¿Te has sorprendido alguna vez deseando no sentir nada? Tanto si has roto con alguien que no merecía tu afecto como si te ha roto la confianza alguien que no quería lo mejor para ti, las rupturas te dejan con la sensación de que podrías haber hecho algo más, algo mejor.
¿Alguna vez has sentido la necesidad de rodearte de vacío, entumecimiento y desesperanza porque estos sentimientos parecen ser las únicas cosas que podrían traer paz a tu alma torturada y reparar tu corazón roto? O mejor aún, ¿alguna vez has sentido la necesidad de olvidar todo lo ocurrido?
Ahora bien, el duelo por la muerte de una relación no tiene por qué ser lo que te lleve al límite. Todos los que alguna vez han amado a alguien saben por lo que estás pasando y nadie que haya perdido a alguien espera que te recuperes de la noche a la mañana. Pero nunca se sabe cuánto tiempo se necesita para olvidar a alguien.
Y, tal vez, ni siquiera estés deseando no sentir nada porque ése es uno de los peores sentimientos que podrías experimentar. Claro, la posibilidad de estar de repente insensible a todo lo que ha pasado suena muy bien. Pero, ir por la vida sintiéndote vacía, impotente y desesperanzada no hará nada para que superes antes la desaparición de tu relación.
Y claro, la posibilidad de no tener que lidiar con el torbellino de emociones que estás experimentando suena atractiva. Pero esa no es la única consecuencia de no sentir nada. Dios, eso no se parece en nada a lo que te espera si un genio escucha tus deseos y decide concedértelos.
¿Cómo te sientes cuando alguien te quiere y no puedes corresponderle? ¿Cómo te sientes cuando te ofrecen la oportunidad de hacer algo que siempre quisiste hacer pero no puedes celebrarlo de la misma manera si no hubieras anulado tu capacidad de sentir?
Ahora, intenta volver a la razón por la que te has empeñado en no sentir nada. Oh, el duelo por el final de una relación puede ser uno de los mayores culpables cuando hablamos de desear poder cambiar algo para sentirte mejor (o para no sentir nada).
Pero, ¿qué ocurre cuando alguien te dice que superarás lo que sea que te esté causando dolor? Lo superarás. Puede que sientas que no hay esperanza porque has pasado los días durmiendo, manteniendo la cama caliente como él solía mantenerte caliente y aferrándote a la esperanza de que aparezca de la nada.
Y puede que sientas que no hay razón para que sigas adelante con tu vida porque él no ha aparecido en tu puerta rogándote que vuelvas con él. “Lo siento, cometí un error. No debería haber terminado las cosas porque te quiero. ¿Me aceptas de nuevo?”
Claro, puede que sientas que esas son las únicas palabras que pueden ayudarte a recuperar tu vida. Pero no lo son. No son las palabras que necesitas oír ahora mismo porque no son las palabras que van a hacer que sigas adelante. Tanto si eres el abandonado como el abandonado, las únicas palabras que necesitas oír son “el tiempo lo cura todo”.
Y, puede que estés enfadado con el tiempo o con la persona que sigue intentando hacerte entender que necesitas tomarte las cosas con calma. Pero, necesitas tiempo para entender que no eres el culpable de sentirte como te sientes. Y que no vas a pasar el resto de tu vida solo. Y, no necesitas arañar tus emociones para sentirte mejor.
Aunque ahora no lo sientas así, lo superarás. Créeme, superarás el deseo de poder oír sus pasos entrando por tu puerta y corriendo a abrazarte. Y superarás la decepción que sientes cada vez que te das cuenta de que esos pasos no llegan.
Dios, superarás el sufrimiento que actualmente asola tu corazón. A pesar de que lo amaste con todo lo que tienes y a pesar de que darías todo lo que tienes para arañar esos sentimientos, superarás el llanto, el desplazamiento a través de los recuerdos y el mirar fijamente tu teléfono esperando ver aparecer su nombre.
No te rindas ni siquiera cuando lo único que te haga pasar el día parezca ser eso de “ojalá no sintiera nada”. Puede que buscar un genio que te conceda el deseo del vacío y la nada no sea la forma más sana de afrontar la pérdida de una relación, pero nadie lo afronta de la misma manera.
Y, siempre que entiendas que renunciar a ti mismo no debería ser una opción, estarás en el camino de la recuperación. Seguro que te pasas el día dándole vueltas a todo lo que ha ido mal y no puedes pensar en el futuro sin pensar que vas a fastidiar todo lo que se te ponga por delante. Pero, mientras veas esa luz al final del túnel, todo irá bien.
Ah, y para asegurarnos de que estamos en la misma página, esa luz al final del túnel deberías ser tú. Deberías ser la luz que te guía hacia algo mejor y más brillante porque tienes la fuerza para hacer lo que sea necesario. Deberías creer en ti mismo y deberías respetarte lo suficiente como para cortar con eso de “no merezco sentir nada”.
Aunque creas que la sensación de nada puede traerte paz, eso es lo peor que puedes sentir. Cuando empiezas a sentirte vacío, empiezas a pensar que te vas a sentir así para siempre y empiezas a renunciar a todo lo que siempre ha sido importante para ti. Lo que estás pensando ahora parece ser que te parece bien renunciar a tus gatos.
Lucha contra los deseos de no sentir nada y céntrate en dar los pasos necesarios para sentirte mejor. Céntrate en tu salud mental, rodéate de personas que se preocupen por ti y no te cortes a la hora de hablar de lo que estás pasando. Créeme, la sensación de vacío no tardará en desaparecer.