Cada vez más parejas se separan y no por hechos graves como infidelidades, mentiras o familiares con mala influencia. Simplemente se dan cuenta de que no encajan. No caminan en la misma dirección y eso les impide avanzar. Una vez pasada la mascletá del principio, en vez de quedar un amor bonito, lleno de complicidad y proyectos en común, solo queda un vacío enorme que intentan tapar sin éxito. El resultado de haberse empeñado en estar con alguien que no es para ti, siempre será el mismo: la separación.
Cuando vemos a alguien que nos gusta, sacamos nuestras armas de mujer y no paramos hasta conseguirlo. Y si se resiste, nos lo tomamos como una provocación y le ponemos tanto empeño que al final el pobre cae como un pececito en las redes del pescador. ¡Éxito total! ¡A ser felices y a comer perdices! Pero, ¿que pasara cuando se acaban las perdices?
Tengo la teoría de que cada persona tiene su media naranja en algún lugar del mundo. No puede haber dos, hay solo una que encaja a la perfección. Pero mientras la encontramos, hay otras “medias” que pueden dar el pego. Vemos solo el aspecto exterior, nos dejamos llevar por la alegría del momento y cuando nos damos cuenta de que el interior no encaja, ya hemos desperdiciado un montón de tiempo en algo que no nos aporto nada.
Lo triste de todo esto es que, la pareja invierte tiempo y esfuerzo para intentar que funcione, se frustran por no conseguirlo y empiezan a echarse la culpa el uno al otro. Algunos piensan que un niño puede ser “el pegamento” que necesitan, pero esta mas que comprobado que eso no es así. Los niños se tienen por y con amor, no en un intento desesperado de mantener la pareja unida. Poco a poco rememoran sus comienzos, como se conocieron, que les atrajo el uno del otro, como acabaron juntos y entre todas esas imágenes aparecen también las señales de advertencia que en su tiempo ignoraron. Esas señales que advertían que no están destinados a estar juntos y mucho menos a formar una familia. En ese momento deben demostrar la madurez suficiente como para poner fin a la relación de pareja y dar paso a una bonita relación de amistad. No seria justo separarse de malas maneras. Independientemente de si hay o no niños de por medio, deben acabar bien. Si pierdes una pareja, lo mas justo seria ganar un amigo ¿no?
Si miras a tu alrededor seguro que encuentras mas de una pareja que no encaja. Se esfuerzan, pero con el paso del tiempo las diferencias son cada vez más evidentes y todas acaban igual, separados. Entonces ¿no seria mejor abrir bien los ojos desde el principio, tener los objetivos claros y no tener prisa?
Tarde o temprano tu media naranja aparecerá y tu espera tendrá su recompensa. Un amor bonito, limpio, que te hará brillar y sacará lo mejor de ti. Claro que habrá momentos tensos, discusiones y diferencia de opiniones, pero se solucionaran mucho más rápido y fácil. Todo el mundo sabe pelearse, pero no todos saben reconciliarse. Esa es la ventaja de complementarse a la perfección. Las cosas fluyen incluso en los momentos difíciles.
Así que no tengas prisa, no te enganches a la primera persona que te gusta, no cambies para encajar en un hueco que pertenece a otra persona. Solo preocúpate por vivir cada momento dignamente y ser feliz. Lo tuyo esta de camino. No quieras estar “ocupada” cuando aparece, ¿no?