más fácil de lo que esperabas y no tienes las mismas dudas que antes.
- Os tenéis un respeto sincero y profundo. Incluso cuando no estáis de acuerdo, gestionáis los conflictos sin ser duros ni punitivos.
- De hecho, sacáis lo mejor el uno del otro. No temes desafiarles porque sabes de lo que son capaces. Sólo quieres lo mejor y no dudas en darles el empujoncito que a veces necesitan.
- No puedes creer lo rápido que te sentiste cómodo a su lado. Desde el principio de la relación ambos os sentís como si llevarais años saliendo.
- Entendéis las emociones del otro como nunca antes. Ambos sabéis cómo responder cuando el otro está triste, enfadado o incluso feliz. La comunicación nunca es un problema y no teméis tener conversaciones difíciles.
- Conectáis a todos los niveles posibles: emocional, físico, mental, espiritual, sexual e intelectualmente. Y lo más importante… vuestras almas están conectadas. Puedes oír y sentir lo que están pensando incluso antes de que lo expresen verbalmente. En el momento en que los ves sabes exactamente cómo fue su día.
- Con frecuencia te encuentras sintiéndote asombrado por ellos, preguntándote cómo has tenido tanta suerte.
- 9. Eres su fan número uno y ellos son el tuyo. El apoyo y el ánimo son infinitos, y sabes que siempre están de tu lado.
- Hay un equilibrio de libro de texto entre fuerza y debilidad. Cuando te enfrentas a los momentos más estresantes o desafiantes, su fuerza te saca adelante. Del mismo modo, es a ti a quien buscan en busca de consuelo y valor, porque juntos sois imparables.
- Estar con ellos aporta una sensación de paz y bienestar enigmática. Su sola presencia genera una sensación de seguridad como nunca has sentido.
- Son tu mejor amigo y compañero de fechorías. No temes ser vulnerable. Os habéis visto en vuestro peor momento y eso solo ha hecho que les quieras más.
- Lo sabes. “Cuando lo sabes, lo sabes” ya no suena a tópico. Tuvisteis una corazonada desde el principio y todo encajó sin esfuerzo.