Cuando la engañaste, probablemente pensaste que no era nada especial. Estuviste con otra chica, ¿y qué?
Déjame decirte que tu “¿Y qué?” tiene mucho escondido detrás. No ves lo que has hecho.
No crees que hubiera nada malo en ello, porque te lo pasaste bien.
Aunque tuvieras una sensación molesta en el pecho, diciéndote lo mal que estaba, la ignoraste lo suficiente como para seguir adelante.
Disfrutaste de la compañía de otra persona mientras ella pensaba en ti y en su amor por ti.
Cuando tocaste a esta otra mujer, ¿pensaste siquiera por un momento en la chica que te amaba y en cómo tus acciones la afectarían?
¿O es tu corazón tan frío y distante que no sentiste el dolor cuando tocaste la piel de alguien que no era tuya para tocarla?
¿Sabías cuánto afectaría esto a la chica que te amaba sin fin?
¿Te importó mirarla a los ojos y ver cómo se le rompía el corazón en ese mismo instante?
Por un momento, ¿pensaste siquiera que estabas haciendo algo malo?
Ni siquiera debes ser consciente de lo que hiciste realmente cuando la engañaste.
En el momento en que lo descubrió y lo confirmó, supo que nunca volvería a ser la misma persona.
Puedo decirte que ese momento resonará para siempre en algún lugar de su mente.
En el momento en que la engañaste, perdiste a alguien que realmente quería ser tuya.
Era alguien que estaba realmente emocionada por verte cada día.
Perdiste a una chica que quería pasar cada mañana a tu lado y que quería verte dormir cada noche.
Era la única que sonreía cuando hacías las tareas más básicas de la casa.
Le resultaba entrañable cuando te reías tanto que tus ojos se convertían en lunas crecientes o la forma en que siempre le robabas miraditas.
Es una mujer que apreciaba cada parte de ti.
Elegiste a otra persona en vez de a ella por tu propio egoísmo y decidiste que ella no merecía tu lealtad.
No podías darle tu lealtad a la chica más leal.
¿De verdad crees que los hombres no están haciendo cola para tener sólo un momento de su atención?
Ella ni siquiera podía verlos porque su amor por ti la cegaba.
No prestó atención a nadie más porque pensó que eras demasiado valioso para perderte.
Obviamente, pensó mal porque no eras digno de ella en primer lugar.
Sin embargo, siguió creyendo que eras el único al que podría amar.
Cuando la engañaste, perdiste un amigo.
No era sólo tu novia y lo sabes. Era tu amiga antes que cualquier otra cosa.
Siempre que estabas estresado o ansioso por algo, ella era la que te prestaba toda su atención.
Nunca tuviste que ir a otro sitio a pedir consejo porque no había nadie que te escuchara mejor que ella y te conocía a ti y a tus luchas como nadie.
Así que decidiste que valía la pena perderla y la engañaste. Querías a otra persona por una noche más de lo que querías a una amiga para toda la vida.
Déjame decirte que tus prioridades están muy mal.
Eres tan superficial y desagradecido que me das asco. ¿Cómo te atreves a darla por sentada?
¿Cómo te atreves a hacerla sentir tan inútil después de todo lo que hizo por ti?
Ahora está sentada en casa, sola. Duda de sí misma más que nunca, ¿y por qué?
Por un hombre que pensó que una noche de placer valía el dolor de su pecho.
Por culpa de un cobarde, que en lugar de decirle lo que sentía, simplemente fue y le arrancó el corazón del pecho.
¡Idiota, no mereces el amor que ella estaba dispuesta a darte!
Ella estaba lista para pasar el resto de su vida contigo. Ella estaba lista para verte en tu peor momento y aun así permanecer a tu lado.
Podrías haberla visto sonreír todos los días, pero elegiste ver cómo se le rompía el corazón. Lo viste romperse delante de ti.
Ella no creía que fuera verdad, no podía pensar por qué harías eso.
Por eso siempre creerá que fue ella la que te alejó.
Ella creerá que elegiste engañarla porque no te amaba de la manera correcta.
La verdad es que fuiste codicioso y egoísta. Querías más que todo lo que ella te daba cada día.
Cuando la engañaste, te aseguraste de que nunca volviera a confiar en nadie.
Cuando le dé otra oportunidad al amor, créame cuando le digo que le costará confiar en él.
Querrá verle salir por la puerta para pasar una noche con sus amigos, pero le dolerá el corazón de miedo.
Aunque él sea el hombre más cariñoso y atento que jamás soñaría con engañarla (algo con lo que obviamente usted no puede identificarse), ella necesitará tiempo para confiar plenamente en él.
Tendrá que ser paciente. Tendrá que ser comprensivo con sus miedos.
No es culpa suya que ahora esté tan paranoica, ¡es culpa tuya por hacerle eso!
No sólo le rompiste el corazón en mil pedacitos, sino que además la dejaste sola para que recogiera todos esos pedazos.
Ella superará el hecho de que la engañaste, pero tú serás etiquetado para siempre como un tramposo.
Ella seguirá adelante. Una vez que conozca a un hombre de verdad, él le mostrará cómo se suponía que debía ser amada todo este tiempo y le mostrará que el amor no se supone que duela.
Por otro lado, tú serás conocido para siempre como un novio infiel, independientemente de que decidas cambiar tu forma de ser.
Engañar es una elección, no un error. Todos conocemos el dicho “una vez infiel, siempre infiel”, que te perseguirá el resto de tu vida.
Por eso no tienes derecho a pedirle perdón. Te lo has hecho a ti mismo.
Esto es lo que realmente hiciste cuando la engañaste. Espero que haya valido la pena.