Cuando eres la hermana mayor, tiendes a hacer todo lo posible para que tus hermanos estén a salvo. No quieres que tus hermanas pequeñas pasen por los mismos problemas que tú simplemente porque no tuviste una hermana mayor que te llevara de la mano.
Precisamente por eso estoy aquí hoy, para compartir contigo algunos de mis consejos de “hermana mayor”. Creo que hay algunas cosas por las que no deberías pasar en la vida sólo para aprender una lección. Puedes aprender la lección sin experimentar el dolor de la situación en sí.
Así que, para aquellas chicas que no tienen una hermana mayor; para aquellas que son las hermanas mayores y nunca tuvieron a alguien que les cogiera de la mano, y para aquellas cuya hermana mayor nunca pensó en enseñarles estas cosas – ¡esto es para vosotras!
1. Deja de sabotearte
¿Te imaginas cómo vivirías tu vida si no te hicieras tropezar constantemente con tus propios pies? ¿Te imaginas una vida en la que no minimizaras tus logros y te permitieras ser feliz?
Puedo prometerte que es una posibilidad; lo único que tienes que hacer es dejar de sabotearte a ti mismo. Deja de interponerte en tu camino cuando intentas alcanzar esa próxima meta.
Por ejemplo, acepta esa oportunidad de trabajo aunque no te sientas adecuado para ella. Ve a esa clase a la que te sientes demasiado mayor para asistir. Acude a esa cita aunque sientas que no eres suficiente para que alguien te quiera.
No te sabotees aunque sientas que es la única forma de evitar el fracaso. Pero, si no fracasas, ¿cómo podrás celebrar tu éxito?
2. Deja de “tomar decisiones” por los demás
Todos lo hacemos, ¿verdad? Un consejo de “hermana mayor” que puedo darte es que dejes de intentar leer la mente de los demás y de tomar decisiones por otras personas.
Me refiero a todas esas veces que no querías salir porque pensabas que no eras más que una carga para tus amigos. O todas esas veces en las que no quisiste darle una oportunidad a un chico porque pensabas que no eras lo suficientemente interesante para él.
¿Por qué ibas a tomar esas decisiones por otras personas? No eres capaz de leer sus mentes ni tu perspectiva de ti misma es válida porque no sabes lo que ven cuando te miran.
Si alguien quiere salir contigo, no asumas automáticamente lo peor. Deja de creer que esas personas sólo están en tu vida por lástima hacia ti.
Eres una persona increíble. Eres inteligente, interesante, divertido, tienes grandes historias que contar y siempre tienes una perspectiva única de las cosas. La gente debería estar encantada de hablar contigo y pasar tiempo contigo. Nunca subestimes eso.
3. Hermanas antes que señores
Los novios van y vienen. Nunca, bajo ninguna circunstancia, tires por la borda tus amistades por un chico.
Yo también lo he hecho. Me enamoraba perdidamente de un chico, así que siempre estaba allí cuando me llamaba. Incluso cuando ya tenía planes con mis amigas.
Déjame decirte que esto te perseguirá más adelante en la vida. Recordarás todas esas hermosas amistades que dejaste ir por culpa de un estúpido tipo que estuvo ahí por un momento fugaz de tu vida. Déjalo ya.
Por supuesto, hay excepciones a esta regla. Algunas amigas mostrarán su verdadera cara cuando no estés siempre disponible para ellas porque estás intentando encontrar un equilibrio entre querer a tu novio y quererlas a ellas.
Sin embargo, no debes hacerte ilusiones. No pienses simplemente que tu amiga está celosa de ti porque te ha dicho que has cambiado. Te dirá que la has estado evitando desde que encontraste novio y ahí es cuando te pondrás extremadamente a la defensiva.
No seas tonta. Siempre es “hermanas antes que señores”.
4. No te tomes las cosas demasiado en serio
Si te quedas con un consejo de esta lista, por favor, que sea este. La vida es demasiado corta para tomarse las cosas en serio. Si continuamente intentas entender lo que ocurre a tu alrededor y por qué algunas cosas son como son, te volverás loco.
Habrá gente que intente derribarte: ríete de ello. Lo que es tuyo siempre encontrará su camino, aunque a veces no lo parezca.
Tu ansiedad te hará creer que todo va mal y que no hay luz al final del túnel, pero deja de hacerle caso. Deja de escuchar a tu cerebro cuando se porta mal contigo. ¿Tus pensamientos son realistas o te estás inventando escenarios?
Sé que no siempre es tan fácil hacer desaparecer esas ideas, pero puedo prometerte que la vida no es tan seria. Nos gusta creer que nuestros problemas son la raíz de todo, pero no es así. Las raíces que plantes serán el lugar donde crezcas.
Cómete ese chocolate. Cómprate ese abrigo. Revienta ese grano. Haz ese viaje. Hazlo.
5. Permítete enfadarte con la gente
Evitamos enfadarnos porque nos han dicho que es una falta de respeto o que el enfado va a arruinar las relaciones que hemos creado con otras personas. A veces, ni siquiera somos capaces de procesar el enfado correctamente, así que siempre lloramos por ello.
Pero déjame preguntarte algo: ¿seguirías pensando así si consideraras que la ira es tu protectora?
Tu ira existe para poner tus límites y hacer que la gente te respete. Cuando sientes que te faltan al respeto, la ira sale para protegerte. Deja de considerarla tu enemiga cuando es tu mayor aliada.
Puede que te cueste expresar tu rabia cuando empieces a permitirte sentir estas emociones, pero puedo prometerte que mejorará con el tiempo.
Lo que debes hacer es intentar comunicar estos sentimientos con tus amigos, tu familia o tu pareja. Cuéntales lo que te ha provocado estas emociones y deja que te demuestren lo mucho que significas para ellos.
Si te quieren y te respetan, harán todo lo posible por cambiar su comportamiento y hacer que vuelvas a sentirte bien con tu relación. Si eso no ocurre, entonces esas personas no son las adecuadas para ti.
Tu enfado es en realidad tu mejor amigo. Casi tan buena amiga como tu hermana mayor.