Cuando tienes una madre fuerte, te das cuenta de que no necesitas a un hombre para encontrar la felicidad. Te das cuenta de que cualquier chica puede florecer por sí misma, sin alguien en quien apoyarse. Te das cuenta de que tu vida amorosa tiene cero correlación con el éxito que puedas alcanzar en la vida y con lo satisfecha que puedas llegar a sentirte contigo misma .
Cuando tienes una madre fuerte, aprendes a cultivar tu independencia. A expresar tus propias ideas en situaciones sociales. A defender tu opinión en las confrontaciones. A sobrevivir por ti misma, a prosperar por tu cuenta. Aprendes a cuidar de ti misma como ella lo hizo, porque quieres hacerla sentir orgullosa.
Cuando tienes una madre fuerte, te respetas a ti misma. No dejas que nadie te ningunee. No dejas que nadie hable por encima de ti. No dejas que nadie te vea como un cuerpo en vez de como un ser humano. Esperas ser tratada con cierto nivel de respeto.
Cuando tienes una madre fuerte, sabes cómo se siente el amor. Sabes cómo se supone que los miembros de una familia se traten entre sí. Tienes la capacidad de distinguir lo saludable de lo tóxico. Sabes a qué tipo de gente recibir con los brazos abiertos y de qué tipo de gente mantener la distancia.
Cuando tienes una madre fuerte, eres lo suficientemente inteligente para saber que el llanto no equivale a debilidad. Entiendes que incluso la gente más fuerte se quiebra algunas veces. Que incluso las chicas más fuertes pueden llegar a sentir alguna vez que su mundo se está haciendo pedazos en sus narices.
Cuando tienes una madre fuerte, nunca te rindes. Te levantas luego de cada caída, y lo vuelves a intentar. Te dices a ti misma que puedes hacerlo, que eres lo suficientemente buena para eso. Nunca aceptas el fracaso como opción. Sigues intentándolo hasta lograr lo que quieres.
Cuando tienes una madre fuerte, nunca olvidas lo que vales. No dejas que se aprovechen de ti, porque sabes que tu madre no toleraría ese tipo de comportamiento. Mantienes tus estándares altos, porque te enseñaron que mereces algo especial.
Cuando tienes una madre fuerte, nunca te sientes sola. No importa lo que suceda, tú tienes a alguien que te levantará cuando te cueste mantenerte parada sobre tus pies. Alguien que te recordara que eres lo suficientemente fuerte como para poder sobrevivir a tus días más oscuros. Alguien que te impulsara a seguir tus sueños porque eres lo suficientemente buena como para alcanzar el éxito.
Cuando tienes una madre fuerte, tienes una mejor amiga de por vida. Tienes a alguien con quien puedes hablar de cualquier cosa que sea que te esté afligiendo. Tienes a alguien que te ayudara a arreglar cualquier cosa que encuentres rota. Tienes a alguien que estará ahí para ti cuando la necesites, porque ella esta tan solo a una llamada de distancia.
Cuando tienes una madre fuerte, ella es tu inspiración. Ella es tu modelo de rol. Cuando tienes una madre fuerte, al crecer te transformas en una mujer fuerte también.