Desarrollar un vínculo y acercarse a alguien después de haber sufrido un trauma puede ser muy difícil. Empiezas a creer que las relaciones sanas no son posibles para ti, así que te conformas con la que tienes, por mucho que te duela. El maltrato se convierte en tu nueva normalidad.
Esto se conoce a menudo como “trauma bonding”. Una vez que te metes en esta situación, puede ser increíblemente difícil salir de ella. La mayoría de las personas que experimentan esta situación se niegan a buscar ayuda o simplemente encuentran una forma de justificar el comportamiento del maltratador.
El vínculo traumático suele confundirse con la codependencia. Las personas codependientes suelen quedar atrapadas en relaciones unilaterales. Sienten mucha empatía por las personas con las que están y anteponen sus necesidades a las propias.
A menudo sufren de baja autoestima, por lo que acaban con personas que no les dan prioridad. Una persona codependiente sentirá la necesidad de ayudar a la otra persona y ser su salvador. Como resultado, se sienten mejor consigo mismos, lo que les hace depender de la persona con la que están.
Si estás aquí porque sospechas que puedes estar lidiando con uno de estos problemas, estoy aquí para decirte que ninguno de estos dos es una buena opción para ti. La única forma de salir de este ciclo es liberarse por completo, por muy difícil que sea al principio.
Sin embargo, sigue siendo bueno conocer las diferencias entre el vínculo traumático y la codependencia. Te ayudará a entenderte mejor a ti mismo y te permitirá trabajar para resolver los problemas que tienes dentro. Veamos cuáles son algunas cosas que diferencian a estas dos.
1. Estar de acuerdo con el maltratador frente a encontrar razones para justificar su comportamiento
Cuando experimentas un vínculo traumático, el maltrato se convierte en tu nueva realidad. Como ocurre a diario, pierdes rápidamente el concepto de lo que es un buen comportamiento y lo que no. Las palabras duras, los comentarios groseros y los arrebatos de ira se convierten en una parte normal de tu vida.
Este tipo de relación te cambia profundamente. Al principio, puede que no estuvieras de acuerdo con tu pareja maltratadora sobre las cosas que decía de ti. Eso se debe a que todavía tienes una idea de quién eres realmente. Sin embargo, con el tiempo, eso cambia. Empiezas a creerle.
Todos los comentarios groseros, las bromas y los insultos cambian la forma en que te ves a ti misma y al mundo que te rodea. Empiezas a mirarte a través de sus ojos. Por eso, su abuso emocional y mental se convierte en tu realidad, y te encuentras de acuerdo con las cosas que dice de ti.
Es algo realmente desgarrador. Su abuso se convierte en nada más que una confirmación de los pensamientos que ahora tienes sobre ti misma. Por eso, te resulta difícil dejarlo y empiezas a encubrir sus abusos para evitar la vergüenza y la humillación.
En cambio, cuando se trata de codependencia, siempre encuentras una razón para justificar el comportamiento de tu pareja. Eres consciente de que está mal, pero siempre encuentras una buena razón para que parezca menos malo.
Por ejemplo, tu pareja puede desquitarse contigo cuando tiene un mal día, y tú lo justificarás diciéndote que sólo está estresado, o culparás a su salud mental. En lugar de enfrentarte a él, buscarás formas de hacerle sentir mejor.
Eso te da una falsa sensación de control. En realidad, antepones sus sentimientos a los tuyos. Obtienes una sensación de recompensa por pensar que eres la única capaz de cambiarle y hacerle sentir mejor. Empiezas a depender de sus pequeños actos de amabilidad que te hacen sentir que estás haciendo un buen trabajo.
2. Cualquiera puede desarrollar un vínculo traumático en una relación
No importa cómo eras antes de tu relación, un vínculo traumático puede ocurrir. Las personas codependientes suelen ser aquellas con baja autoestima que han estado dependiendo de la gente toda su vida, lo que se refleja también en sus relaciones.
Cuando se trata de vínculos traumáticos, pueden darse incluso si has tenido relaciones sanas en el pasado. Basta con que una persona te atrape en una relación abusiva para que desarrolles un vínculo traumático.
Puede que sepas cómo es una relación sana, pero sigues encontrando razones para permanecer en ella. Las personas con vínculos traumáticos no son necesariamente codependientes ni tienen antecedentes de serlo.
De hecho, algunas de ellas tenían una buena autoestima antes de su relación y crecieron en familias sanas. Sus maltratadores, sin embargo, se propusieron cambiar eso traspasando sus límites y cambiando por completo la forma en que se ven a sí mismos.
3. La codependencia suele ser el resultado de un vínculo traumático
Las personas con un vínculo traumático a menudo también desarrollan codependencia. Como pierden el sentido de quiénes eran antes de su relación, empiezan a depender completamente de la persona con la que están. La mayoría de las veces, ésa es la razón principal por la que se quedan con la persona que les hizo daño.
Sin ella, se sienten perdidos. No saben cómo vivir su vida fuera de su relación, y no tienen sentido de quiénes son sin ella. Dependen de su aceptación y dedican su vida a hacer todo lo posible por conseguirla.
Cómo liberarse
Darse cuenta de que este tipo de relación no es forma de vivir una vida es el primer paso hacia la libertad. Por aterrador que parezca, distanciarte de tu pareja y de la relación es la única forma de mejorar.
Después de hacerlo, vendrá un largo pero hermoso viaje en el que volverás a encontrarte a ti misma. La terapia traumatológica es una forma estupenda de empezar este viaje y te ayudará a seguir adelante con tu vida de la mejor manera posible.
Lo más importante que debes recordar es lo siguiente: es posible liberarse y salir de este terrible ciclo. No importa lo aterrador que sea, lo sentirás como un renacimiento. El amor propio que encuentres será la experiencia más mágica de tu vida.