¿Coquetear es hacer trampa? Es una pregunta difícil, y la respuesta no es blanca o negra.
Supongamos que tienes una relación y que tú o tu pareja decidís coquetear con otra persona. ¿Qué pasaría después? No es que nadie haya sido realmente infiel, pero tampoco es “nada”. ¿Puede considerarse el coqueteo como una aventura emocional?
Cada persona te dará una respuesta diferente. Algunos dirán que cuenta como ser infiel, mientras que otros dirán que es una diversión completamente inofensiva.
Los únicos que saben la verdadera respuesta son tú y tu pareja. Aquí hay cinco preguntas que pueden ayudarte a decidir si coquetear es arriesgado o no.
1. ¿Cuáles son las reglas de vuestra relación?
Empecemos por las normas de vuestra relación. ¿Habéis hablado tú y tu pareja de esto? ¿Habéis discutido si algo está bien o no? Todas las parejas deberían establecer algunas reglas básicas en cuanto se den cuenta de que su relación se está volviendo seria.
Es importante saber qué considera cada uno de vosotros que es engañar. Algunas personas dicen que sólo el engaño físico es real, mientras que otras sostienen que una aventura emocional es más hiriente. Hay muchas parejas que piensan que ambos tipos de engaño son una falta de respeto hacia su pareja.
Hablad abiertamente de lo que os molesta y de lo que está bien hacer. Puedes añadir un poco de diversión a tu relación haciendo una lista juntos. Puede tener dos columnas, una que muestre lo que está bien para ambos, y la otra con un comportamiento prohibido.
Una vez que hayáis establecido las normas, os resultará más fácil decidir si algo es aceptable o no. También puede ayudarte a crear confianza entre los dos.
2. ¿Qué intención hay detrás?
Alguien ha estado un poco coqueto últimamente, pero ¿qué intención hay detrás?
Primero debes tener en cuenta algunas cosas. Cada uno conoce mejor a su pareja, así que no debería ser tan difícil averiguar si algo es sospechoso o no. Así pues, aquí tienes dos posibles situaciones que te ayudarán a entender la importancia de la intención.
Situación 1: Se produce simplemente porque el “ligón” es una persona muy extrovertida y amigable con los demás. Este tipo de personas no suelen tener ningún deseo por alguien que no sea su pareja. Simplemente disfrutan compartiendo vibraciones positivas.
O bien, escenario 2: El “coqueteador” está tratando de captar la atención de otra persona, tal vez incluso tratando de averiguar hasta dónde puede llegar.
Estos dos escenarios te ayudarán a decidir si la persona que coquetea tiene o no malas intenciones. En el primer caso, es probable que la pareja sea inocente. El segundo, sin embargo, puede ser problemático de resolver.
Dicho esto, nunca des un veredicto sin discutir primero la situación. Pídele a tu pareja que responda honestamente a tus preguntas y dile lo que te molesta. Incluso si lo que te molesta es la amabilidad de tu pareja, puedes hablar con ella y explicarle cómo sus acciones hieren tus sentimientos.
3. ¿Lo harías delante de tu pareja?
Una regla de oro en las relaciones es que si no coquetearías con alguien delante de tu pareja, entonces nunca lo hagas cuando no esté cerca. La segunda regla útil es que si no quieres que tu pareja coquetee con otras personas, tú tampoco deberías hacerlo.
No importa si eso lleva a un engaño físico, pero sigue siendo muy importante mantener los límites y tener respeto por tu pareja.
Así que recuerda las reglas y piensa siempre antes de actuar. Intenta comprender cómo tus acciones pueden afectar tanto a tu pareja como a la persona con la que estás coqueteando. Si hay algo que no te sentirías cómodo haciendo o diciendo si tu pareja estuviera allí, significa que no deberías comportarte de esa manera.
Algunos pueden incluso decidir coquetear sólo con el propósito de dar celos a su pareja. Esto es peligroso y puede resultar contraproducente en algún momento. Definitivamente no es una forma sana de llamar la atención.
Siempre puedes decirle a tu pareja si sientes que algo no va bien, pero introducir los celos en tu relación nunca es una buena jugada.
4. ¿Qué pasa con los sentimientos y la confianza?
Coquetear es algo que definitivamente puede herir a tu pareja. ¿Por qué? Es sencillo: estás mostrando interés por otra persona en lugar de por tu pareja. También es arriesgado, ya que te puede resultar difícil parar si la cosa va más allá del coqueteo.
La mayoría de las personas se sienten vulnerables cuando su pareja coquetea con otra persona. Nadie es feliz en una relación en la que sientes que no eres lo primero a los ojos de tu pareja.
Estos son algunos consejos que te ayudarán a descubrir si el coqueteo es perjudicial para tu relación:
- Tu pareja dice que le molesta.
- Tu pareja y tú ya habéis discutido sobre el tema.
- La persona con la que coqueteas envía las mismas señales.
- Te sientes atraído por la persona con la que coqueteas.
- Piensas más en la otra persona que en tu pareja.
- Sueles salir con esa persona.
Por otro lado, coquetear con otras personas cuando estás en una relación no sólo afecta a tu pareja. También puede afectar a la otra persona, con la que coqueteas. Es posible que se lo tome a mal y piense que estás realmente interesado en ella.
Puede hacerse ilusiones o tener la idea equivocada de que si estás coqueteando con ellos, vuestra relación se ha acabado o estáis a punto de romper.
Además, todo lo que puede herirte también puede romper tu confianza. Y una relación que no se basa en la confianza desarrollará graves problemas con el paso del tiempo. Así que asegúrate siempre de que tus acciones no afectan negativamente a tu pareja.
Ten en cuenta que cada relación es diferente. Y la respuesta a “¿es el coqueteo un engaño?” puede ser diferente de una pareja a otra. Depende de lo que tú y tu pareja hayáis hablado, acordado y también de lo que ambos sintáis al respecto.
Si ambos pensáis que coquetear puede ser sano, divertido y algo que no hace daño a nadie, ¡bien por vosotros! En cambio, si sois más sensibles en este tema, tenéis que hablarlo y poner algunas reglas juntos.
Nunca te quedes callado si algo te molesta sólo porque alguien no considera el coqueteo como un acto de engaño. Habla y trata de resolver el problema.